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con 2245 pacientes con seguimiento a cinco años publicó

que luego de 12 meses de dieta libre de gluten el 83% de los

pacientes puede presentar serología normal, lo que desciende

a un 70% si se consideran solo aquellos pacientes que han

estado persistentemente negativos, y que alcanza al 99% al

cabo de cinco años. Sin embargo, cerca de un tercio de los

pacientes al cabo de cinco años han presentado un curso fluc-

tuante de la serología, lo que sugiere adherencia irregular a la

dieta (55).

Aunque los plazos para el control serológico con tTGA-IgA o

IgA/IgG anti DGP no han sido estudiados, parece recomen-

dable solicitarlos a los 3-6 meses de iniciada la dieta libre de

gluten y luego cada un año (27). La persistencia de serología

positiva luego un año sugiere no adherencia o dieta contami-

nada con gluten.

La curación de la mucosa podría considerarse el objetivo de la

terapia y es importante documentarla pues se asocia a menos

complicaciones pero no a disminución de la mortalidad (56). El

control histológico no debería realizarse antes de los dos años

de iniciada la terapia por la lentitud en la recuperación de la

mucosa (33). Es recomendable repetir las biopsias de intestino

en aquellos pacientes con poca respuesta o recaída a pesar de

la terapia (27, 28).

Enfermedad celíaca no respondedora y

enfermedad celiaca refractaria

La enfermedad celiaca no respondedora (ECNR) se define

como la falta de respuesta clínica o de laboratorio luego

de 6-12 meses de iniciada la dieta libre de gluten (27). Se

describe que ocurre en un 7-30% de los pacientes con EC

y sus causas son exposición al gluten (36%), síndrome de

intestino irritable (22%), enfermedad celíaca refractaria (ECR)

(10%), intolerancia a la lactosa (8%) y colitis microscópica (6%)

(57). Otras causas a descartar son sobrecrecimiento bacte-

riano intestinal, insuficiencia pancreática e intolerancia a la

fructosa.

Ante una ECNR primero debe verificarse que la serología y

biopsias iniciales sean compatibles con la enfermedad. Deben

descartarse otras causas de atrofia vellositaria duodenal

cuando la serología es negativa en un paciente con dieta

normal (Tabla 4).

Los pacientes con mala adherencia, ya sea evidente o por

consumo inadvertido o involuntario de gluten, deben ser

evaluados por un nutricionista con experiencia en EC. El control

serológico puede ser de ayuda pues si es positivo señala ingesta

de gluten pero un control negativo no descarta un consumo

intermitente o en baja cantidades (27).

En caso de ECNR con adherencia adecuada debe considerarse

la repetición de las biopsias de duodeno y la realización de

biopsias seriadas de colon para descartar otras enfermedades

como colitis microscópica, que es 50-72 veces más frecuente

en pacientes con EC (33).

La enfermedad celiaca refractaria se define como los síntomas

o signos de malabsorción persistentes o recurrentes asociados

a atrofia vellositaria de intestino delgado a pesar de una estricta

dieta libre de gluten por más de 12 meses, con ausencia de

otras enfermedades incluyendo linfoma (27). La ECR afecta a

cerca del 2% de los pacientes con EC (57).

Se han descrito dos tipos de ECR, tipo I y II, definidas según el

inmunofenotipo de los LIE de la mucosa de intestino delgado.

La ECR tipo I se caracteriza por sus linfocitos intraepiteliales de

inmunofenotipo normal, y la ECR tipo II por LIE anormales con

falta de expresión de superficie del complejo receptor de células

T (

T-cell receptor

, TCR)/CD3 y de CD8, y por la clonalidad de la

cadena gama del TCR. Desde el punto de vista clínico la presenta-

ción del ECR tipo II es más severa con ulceraciones de la mucosa

mayores a 1 cm a la endoscopía, yeyunitis ulcerativa y asociada a

gastritis linfocítica; además, presenta un mayor riesgo de linfoma

de intestino delgado y otros órganos (37% vs 14%) y una evidente

menor sobrevida (44% vs 93% a 5 años) (58).

Si bien no hay estudios comparativos sobre tratamiento

de ECR, tradicionalmente se ha utilizado esteroides sisté-

micos y azatioprina, y últimamente se ha reportado el uso

de budesonide y mesalazina. Para los casos de ECR tipo II

se ha utilizado también 6-mercaptopurina, metotrexato,

ciclosporina, anticuerpos anti-factor de necrosis tumoral y

cladribina (27).

Complicaciones neoplásicas

Los pacientes con EC tienen más riesgo de desarrollar neopla-

sias que la población general, tanto intestinales como extra-in-

testinales. Un estudio de cohorte realizado en Reino Unido con

4732 pacientes celiacos y 23620 controles pareados mostró

1.29 veces mayor riesgo de cualquier neoplasia, especial-

mente linfoma no Hodgkin (

hazard ratio

4.8) y cáncer de intes-

tino delgado (

hazard ratio

1.85) (59). El adenocarcinoma de

intestino delgado aparece más frecuentemente en yeyuno y

se desarrolla a partir de la formación de un adenoma previo

(13). También se ha descrito mayor riesgo de adenocarcinoma

orofaríngeo, esofágico, pancreático y neoplasias hepatobiliares

(13), y menor riesgo de cáncer de mama y pulmón (59). La

asociación con cáncer de colon es controversial (60).

El linfoma no Hodgkin que desarrollan los pacientes con EC

se denomina linfoma de células T asociado a enteropatía y se

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 613-627]