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INTRODUCCIÓN

Se define Hipertensión Pulmonar (HP) como el aumento de

la presión media de la arteria pulmonar (PAPm)

25 mmHg.

Para efectos de esta revisión nos referiremos principalmente a

la hipertensión arterial pulmonar (HAP) del grupo I de la OMS

(Tabla 1), antiguamente llamada “Primaria”, ya que esta es una

condición que ha tenido un extraordinario avance en el desa-

rrollo de nuevas alternativas terapéuticas (1, 2).

La HAP es una enfermedad crónica y progresiva, de baja preva-

lencia, pero alto impacto por su elevada mortalidad. Se define

la HAP del punto de vista hemodinámico invasivo, como el

aumento de la PAPm

25 mmHg, con una presión capilar

pulmonar (PCP)

15 mmHg (1,2).

Se ha estimado para la HAP (fórmula de la

National Institute of

Health

) un promedio de sobrevida de 2, 8 años, o una sobre-

vida promedio de 40% a dos años (1, 2). Múltiples son los

mecanismos patogénicos involucrados que conducen a través

de una progresiva obliteración del lumen vascular pulmonar,

secundario a proliferación de la capa media e íntima, que lleva

a un aumento progresivo de la resistencia vascular pulmonar

(RVP) y luego al aumento de la presión arterial pulmonar (PAP)

y falla cardiaca derecha. Existe un sustrato genético para esta

condición, que se reconoce tendría el carácter de autosómico

dominante con penetración incompleta, es decir solo el 25%

de los portadores del gen desarrollan la enfermedad (3).

La baja prevalencia y la ausencia de síntomas específicos es la

razón por la cual la HAP permanece como una condición poco

reconocida y sub-diagnosticada, siendo los síntomas más

comunes: disnea, dolor torácico, fatiga y síncope (1-4). Esta

entidad afecta fundamentalmente a mujeres jóvenes (relación

8:1 con hombres), en plena edad productiva desde el punto de

vista familiar, social y laboral, que en el momento del diagnos-

tico la mayor parte se encuentra en Capacidad Funcional III, los

hallazgos reportados en una serie nacional son similares a los

reportados en la literatura (5).

En Chile, se desconoce la real prevalencia de la enfermedad,

sin embargo lo reportado en Francia y Reino Unido: Prevalencia

de 15–25/millón de habitantes e incidencia de 1-2/millón de

habitantes/año (1, 6, 7).

En la actualidad existe consenso en que la terapia farmacológica

mejora la sobrevida y calidad de vida de la HAP, con suficiente

sustento en la literatura y que cuenta con la aprobación por la FDA

y agencia regulatoria europea (EMA). Galie et al. muestra en su

meta análisis que las terapias específicas han demostrado reducir

la mortalidad del orden del 43%, cambiar el curso natural de la

enfermedad y mejorar la calidad de vida, permitiendo el regreso

de estos pacientes a una vida social, familiar y laboral activa

(2, 8, 9). A nivel nacional, un estudio en pacientes que tuvieron

acceso a terapias especificas para HAP mostró una sobrevida de

82% a 3 años versus la esperada de 45%, de acuerdo a la fórmula

del NIH (10). Es por ello que creemos debe efectuarse el máximo

esfuerzo por permitir que estos pacientes accedan a estas tera-

pias, en la modalidad que requieran, según los riesgos inherentes

y se evite la progresión de la enfermedad, en cuyo caso la única

alternativa es el trasplante bipulmonar (11, 12).

CLASIFICACIÓN

Desde el primer encuentro de expertos en Evian 1998, hasta

el V encuentro mundial de Niza 2013 (1), se ha complemen-

tado y perfeccionado la clasificación de HP estratificando en

5 grupos llamados de la OMS 1-V (Tabla 1). A continuación se

detallan los principales dos grupos en los cuales se ha centrado

la investigación orientada al reconocimiento de vías pato-

génicas susceptibles de ser intervenidas mediante terapias

farmacológicas específicas: Grupo 1 y 4 (13).

1-Hipertension Arterial Pulmonar (HAP):

Este es el grupo al que se han orientado los principales avances

en términos terapéuticos. Antiguamente se le denominó

“primaria” y se subclasifica en: Idiopática, heredable o asociada

a drogas (anorexígenos, anfetaminas), HIV, mesenquimopatías

(lupus, esclerodermia, enfermedad mixta del tejido conectivo

ente otras), hipertensión portal y cardiopatías congénitas con

shunt intracardiaco (

Eissenmenger

). Este es el grupo al que se

enfocan la mayor cantidad de nuevas terapias y es el objetivo

principal de esta revisión.

4-HTP por Enfermedad Tromboembólica Crónica:

Esta es la única condición potencialmente curable a través de

una endarterectomía pulmonar, cirugía que debería ser efec-

tuada en centros de experiencia por lo cual es fundamental

descartar esta condición dentro del proceso de estudio de los

pacientes con HP.

Fisiopatología Hipertensión Arterial

Pulmonar

La base fisiopatológica que subyace al aumento de la resistencia

vascular pulmonar (RVP) es la enfermedad vascular hiperten-

siva en arterias de pequeño tamaño y arteriolas pulmonares.

En su desarrollo participan múltiples factores celulares y mole-

culares que dan lugar al remodelado de la pared del vaso por

cuatro mecanismos fundamentales, que son (2, 14):

1. La vasoconstricción.

2. La proliferación celular.

3. La trombosis.

4. Los factores inmunitarios / inflamatorios.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(3) 344-356]