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[Reconstrucción de Cabeza y Cuello - Dr. Bruno Dagnino U. y cols.]
ción del uso de estas técnicas significó una mejoría considerable
de los resultados en reconstrucción de cabeza y cuello permi-
tiendo la reconstrucción en una etapa de grandes defectos y
defectos compuestos (osteocutáneos).
Principios importantes en reconstrucción de
cabeza y cuello
La prioridad en estas reconstrucciones es restablecer la inte-
gridad de estructuras que protegen funciones u órganos
vitales, es decir el tracto orofaríngeo, vasos cervicales y la
cubierta osteomeníngea, evitando fístulas orocutáneas,
oronasales, o de líquido cefalorraquídeo. Si el paciente tolera
procedimientos de mayor envergadura se apuntará a restaurar
también forma y función (16), considerando privilegiar las
opciones que permitan aportar tejidos con calidad, textura y
color similares al área receptora, y respetando en lo posible
las líneas de tensión de Langehrs. Las reconstrucciones de
cabeza y cuello son el mejor ejemplo del paso del concepto
tradicional de escalera reconstructiva (en que se privilegia
el uso primario de métodos de menor complejidad, como
colgajos simples e injertos, para ir avanzando según sea nece-
sario a opciones más sofisticadas como la microcirugía), al de
ascensor reconstructivo (se elige el método en base al mejor
resultado, no a la complejidad, privilegiando el uso primario de
técnicas más complejas como la microcirugía). Así, las aproxi-
maciones más sencillas son sólo adecuadas para defectos poco
extensos o superficiales y las reconstrucciones compuestas o
más complejas tienen como primera opción los colgajos libres
microquirúrgicos y en segundo lugar grandes colgajos loco-
rregionales. Ejemplos de estos últimos casos son reconstruc-
ción de lengua, piso de boca y/o mandíbula, para los cuales
la microcirugía ha demostrado ser más costoefectiva que las
opciones de colgajos regionales (17, 18).
Otro importante objetivo es permitir la adecuada administra-
ción de terapias adyuvantes, principalmente la radioterapia.
El uso de colgajo libres microquirúrgicos provee tejido bien
vascualrizado y con mejor capacidad de cicatrización que los
lechos resultantes de grandes resecciones, hayan sido estos
irradiados o no y promueve una mejor cicatrización en la limi-
tada ventana de tiempo que impone la adyuvancia en los casos
que requieren radioterapia. Es en estos pacientes en los que
mejor queda expuesta la necesidad de un trabajo multidis-
ciplinario que involucra a cirujanos oncólogos, maxilofaciales
y plásticos, así como a oncólogos médicos y radioterapeutas.
Sin un trabajo conjunto y coordinado, el éxito en estos trata-
mientos no es posible.
Para entender mejor las modalidades de tratamiento, podemos
dividir los defectos, según su profundidad y extensión, en
defectos superficiales y defectos mayores de cabeza y cuello.
Defectos superficiales
Entenderemos como defectos superficiales aquellos que
comprometan piel, tejido subcutáneo y Sistema Muscular
Aponeurótico Superficial de la cara y sus equivalentes o exten-
siones (SMAS, músculos orbiculares, del resto de la cara y
epicraneo).
En general las resecciones de lesiones superficiales de una sola
subunidad estética (mejilla, mentón, paredes nasales laterales
y frente) requerirán uso de colgajos locales como colgajos
bilobulados, rotaciones y avances simples amplios o el uso de
colgajos romboidales o de Limberg. Atención especial merecen
zonas anatómicas de mayor demanda estética y funcional
como son los párpados, orejas y la nariz.
Párpados
En el caso de los párpados, la reconstrucción de la lamela ante-
rior (piel y musculatura orbicular) puede tratarse con colgajos
cutáneos o miocutaneos de avance simple. En casos de poca
extensión, en pacientes añosos o en casos de ectropion, así
como en otras zonas faciales cóncavas como la sien y pared
lateral nasal, pueden usarse injertos cutáneos dermoepidér-
micos o de piel total, teniendo en cuenta la pobre correlación
de textura y color con la piel circundante y el riesgo de retrac-
ción. Las zonas donantes más adecuadas en estos casos son
retroauricular, pelpebral y supraclavicular. En casos de mayor
extensión pueden usarse colgajos miocutáneos de transposi-
ción como el colgajo de Tripier. El compromiso de dos lamelas o
transmural puede cerrase en forma primaria cuando compro-
mete menos de un 30% de la longitud del párpado. Lesiones
más extensas requieren transposiciones de parpado inferior a
superior, o Colgajo Cuttler-Beard (19) o colgajos de Mustarde
(20) cuando el defecto compromete el párpado inferior.
Oreja
En la reconstrucción parcial de oreja, entendida como la que
involucre hasta un tercio, se puede abordar el tema según
la ubicación. Para defectos transmurales de tercio superior
existen colgajos de avance de piel y fascia temporal que sólo
proveen cobertura. Para reconstrucción del molde cartilagi-
noso y piel en defectos menores existe el método de Antia –
Buch (21) que consiste en avances simples de piel y cartílago
previa disección extensa de ambos para permitir el avance de
las estructuras, con cierre V en Y en la raíz del helix. También
se pueden diseñar reconstrucciones con colgajos de diseño
geométrico que permitirán un cierre compensado como
los diseños de Tanzer (22). Para pérdidas totales de tercio
superior el colgajo condrocutáneo de Davis (23) y Orticoe-
chea (24) tomados de concha y tercio medio auricular, son
métodos que proveen adecuada reconstrucción en términos
de estructura. Pueden requerir complementar la cubertura del
colgajo cartilaginoso con aporte de piel temporal por avance