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proyecciones al tálamo y tronco cerebral (desde su

output

principal, el complejo Gpi/SNr), constituyen una intrincada

red córtico-subcortical. Los GB están anatómicamente

segregados en tres circuitos: motor, límbico y asociativo o

cognitivo. La porción dorso-lateral de los GB constituye el

circuito motor proyectando sobre el córtex motor primario

y área motora suplementaria, la porción ventromedial de

los núcleos, forma el circuito límbico y conecta con áreas

límbicas corticales, y la porción anatómicamente localizada

entre ambas proyecta sobre el córtex prefrontral formando el

circuito asociativo (14).

Alteraciones de los ganglios basales características de

la enfermedad de Parkinson

La depleción dopaminérgica resulta en alteraciones

neurofisiológicas de la actividad de los GB que subyacen a los

síntomas cardinales de la enfermedad.

Debido a la pérdida de estimulación dopaminérgica se

produce una potenciación de la llamada vía

indirecta

o

“inhibidora” de la selección del programa motor sobre

la

directa

o “facilitadora” de movimiento. La falta de

dopamina se traduce en una hiperactividad (incremento de

la tasa de descarga) del NST y del complejo Gpi/SNr y por

lo tanto una inhibición tálamo-cortical. Este aumento en la

tasa de descarga ha sido asociado a estados de depleción

dopaminérgica tanto en modelos animales de EP como

en registro intraoperatorio de pacientes implantados con

electrodos de estimulación cerebral profunda (15-17).

Consistente con estos hallazgos, las discinesias inducidas por

levodopa (es decir, la manifestación clínica opuesta al estado

motor parkinsoniano) se asocian a una menor actividad en

Gpi y NST (18). Además, la falta de dopamina produce una

tendencia de las neuronas en los GB a descargar de manera

oscilatoria en lugar de la activación tónica fisiológica. Debido

a las múltiples interconexiones entre los GB y la de estos

con tálamo y córtex, este patrón de descarga patológico se

sincroniza en todo el sistema, a diferencia de lo que sucede

en condiciones fisiológicas normales en que el patrón

de descarga neuronal es funcionalmente específico para

cada núcleo (19). Estudios de registro de potenciales de

campo locales en los GB han relacionado el estado motor

parkinsoniano con un patrón de descarga de predominio

en banda beta (11-30Hz) y su reversión a banda gamma

(60-80Hz) tras la toma de levodopa y consecuente mejoría

clínica.

A pesar de los avances en el conocimiento del modelo de

los GB, persisten algunos “gaps” y paradojas sin esclarecer

como el origen del temblor o la contraintuitiva mejoría de

las discinesias al realizar una lesión o estimulación palidal

que no tiene explicación en el modelo actual.

EPIDEMIOLOGÍA Y ETIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE

PARKINSON

La frecuencia reportada de la EP varía dependiendo de los

criterios diagnósticos empleados, la población estudiada o

los métodos epidemiológicos utilizados. La prevalencia de

esta enfermedad se estima en 0,3% de la población general

y siendo aproximadamente el 1% en mayores de 60 años. La

incidencia estimada es de 8 a 18 por 100.000 habitantes/año

(20). Casi todos los estudios epidemiológicos han mostrado

que tanto la incidencia como la prevalencia de la EP es de

1,5 a 2 veces mayor en hombres que en mujeres, lo que ha

sugerido un posible efecto protector de los estrógenos (21).

Por otro lado, se trata de una enfermedad de distribución

universal aunque se han sugerido diferencias interétnicas

como un mayor riesgo en poblaciones hispanas (22).

La mayoría de los casos de la enfermedad de Parkinson son

esporádicos, siendo el envejecimiento el principal factor de

riesgo. Por otra parte, son conocidas algunas formas de EP

causadas por una mutación genética específica. En el caso de

la EP de inicio joven (

<

40 años) que representan alrededor

del 5% de los pacientes con EP (23), la probabilidad de un

origen genético es mayor que en los de inicio más tardío

y principalmente se asocian a una herencia autosómica

recesiva. En los pacientes con EP de inicio anterior a los 45

años, la mutación más común es la del gen de la

parkina

,

presente en el 50% de los casos familiares y en el 15% de

los esporádicos (24). Además, algunos factores ambientales

como la exposición a pesticidas o traumatismos cráneo-

encefálicos repetidos han sido asociados a un aumento de

riesgo, mientras que otros como el consumo de cafeína,

tabaco o alcohol, o la toma de antiinflamatorios no esteroides

podrían ser factores protectores (25).

El pronóstico es muy variable aunque, en términos

generales, la edad avanzada en el momento del diagnóstico

y la presentación como forma rígido-acinética serían factores

predictores de una progresión más rápida, mientras que

la forma de inicio tremórico tiene mejor pronóstico (26).

Aunque el arsenal terapéutico disponible ha mejorado

sustancialmente la comorbilidad de la enfermedad y alargado

la supervivencia de los pacientes con EP, la mortalidad sigue

siendo ligeramente mayor que la de la población general (27).

CLÍNICA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

Manifestaciones motoras

La EP se caracteriza por alteraciones fundamentalmente

motoras (2, 28). Los signos cardinales típicos son el temblor

de reposo que se presenta en el 70% de los casos y es

típicamente grosero y de gran amplitud, con una frecuencia

de entre 4 y 6Hz; la rigidez que es característicamente

[ACTUALIZACIÓN EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON - Dr. Raúl Martínez-Fernández y cols.]