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360

usar triquiñuelas como que el vehículo está en el taller o

comunicar a la municipalidad que no le renueven la licencia

de conducir, restringir la cantidad de dinero utilizando

billetes de menor valor, el uso de pulseras de identificación,

dispositivos con GPS, etc. Para salvaguardar sus bienes

muchas veces se requiere un trámite de interdicción,

determinando legalmente quién será su tutor.

Todo esto deberá realizarse teniendo como primer objetivo el

bienestar del paciente y su familia, salvaguardando siempre

su dignidad (10).

Capacidad para tomar decisiones

Con el tiempo, se va perdiendo también la capacidad de

tomar decisiones y es común que familiares, notarios o

tribunales soliciten al médico se pronuncie al respecto. Por

supuesto, la vida está llena de decisiones que se toman

a cada momento y que requieren diferente nivel y tipo de

capacidades cognitivas. No es lo mismo decidir si desea un té

o un café que si contrae matrimonio, transfiere una propiedad

o participa en un ensayo farmacológico.

Es un tema complejo dado que la falta de restricción puede

traer serias consecuencias al paciente y su entorno, vulnerando

el principio de beneficencia. La excesiva restricción por otra

parte, puede afectar la dignidad de la persona, vulnerando el

principio de autonomía.

En la Tabla 2 se enumeran los que se consideran requisitos

básicos para la toma autónoma de decisiones (4).

Aunque es improbable que un paciente con demencia

moderada o severa (Minimental menor a 20) sea capaz de

tomar decisiones complejas (15), no hay ningún test que

supere la experiencia y sentido común del examinador. Además

de los test psicométricos, las entrevistas semiestructuradas,

que incluyen preguntas específicas respecto a la decisión que

el paciente debe tomar, constituyen una guía razonable para

conocer el nivel de capacidad y la inclinación del paciente

respecto al tema a decidir (16).

En la Tabla 3 se señalan algunas preguntas que pueden guiar

la evaluación de la capacidad de tomar decisiones (9).

Discusión de alternativas terapéuticas

El Alzheimer es una enfermedad progresiva y mortal, para la

cual no se cuenta con tratamientos curativos, de modo que

el tratamiento es de tipo paliativo (17). En este contexto, la

variable calidad de vida constituye una prioridad terapéutica

y debería estar sistemáticamente incluida en la evaluación de

cualquier tratamiento (18). Lamentablemente en la mayoría

de los ensayos farmacológicos no se evalúa o los resultados

resultan contradictorios (19). Usando el sentido común, al

indicar o suspender un medicamento, además del efecto

farmacológico, debe discutirse también otras variables que

pueden influir la calidad de vida del paciente y sus cuidadores

Actuar voluntariamente, es decir, libre de coerciones.

Tener información suficiente sobre la decisión que se va a tomar.

Tener capacidades (psicológicas, cognitivas, volitivas y afectivas), que le permitan conocer, valorar y gestionar

adecuadamente la información, tomar una decisión y expresarla.

Tabla 2. Requisitos básicos para la toma autónoma de decisiones

¿Puede el paciente elaborar y expresar su decisión personal?

¿Puede el paciente justificar la decisión tomada?

¿Sus motivos son racionales?

¿Puede el paciente comprender los riesgos y beneficios de su decisión?

¿Puede el paciente comprender las implicancias de su decisión?

Tabla 3. Preguntas guía para evaluar la capacidad de tomar decisiones

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(3) 357-362]