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Trasplante de páncreas, una alternativa para

el paciente diabético

En el año 1966, se realizó el primer trasplante combinado

de riñón y páncreas cuando los doctores W. Kelly y R. Lillehei

de la Universidad de Minnesota trasplantaron un riñón y el

páncreas completo de un donante no vivo, en un enfermo con

DM1 y daño renal terminal. Si bien los resultados no fueron

óptimos, debido a múltiples factores, principalmente la poca

disponibilidad de drogas inmunosupresoras y los precarios

conocimientos inmunológicos de la época, esta experiencia

permitió iniciar una alternativa terapéutica que actualmente

presenta resultados satisfactorios en distintas experiencias a

nivel mundial (1).

Actualmente se realizan alrededor de 1600 trasplantes de

páncreas asociados a riñón o solos al año (Figura 1) y existe un

registro mundial de más de 42.000 trasplantes realizados hasta

la fecha que involucran el páncreas (5). Esto ha sido posible

gracias al mejoramiento de los procedimientos quirúrgicos y a

los grandes avances en inmuno-supresión más segura.

Indicaciones para el trasplante de páncreas

El requerimiento de insulina de las personas con DM1 puede

ser administrada en forma subcutánea con múltiples dosis

que cubran las necesidades basales y prandiales o en forma

continua mediante una bomba de insulina. Cuando no se

consigue un adecuado control metabólico de la enfermedad,

los pacientes presentan complicaciones y daño progresivo de

órganos blancos.

Como ya se mencionó, la diferenciación entre los tipos

de diabetes en ocasiones puede ser compleja incluso en

pacientes con péptido C positivo en sangre (precursor de la

insulina producido por las células B del páncreas) (5).

Actualmente en el paciente con DM1 y, por lo tanto, con

déficit absoluto de insulina y daño renal terminal, que

reúne las características necesarias, el trasplante de riñón y

páncreas constituye la mejor alternativa terapéutica, ya que le

permitirá una mejor calidad de vida por el control metabólico

que da la presencia de una producción de insulina endógena

dada por las células Beta del páncreas trasplantado. Este

trasplante puede ser hecho en forma sincrónica, vale decir

del mismo donante o en forma secuencial, trasplantando de

páncreas a un paciente ya trasplantado de riñón.

También se ha planteado el trasplante de páncreas (TP) como

una alternativa para casos seleccionados de pacientes con

DM2, y algunas experiencias han reportado que trasplantar

pacientes con DM2 muestra cifras alentadoras y comparables

con el TP en enfermos portadores de DM1.

En general, aquellos pacientes que desarrollan enfermedad

renal terminal secundaria a diabetes 1 o 2 que requieren de

insulina, no obesos, deben ser considerados para el trasplante

de páncreas con riñón simultáneo o secuencial (6, 7).

Características del donante

La gran mayoría de los TP se realizan con donante no vivo, si

bien existen algunas experiencias menores de TP con donante

vivo utilizando el páncreas distal. En el primer caso, el donante

no vivo debe reunir algunas características más selectivas que

para otros trasplantes, ya que estas características influirán

en forma determinante en los resultados del trasplante. Se

prefieren donantes de menos de 45 años con índice de masa

corporal (IMC) menor a treinta y que el componente graso y

fibroso del órgano sea adecuada (3).

Características del receptor

El o la paciente deben comprender que todos estos

procedimientos

terapéuticos

están

asociados

a

complicaciones iniciales, que suelen ser del ámbito

quirúrgico y a complicaciones crónicas que se relacionan al

uso de medicamentos de por vida. Esto también debe ser

compartido con la familia.

Los diferentes centros de trasplantes tienen protocolos

de estudio preoperatorios, pero en general son bastante

similares e incluyen parámetros personales y del entorno

del paciente. Se requiere de una estabilidad emocional y un

soporte en esta área que debe ser evaluada y tratada por

especialistas.

La evaluación y manejo de estos pacientes es multidisciplinaria

durante la cual se confirmará el diagnóstico, se determinará

la capacidad del paciente para tolerar un tratamiento crónico

expuesto a los efectos del trasplante y se determinará si

cumple con los criterios de inclusión o más importante si tiene

criterios de exclusión los que serán debidamente informados.

La evaluación consiste en un estudio desde el punto vista

cardiovascular que permitirá conocer las capacidades

cardiacas, la reserva funcional, el estado anatómico de las

arterias coronarias y periféricas, el estado funcional de éstas.

Se indica estudio invasivo de las arterias coronarias en

aquellos pacientes de mayor riesgo, tales como DM por más

de 20 años, amputaciones no traumáticas de miembros,

enfermedad coronaria conocida, hipertensión pulmonar,

arritmias cardiacas, valvulopatías o si el cardiólogo lo

requiere para la completa evaluación. Es importante destacar

que el antecedente de patología cardiovascular no constituye

contraindicación, ya que se han mostrado excelentes

resultados en TP en estos pacientes.

[TRASPLANTE SIMULTÁNEO DE PANCREAS RIÑÓN. CONCEPTOS ACTUALES Y EXPERIENCIA EN CLÍNICA LAS CONDES - Dr. Mario Ferrario B. y cols.]