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AGEs se acumulan en las heridas diabéticas y conducen a

la expresión de promoléculas inflamatorias (endotelina-1,

factor de necrosis tumoral alfa y metaloproteasas). Esta

condición de estrés oxidativo en diabéticos a nivel vascular

puede aumentar diacilglicerol y proteína quinasa C, todo lo

cual contribuye a mayor disfunción vascular, inflamación e

injuria celular (7).

5. EXAMEN DEL PIE

Para un correcto diagnóstico de las complicaciones del

pie, la mejor herramienta es una correcta anamnesis y un

profundo examen físico. En conjunto, dan el 80% de certeza

diagnóstica. La radiografía de ambos pies, el cintigrama óseo

y en el último tiempo, la resonancia nuclear magnética,

permiten un acercamiento más exacto del compromiso óseo

e infecciones de las lesiones encontradas al examen clínico.

• Anamnesis.

Ante todo, debe ser detallada, consultando por:

- Años de diabetes.

- Control metabólico.

- Presencia de complicaciones macro o microvasculares

(retinopatía se asocia en más del 80%).

- Tabaquismo, HTA, dislipidemia, alcoholismo.

- Condición social y económica, red de apoyo familiar.

- Antecedente de úlceras o amputaciones.

- Presencia de calambres, parestesias, dolor urente,

claudicación intermitente.

De forma dirigida podemos ayudar al paciente a identificar

tempranamente factores de riesgo preguntándole: ¿se le

duermen o le arden los pies, principalmente en las tardes o

en la noche? (polineuropatía), ¿qué distancia logra caminar

sin presentar dolor en piernas o pies? (claudicación) ¿examina

sus pies con frecuencia? ¿qué zapatos usa? ¿quién corta sus

uñas? ¿camina descalzo en la playa?

• Inspección general

Observando color de la piel, estado de la piel, temperatura,

presencia de callos, úlceras, deformidades, dedos en garra,

micosis, piel seca o agrietada, atrofia muscular, movilidad,

alteraciones del apoyo.

• Evaluación del zapato

El calzado inadecuado es la causa del 21 al 76% de las

amputaciones. Se debe evaluar las características del zapato,

punta, deformidades, buscar sitios de apoyo y puntos de

presión inadecuados, plantilla. Idealmente, todo paciente

diabético que ya tiene alteraciones neuropáticas o vasculares

del pie, debiera utilizar un zapato ultraprofundo y sin costuras

internas, ancho, que le permita movilizar el pie sin presiones

(Figura 3).

Figura 3. Zapato ultraprofundo

• Evaluación vascular

Búsqueda de pulsos pedios y tibiales posteriores,

temperatura de la piel, pérdida de vello, alteraciones

tróficas, pérdida de uñas, eritrocianosis, llene capilar lento,

índice tobillo-brazo. Importante recordar que un 8% de la

población sana tiene ausencia de pulso pedio al examen

clínico. No obstante, la palpación de pulsos es el examen

recomendado como tamizaje de primera línea en las

distintas guías clínicas, antes de ir a estudios más invasivos

o de segunda línea.

El índice tobillo-brazo (ITB) es una de las pruebas no invasivas

más confiables para evaluar la presencia de enfermedad

arterial periférica (8). Se calcula el cuociente entre la presión

sistólica máxima de arteria tibial posterior y pedia en relación

a la de arteria braquial. Requiere un transductor doppler, por

lo que no es de utilidad en la atención médica primaria como

rutina.

ITB

>

0,9 es normal

ITB

<

0,9: sugiere isquemia, mayor riesgo de ulceración

ITB

>

1,3: sugiere arterias poco compresibles (calcificadas) y

no es útil como examen

• Evaluación neurológica

Evaluar atrofia muscular, sensibilidad táctil (monofilamento)

y vibratoria (diapasón), sequedad de piel, deformidades

neuropáticas de los dedos, reflejos.

a. Sensibilidad táctil:

Se realiza con un monofilamento

de Semmes-Weinstein 5,07 (10grs), instrumento simple

que se utiliza para detectar pérdida de sensibilidad

protectora (Figura 4). Evalúa la sensación de presión

superficial en 4 puntos de cada pie: pulpejo ortejo mayor,

cabeza de 1 er , 3° y 5° metatarsianos. Su sensibilidad

varía entre 66 a 91%, y su especificidad entre 34 y 86%

según distintas series.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(2) 227-234]