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contribute to solving them and improve the metrics of
these units as well as the patient’s experience.
To facilitate the reader’s understanding, the proposed
interventions are presented using the same structure
presented in part I of this review, distinguishing
interventions at the three previously described levels:
A. Macro-management.
Recommendations related
to the need for governance and to highlight the level of
importance of the ECN with a new institutionality. The
redesign of the current capabilities to optimize the use
of it with diverse strategies.
A.1.
Institutionality.
A.2.
Responsible containment of the overload to the
emergency network.
A.3.
Improve the output capacity from the ER
A.4
. Design of other referral strategies.
B. Meso-management.
Review and emphasis on
the processes that determine the relationship between
the different components of the ECN. Description of the
connectivity needs and of a new patient orientation system
related to the coordination for the efficient use of the ECN.
B.1.
Connectivity optimization of the ECN components.
B.2.
Other interventions.
C. Micro-management.
Recommendations regarding
the definitions and inner management of ERs. From
its functional design to the impact strategies on the
effectiveness, efficiency and quality of these units.
Input – throughput – output.
D. Enabling conditions.
Key words: Emergency network, management, output
capacity.
PARTE 1: DESCRIPCIÓN
A. MAGNITUD DEL PROBLEMA
Según cifras del Ministerio de Salud (Minsal) (1), casi la mitad
(46%) de todas las atenciones médicas en Chile son otorgadas
en alguno de los establecimientos de la Red de Urgencia
(RdU), ya sean hospitalarios o de atención primaria (SAPU).
No solo la proporción es muy alta, sino también, el número
total en relación a la población estimada con cifras de hasta
19 millones de atenciones de urgencia por año, lo que
determina una tasa de utilización de la red de urgencia (RdU)
de 1100 atenciones/1000 habitantes por año (1). Y si sólo se
consideran las consultas en las Unidades de Urgencia Hospi-
talaria (UEH), son 571/1000hab/año (2). Nuestra tasa está
muy por sobre la de otros países como
EE.UU. con 445 aten-
ciones de urgencia/1000hab/año(2), Canadá 440/1000hab/
año (3), Reino Unido 360/1000hab/año (4), Australia
320/1000hab/año (5), y la ciudad de Bogotá, Colombia con
772/1000hab/año (6). Estos datos se deben interpretar de
forma cautelosa debido a que no existe un consenso inter-
nacional que defina un “servicio de urgencia” y por ello hay
quienes reportan la actividad de los centros de atención
primaria de urgencia o “
urgent care clinics
” dentro de la tasa
nacional de uso de la RdU, mientras que la mayoría de los
países solo reportan la actividad de las UEH.
En un reciente estudio de la Organización de Colaboración
y Desarrollo Económico (OCDE), Chile figura como el 3
er
país
con mayor tasa de consultas de urgencia, contabilizando
571 consultas cada 1000 hab por año, mientras la media es
de 308 (2).
En un análisis histórico y desagregado de la demanda de
urgencia podemos observar que desde hace 8 años y en forma
progresiva las atenciones de urgencia superaron a las aten-
ciones otorgadas en salud primaria, muy distinto del modelo
basado en atención primaria o medicina familiar, que supues-
tamente se ha propuesto desarrollar. Luego, esta demanda
de urgencia ha sido absorbida progresivamente por los servi-
cios primarios de urgencia como SAPU, servicios de urgencia
rural (SUR), entre otros, que actualmente resuelven cerca del
52% de los casos de toda la RdU(7). En un reciente informe
solicitado al Instituto de Administración de Salud (IAS) de la
Facultad de Economía de la Universidad de Chile por parte del
Minsal, publicado en febrero de 2016, los datos que se incor-
poran en la red de urgencia primaria no sólo a los SAPU y SUR,
sino también a otros componentes de la RdU como UEH de
baja complejidad e incluso aquellos como Atención Primaria
de Salud (APS) no SAPU, utilizados para atención urgencia. De
esta manera el informe señala que:
“En el período 2009-2013, los componentes de baja
complejidad (SAPU, SUR, APS no SAPU y UEH de baja
complejidad) se hacen cargo del 66% de la demanda,
quedando 6% a cargo de centros de mediana complejidad y
28% en centros hospitalarios de alta complejidad” (8).
Este dato es difícil de interpretar y comparar dado que la
actividad de las UEH de baja complejidad se suma a la de
los dispositivos SAPU. Más aún, se le suman las atenciones
de urgencia brindadas en la Atención Primaria, que sobre-
pasan los 3 millones de consultas anuales, con el propósito
de resolver la demanda de los SAPU (8).
Pese a esta contundente y esforzada labor que han brin-
dado los distintos dispositivos primarios de urgencia, las
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 186-198]