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mismo. Su período de incubación promedio es de 10 días
(rango 7-18 días). En Chile la introducción de vacuna de
sarampión desde 1963, asociada a campañas de puesta
al día y de seguimiento, han logrado su eliminación,
interrumpiéndose a partir de 1993 la transmisión endé-
mica, presentándose posteriormente solo casos y brotes
asociados a importación del virus, siendo declarado libre
de sarampión autóctono desde el 2012 (42,43).
La vacuna de virus vivos atenuados mediante pases repe-
tidos en células del embrión de pollo, o en células diploides
humanas produce una doble respuesta, humoral y celular,
siendo detectables anticuerpos tipo IgG, IgA e IgM en
suero y secreciones nasales a los 15 días, con un 95% de
seroconversión en individuos vacunados mayores de 15
meses de edad. Cuando se administra a los 12 meses, los
porcentajes de seroconversión son algo menores, entorno
al 90%, debido a la persistencia de anticuerpos maternos.
Presenta una eficacia protectora del 90-95%, o incluso
mayor, por lo que está indicado su uso sistemático en la
población infantil y de adultos susceptibles con el obje-
tivo de mantener altas coberturas y sistemas de vigilancia
adecuados que nos permitan caminar hacia su erradica-
ción. Por lo mismo, se deben realizar campañas de segui-
miento cada 4 a 5 años por el acúmulo de susceptibles
y considerar situaciones epidemiológicas de alto riesgo
como eventos internacionales masivos en la region o el
país. Por otro lado se debe verificar la inmunidad a saram-
pión y rubéola antes de la llegada al país de inmigrantes/
trabajadores, migrantes/agencias internacionales y/o
fuerzas de paz, y considerar las situaciones de turismo/
visitantes/residentes de la región de las Américas antes de
viajar a áreas de alto riesgo (42,43).
En Chile la vacunación frente al sarampión de la población
infantil se realiza con la vacuna combinada triple vírica en
2 dosis, la primera a los 12 meses de edad y la segunda
al cursar primero básico, como refuerzo inmunógeno y
para paliar posibles fallos vacunales primarios o secun-
darios. La administración de la vacuna dentro de las 72
horas siguientes a la exposición a un caso de sarampión
puede prevenir el desarrollo de la enfermedad clínica en
algunos casos, siendo la dosis administrada válida para
el cumplimiento del calendario vacunal sólo si ha sido
administrada a edad superior a los 12 meses. En caso de
brote, la primera dosis puede administrarse entre los 6 a
11 meses con vacuna monovalente o, en su defecto, triple
vírica, no siendo contabilizada como parte de las 2 dosis
del PNI. En general es muy bien tolerada. Puede adminis-
trarse cuando han transcurrido al menos 3-6 meses desde
la finalización de la quimioterapia/radioterapia, siempre y
cuando la enfermedad de base esté en remisión. En rela-
ción a los esteroides, se recomienda un intervalo de 1 mes
cuando un paciente recibe dosis altas de ellos durante
más de dos semanas. La administración de inmunoglobu-
linas y hemoderivados puede disminuir la inmunogeni-
cidad de la vacuna dependiendo de la dosis administrada.
Sus contraindicaciones además de las generales de las
vacunas, incluyen a la embarazada e inmunodeficiencias.
Actualmente en los alérgicos al huevo sólo se recomienda
precaución especial, como vacunar bajo vigilancia hospi-
talaria, pero no se considera contraindicación, si la reac-
ción alérgica previa fue de tipo anafiláctico (42,43).
7. GRIPE
La gripe está producida por virus influenza, pertene-
ciente a la familia
Orthomyxoviridae
. Hay tres géneros de
virus gripales el A y B son los más importantes, mientras
el C tiene escasa importancia patológica. En su envoltura
lipídica se encuentran las glicoproteínas que caracterizan
los antígenos superficiales de los virus, como la neurami-
nidasa (N) y la hemaglutinina (H). La gripe es un impor-
tante problema de salud pública, tanto por la morbilidad y
mortalidad que puede provocar directa o indirectamente
(en pacientes con patologías de base), como por los costos
económicos y sociales que origina. Se da tanto en países
desarrollados como en países en vías de desarrollo y apro-
ximadamente el 10% de la población se ve afectada anual-
mente. La enfermedad se presenta en forma de brotes
epidémicos, habitualmente todos los años y durante los
meses fríos, en instituciones cerradas y en condiciones de
hacinamiento, ya que la transmisibilidad del virus es una
de las más altas de todas las infecciones humanas con una
tasa de ataque anual del 15 al 42% en preescolares y esco-
lares. Toda la población es susceptible al virus de la gripe.
Sólo el virus influenza A produce cambios antigénicos, con
acumulación de mutaciones en H y N
(drift)
y captación de
H o N novel desde subtipos
(shift)
, lo que puede dar origen
ocasionalmente a pandemias, con elevada mortalidad.
Las cepas o subtipos H1N1 y H3N2 son de importancia
humana. Su incubación puede durar de 1 a 4 días, con una
media de 2 días, lo cual explica su rápida propagación. La
clínica comienza de forma abrupta, sin pródromos. La única
fuente de infección es el hombre enfermo o portador de
formas paucisintomáticas. La transmisión ocurre siempre
por mecanismo respiratorio directo, dada la labilidad
del virus en el medio ambiente. Durante las epidemias,
la tasa de gripe entre los niños es muy alta (40% en los
preescolares y 30% los escolares) transmitiendo la enfer-
medad al resto de la comunidad, ya que excretan títulos
muy altos de virus durante un periodo de hasta 2 semanas.
El período de transmisibilidad abarca desde el día previo
hasta 5 días después de la aparición de la sintomatología
o más en niños. La mayoría de las muertes se confirman en
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(1) 72-82]