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a) Modo B, b) Doppler color, C) Reconstrucción 3D.

FIGURA 20. Tronco arterioso

B

A

C

De las tetralogía de Fallot diagnosticadas de manera

prenatal el 30-40% de los casos se asocia con alteraciones

cromosómicas, y la relación 22q11p- es más prevalente

en los casos severos (28).

En términos generales tiene buen pronóstico, y requiere

una cirugía reparadora con muy buenos resultados con

sobrevidas superiores al 90% a los 20 años (38). En los

casos complejos asociados a atresia de la válvula pulmonar

el pronóstico es reservado.

Tronco arterioso.

Tiene una prevalencia de 1 a 2 en

10000 recién nacidos vivos y corresponde a cerca del

10% de las anomalías conotroncales. Se asocia en cerca

de un 20% con aneuploidía (29). Se clasifica en cuatro

tipos de acuerdo al modo de emergencia de las arterias

pulmonares, existiendo la clasificación de Collet y Edwards

y la clasificación de Van Praagh (40).

En el diagnóstico prenatal observamos una arteria única

o tracto de salida único de gran tamaño que sale del

corazón y de la cual se origina las arterias pulmonar

y aorta. Este tronco es de mayor diámetro que la aorta

normal y cabalga sobre el septum interventricular

(Figura 20a). La velocimetría Doppler color y ecografía

3D nos permite una identificación precisa de la división

del tronco común (Figura 20b y c). La válvula truncal

generalmente es displásica. Al corte de tres vasos tráquea

se observan únicamente dos vasos (el tronco común y la

VCS). El diagnóstico diferencial se realiza con Tetralogía

de Fallot y atresia pulmonar.

Tiene una elevada asociación a anomalías cromosómicas

y estructurales, así como a otras anomalías cardiacas. El

riesgo de

hidrops

ocurre sólo en caso de insuficiencia

severa de la válvula truncal (28).

No hay compromiso hemodinámico durante la vida fetal.

Desde el punto de vista hemodinámico no es una cardiopatía

ductus

dependiente, pero sin embargo, el recién nacido cae

en insuficiencia cardiaca en las primeras semanas de vida.

Por lo tanto, requiere corrección quirúrgica en el recién

nacido. Si el tronco arterioso es aislado, el pronóstico

posquirúrgico es bueno, con supervivencia a largo plazo

alrededor del 80%, la tasa de re-intervenciones es alta,

principalmente por disfunción de la conexión entre el

ventrículo derecho y la arteria pulmonar (28).

Transposición de los grandes vasos (TGV).

La

transposición de los grandes vasos tiene una incidencia

de 2 por 10000 recién nacidos vivos (29) y en el

50% de los casos presenta otras anomalías cardíacas

asociadas siendo las comunicaciones interventriculares

las más frecuentes. La TGV es una de las CC que más

frecuentemente pasa desapercibida en la vida prenatal,

con una tasa diagnóstica que no supera el 20%. Se clasifica

en transposición completa y corregida. La forma completa

se caracteriza por una concordancia atrio-ventricular con

una discordancia ventrículo-arterial. De esta forma la

arteria aorta sale desde el ventrículo derecho y la arteria

pulmonar desde el ventrículo izquierdo. De acuerdo a

Becker y Anderson (41) tres son las variantes: TGV con

septum interventricular indemne (con o sin estenosis

pulmonar); TGV con comunicación interventricular; TGV

con comunicación interventricular y estenosis pulmonar.

La transposición corregida de los grandes vasos involucra

una discordancia atrio-ventricular y ventrículo-arterial. La

[Diagnóstico y manejo prenatal de patología cardíaca fetal - Dr. Hernán Muñoz y cols.]