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activaba los mecanismos que llevarían al inicio del trabajo de
parto. Sin embargo también se sabía que en algunas especies
madres hipofisectomizadas tenían embarazos de duración
normal (es decir, se iniciaba el trabajo de parto de manera
habitual).
Liggins también conoció el trabajo de Clive Stormont, un
genetista de la Universidad de California, que recolectó los
datos de una manada de vacas con una anomalía hereditaria
que producía una alta incidencia de embarazos prolongados.
En las autopsias de los fetos se revelaron hipófisis que eran
hipoplásicas o bien estaban separadas del hipotálamo y sus
adrenales frecuentemente eran hipoplásicas también.
Estaba claro que el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal
tenía que ver con el inicio del trabajo de parto.
Mont entonces comenzó a desarrollar su modelo experi-
mental con ovejas y a desarrollar las técnicas que le permi-
tieran tratar de responder su pregunta de investigación.
Entre 1963 y 1964 estandarizó su método: para realizar la
hipofisectomía realizaba una histerotomía, exponía la cabeza
del feto de oveja y realizaba una hipofisectomía mediante la
inserción de un fino catéter que en la punta no estaba aislado
y al llegar a la fosa hipofisiaria, mediante diatermia, la elimi-
naba. La sección del tallo hipotálamo hipofisiario lo realizaba
mediante el uso de otro catéter que insertaba a través de la
nariz del feto hasta la fosa hipofisiaria. Una vez allí, se retiraba
inyectando silicona. No fue fácil, pero una vez estandarizada
la metodología se pudo llevar adelante el proyecto.
El uso de ovejas tenía algunas ventajas que no tenían otros
modelos. Por un lado el tamaño facilitaba la manipulación de
los fetos y por otro lado el aborto luego de la cesárea realizada
para llevar a cabo la intervención era muy poco frecuente.
En 1965 ganó una beca para ir al la Universidad de
California, con el equipo de Peter Kennedy y Lou Holm. Ellos,
que conocían el trabajo de Liggins, lo recibieron con los
brazos abiertos y adaptaron el modelo de Liggins a sus inves-
Dr. Ross Howie y Dr Graham Liggins durante el desarrollo del estudio sobre el uso de corticoides antenatales.
(Gentileza del
Liggins Institute, Auckland University, New Zealand
).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(4) 554-560]