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un esquema de tres dosis a los 2, 4 y 6 meses más un

refuerzo a los 12 meses. Desde el 2012 el esquema de

vacunación eliminó la dosis de los 6 meses, excepto para

los nacidos antes de las 37 semanas de gestación. Otorga

cobertura contra serotipos 1, 5, 4, 6B, 7F, 9V, 14, 18C,

19F y 23F, con cobertura para ENI cercana a un 67.9% en

Chile (23). Sus estudios de no inferioridad en relación a

PCV 7 son robustos, lo que le permitió su aprobación y

licencia de uso. La respuesta inmune ha sido aceptada

como un buen marcador de la eficacia y ha sido determi-

nada mediante concentración de medias geométricas de

anticuerpos e inmunoglobulinas G (IgG) contra cada uno

de los serotipos contenidos en la vacuna y mediante la

proporción de individuos que alcanzan una concentración

de IgG serotipo específicas igual o mayor que 0.35 μg/ml

(33). No existe evidencia de protección contra otitis media

aguda por

Haemophilus influenzae

no tipificable (HiNT). Su

conjugación a una proteína convierte al polisacárido en

timo-dependiente, confiriendo una mayor respuesta de

anticuerpos, memoria inmunológica y mejor afinidad por

el microorganismo. Se encuentra aprobada en Chile para

su uso en niños a partir de las 6 semanas de vida hasta

los 2 años de edad. Después de la serie primaria más del

97% de los niños alcanzan concentraciones de anticuerpos

protectores, reduciendo además el estado de portador

nasofaríngeo y por tanto la circulación del neumococo, ya

que generan inmunidad a nivel de las mucosas, tópico aún

no aclarado para HiNT. En relación a la eficacia vacunal

para neumonía, un estudio realizado en latinoamérica

en niños entre 6 y 16 semanas al momento de enrolarse

la estimó del 18.2% (IC 95%: 5.5-29.1) en esquema 3

+

1

contra neumonia probablemente bacteriana adquirida en

la comunidad; de 23.4% (IC 95% 8.8-35.7) para neumonía

consolidante según criterios OMS; de 100% (IC 95% 74.3-

100) para serotipos vacunales y de 65% (IC 95% 11.1-

86.9) para toda ENI (34). Respecto de impacto en ENI por

serotipos vacunales, un estudio realizado en Finlandia

demostró una efectividad con esquema 2

+

1 de 91.8%

(IC 95% 58.3 - 99.6) en menores de 2 años y de 86% en

menores de 2 y 5 años en Brasil y Kenia respectivamente

(31,35). Estudios de efectividad contra toda neumonía

demuestran valores del 13 al 28%. Respecto de OMA, la

efectividad reportada sería del 16% (36). En general, entre

el 7% y el 23% de vacunados presentan manifestaciones

locales leves. Se administra por vía intramuscular. En el

caso del esquema 2

+

1, las dos primeras dosis deben ser

administradas con 8 semanas de diferencia o más, en caso

de los niños más pequeños, y de 4 a 8 semanas o más para

los

>

7 meses. La dosis de refuerzo puede ser administrada

entre los 9 y 15 meses de edad. La hipersensibilidad a

algún componente de la vacuna, incluyendo las proteínas

transportadoras es una contraindicación de vacunar (23).

Vacuna conjugada 13 valente. Fabricada a partir de poli-

sacáridos capsulares de diferentes serotipos, conjugados

con CRM197. En el PNI se está utilizando a partir del 15 de

febrero del 2016 para niños que inician su vacunación en

la Región Metropolitana en esquema de 2, 4 y 6 meses, con

refuerzo a los 18 meses y para sujetos mayores de 2 años en

situaciones especiales. Otorgan protección complemen-

taria a PCV10 contra serotipos 3, 6A y 19A lo que aumentaría

la cobertura hasta un 87% para ENI en Chile, en menores

de cinco años (25,26). Se encuentra aprobada para su uso a

partir de las 6 semanas de vida en adelante. Después de la

serie primaria más del 98% de los niños alcanzan concen-

traciones de anticuerpos protectores, reduciendo además

el estado de portador nasofaríngeo (37). En relación al

impacto en neumonía de toda causa, se ha estimado que

se reduciría entre un 33% a 56% en niños (30,38,39). Un

estudio en Tennesse,

EE.UU.

, evaluó el impacto de PCV7 y

PCV13 en toda causa de neumonía en lactantes, objeti-

vándose una reducción del 72% en comparación con la era

prevacunal (28). En relación a prevención de OMA, la efec-

tividad mejoraría con vacunaciones desde temprana edad

y no cuando ya se presentan recurrencias, sin embargo la

información cada vez es más favorable, ya que reducciones

de 6 a 7% de las OMA podrían ser muy valiosas visto desde

la salud pública (40). Diversos y heterogeneos estudios

de efectividad han demostrado valores de reducción más

altos que los calculados teóricamente, con disminución de

hasta 28% de OMA y 23% menos requerimiento de colleras

(31,40,41). Por otro lado, estudios respecto de inmunidad

comunitaria, debido a su impacto en colonización nasofa-

ríngea, han demostrado disminuciones del orden del 64%

en incidencia de ENI por serotipos adicionales de PCV13 y

25% de reducción en incidencia de todas las ENI en sujetos

mayores de 65 años (27,31).

6. SARAMPIÓN

El virus del sarampión pertenece al género

Morbillivirus,

de la familia

Paramyxoviridae

. Puede producir neumonía,

ceguera y secuelas neurológicas, entre otras manifesta-

ciones clínicas, además de muerte. No posee tratamiento

específico. Antes de la introducción masiva de la vacuna-

ción era una enfermedad de distribución universal, con

elevada morbilidad y mortalidad, esta última principal-

mente en el menor de 1 año, lo que se logró revertir del

orden del 95-99% en los países desarrollados con la intro-

ducción de la vacunación. El único reservorio del virus es

el hombre. Se transmite con gran facilidad a través de

las secreciones nasofaríngeas de las personas infectadas.

Cada caso de sarampión puede generar otros 12 a 18

casos entre contactos susceptibles. Su periodo de trans-

misibilidad es de dos a cuatro días antes del inicio del

exantema hasta cuatro días después de la aparición del

[VACUNAS E INFECCIONES RESPIRATORIAS - Dr. Rodolfo Villena]