Previous Page  23 / 132 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 23 / 132 Next Page
Page Background

23

parálisis es identificada en sólo un 20% de los casos (1, 2, 5,

6), es importante evaluar detalladamente a cada paciente para

poder establecer una terapia adecuada.

Las causas de parálisis facial son múltiples y han sido clasifi-

cadas de diferentes maneras como se muestra en la tabla 1.

Podemos dividirlas en adquiridas o congénitas. Dentro de las

adquiridas se encuentran las idiopáticas, traumáticas, tumo-

rales, infecciosas, tóxicas, iatrogénicas, neurológicas, vascu-

lares y metabólicas (2, 5–7). El 80% de las parálisis faciales

son idiopáticas y de estas el 90% se recupera sin secuelas

(1). Clínicamente este trastorno se manifestará de acuerdo al

grado de compromiso del nervio facial, al mecanismo de su

lesión y al tiempo transcurrido desde la injuria.

Dependiendo de la región facial y de la profundidad de los

tejidos afectados, la reconstrucción presenta características

y limitaciones propias y puede involucrar defectos de tejido

blando y óseo. Los injertos, colgajos locales, regionales y

Tabla 1. Causas de la parálisis facial

Causas de Parálisis Facial

Condición/Característica

Congénita

- Idiopática

- Sindromática

- No sindromática

División mandibular

Sindrome de Möebius

Trauma congénito

Adquirida

- Idiopática

- Traumática

Central

Intratemporal

Facial

Accidente cerebrovascular

Fractura ósea

intratemporal

Laceración facial

- Tumoral

Central

Intratemporal

Facial

Neurinoma del acústico

Colesteatoma

Tumor parotídeo

- Inflamatoria

Viral

Bacteriana

Parálisis de Bell

Otitis media

- Neuromuscular

Miastenia gravis

Ref: Facial Palsy and Reconstruction. Fattah, Adel; Borschel, Gregory H.;

Manktelow, Ralph T.; Plastic & Reconstructive Surgery. 129(2):340e-352e,

February 2012.

microquirúrgicos componen el arsenal de herramientas con

los que cuenta el cirujano plástico reconstructivo para hacer

frente a estos problemas. Así también requerirá de la actua-

ción de distintas subespecialidades, especialmente derivadas

de cirugía, odontología y otorrinolaringología.

Desde comienzos del siglo pasado se han planteado nume-

rosos procedimientos quirúrgicos para la reparación de la pará-

lisis facial, incluyendo transferencias nerviosas y musculares

locales y diversas alternativas estáticas destinadas a recuperar

la simetría facial. Sin embargo, desde la primera descripción

(Harii, 1976) de una transferencia muscular libre para reani-

mación facial (8), y con el advenimiento de las técnicas micro-

vasculares de colgajos libres, el transplante de músculo libre

con injerto de nervio se ha transformado en la técnica de

elección en la actualidad y ha permitido la recuperación de los

movimientos de la cara.

La reanimación facial consiste en aquellos procedimientos

quirúrgicos que permiten recrear los movimientos faciales

espontáneos lo más cercano a la normalidad posible. Esto se

puede lograr mediante la transferencia muscular regional o

libre, transposición o injerto de nervio o la combinación de

colgajo muscular microquirúrgico con injerto de nervio ipsila-

teral o cruzado. Sus objetivos centrales son obtener simetría,

tono, animación coordinada y evitar sinkinesis o movimientos

en masa.

HISTORIA DE LA ENFERMEDAD

La alteración del VII par craneano produce principalmente

una parálisis de la musculatura de la mímica facial, generando

alteraciones tanto estéticas, funcionales, sociolaborales y en la

calidad de vida. Existen varias causas de parálisis facial (viral,

traumática, idiopática, entre otras) con diversos grados de

recuperación, desde la recuperación total espontánea hasta

mínimos niveles de funcionalidad.

Obtener una historia clínica acabada que destaque el tiempo

de evolución desde la lesión, la progresión y los síntomas

asociados de una parálisis facial adquirida es extremadamente

útil en determinar la potencial causa de esta y sirve de guía

para determinar el pronóstico y el tiempo de cualquier inter-

vención quirúrgica de ser necesaria. Por ejemplo, la evolución

progresiva y lenta puede ser indicativo de una compresión

tumoral (9).

De acuerdo a esto podemos dividir la parálisis facial en defi-

nitiva o transitoria. La parálisis facial transitoria puede recu-

perarse en el tiempo, por ejemplo, en la parálisis de Bell. En la

Figura 1 se describe una clasificación de los tipos de parálisis

y su abordaje.

[MANEJO INTEGRAL DE LA PARÁLISIS FACIAL - Dra. Susana Benítez S. y cols.]