424
El cuarto nivel de complejidad, representa a aquellos
centros que desarrollan una medicina de vanguardia para
un número reducido de condiciones y que son lugares de
referencia regionales, nacionales o internacionales.
Estos niveles de complejidad del cuidado prenatal, son
comunes a los cuidados médicos en general que se estra-
tifican acorde a una racional distribución de los recursos,
accesos de distintos volúmenes de población, objetivos
sanitarios, disponibilidad de profesionales y prevalencia
de condiciones o enfermedades que afectan al ser humano
en términos globales. No es de extrañar entonces, que
esta lógica de niveles de atención, se encuentre replicada
en todo el mundo, con matices y algún grado de variabi-
lidad (3, 4).
Modelos de atención en medicina materno
fetal
La forma de implementar y organizar el trabajo de los
equipos de salud que tienen a su cuidado gestantes
con factores de riesgo obstétrico, o que presentan
condiciones o enfermedades maternas o fetales,
responde a distintas variables. Un elemento central es el
espectro de profesionales que convergen en esta área.
Hacemos referencia al ginecobstetra general, al médico
Ginecobstetra Hospitalista y al obstetra con formación de
Medicina Materno Fetal. Cada uno de ellos da respuesta
a las distintas necesidades de la comunidad de manera
diversa y constituyen, junto a las matronas, los así deno-
minados proveedores de cuidados obstétricos.
El médico Ginecobstetra General
está dedicado al cuidado
de la mujer a lo largo de todo su ciclo vital. Abarca todo
aquello referente a procesos de normalidad y anormalidad
del sistema reproductor, incluida la glándula mamaria.
Realiza acciones preventivas, cuidados primarios, control
y resolución de embarazos y manejo médico y quirúrgico
de desórdenes relacionados con la reproducción.
El Gineco Obstetra Hospitalista
: así definido en la lite-
ratura anglo americana (5), hace referencia al proveedor
de cuidados obstétricos en las unidades de prepartos y
partos de los centros hospitalarios y en nuestro medio,
está representado por los médicos residentes. Estos
profesionales desarrollan tareas en sistemas de turnos
presenciales, de manera exclusiva como única actividad
laboral o vinculados con otras actividades asistenciales
dentro de la Gineco Obstetricia. En
EE.UU. ha tenido un
desarrollo tan importante que hoy existe la Sociedad de
Médicos Gineco Obstetras Hospitalistas (SOGH), agru-
pación que concentra a estos profesionales impulsando
actividades gremiales y formativas. Su primer congreso
nacional se realizó el 2011.
El médico de Medicina Materno Fetal
: es un sub espe-
cialista derivado de la Obstetricia y Ginecología, tras un
programa académico de entrenamiento clínico de dos o
tres años, con especiales competencias en el ámbito de
las complicaciones del embarazo, incluyendo enferme-
dades maternas y fetales. Esta disciplina incluye cuidados
pre concepcionales, cuidado prenatal especializado,
cuidados intraparto, complicaciones médicas y obsté-
tricas, diagnóstico y manejo de anomalías fetales. Todo
en un marco de la mejor comunicación efectiva con las
mujeres y sus familias (6).
Grandes problemas de la obstetricia
El segundo gran elemento que define los distintos
modelos de atención perinatal, es en relación con los
actuales grandes problemas de la Obstetricia. Todas aque-
llas condiciones o enfermedades que por su frecuencia de
presentación o impacto en el riesgo de enfermarse grave-
mente o morir, son definidos como grandes problemas
de la obstetricia. Usamos la denominación de “moderna”,
aludiendo a que con el transcurso del tiempo, algunas
de estas condiciones dejan de ser grandes problemas
y son reemplazados por la emergencia de otros nuevos.
Grandes problemas son hoy el parto prematuro, los
embarazos múltiples, la restricción del crecimiento fetal
intrauterino, las malformaciones fetales, los desórdenes
hipertensivos del embarazo y las enfermedades crónicas
maternas como condiciones de riesgo para la muerte de
la madre.
La utilización de protocolos clínicos, el entrenamiento
basado en trabajo de equipos, la simulación y educación,
se han traducido en una reducción del trauma obsté-
trico, mejoramiento de la documentación y en una mejor
percepción de seguridad de los profesionales y de los
pacientes (7).
El traslado a tiempo y eficiente de pacientes embarazadas
con algunas de las condiciones descritas como de alto riesgo,
hacia centros con mejor capacidad, se ha reflejado en
mejoría de los resultados, disminución de errores y satis-
facción de los pacientes. Esto es crucial en la atención del
parto prematuro por ejemplo, en que las Unidades Inten-
sivas Neonatales están siempre al límite de su capacidad
y se requiere de esfuerzos para coordinar el nacimiento
de un prematuro en el centro hospitalario, que en ese
momento tenga todos los recursos y capacidades nece-
sarias. En otros casos, la expansión de la telemedicina
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(4) 422-426]