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porcentajes de ocupación muy elevados y permanentes

en el tiempo, muy por encima de lo recomendado: 70%

óptimo operacional, 80% máximo estándar recomendado.

Oferta de camas, particularmente camas críticas

En la “Guía de Organización y Funcionamiento de Unidades

de Pacientes Críticos” de 2004, desarrollada en conjunto

con la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, se propone

un estándar de 6 camas intensivas y 12 camas interme-

dias de adultos por cada 100000 habitantes, es decir 2

camas de cuidados intermedios por 1 intensiva (15). La

disponibilidad de este tipo de camas pueden significar la

diferencia entre la recuperación o no de un paciente. Es

por ello que siendo un insumo crítico tienen una gestión

externa y centralizada en la UGCC que, como se sabe,

gestiona la demanda y asigna el recurso por necesidad.

Para el año 2013, el DEIS/MINSAL reporta la existencia

de 2479 camas críticas estatales en total, repartidas en

los distintos servicios de salud del país, incluyendo camas

críticas de adultos, pediátricas y de neonatología. Esta dota-

ción representa el 9.97% del total de camas del SNSS (8).

La dotación de camas de intensivo adulto de la red pública

es de 532, lo que corresponde a una tasa de 3.96 camas

por 100000 habitantes, muy por debajo del estándar

propuesto. De esta manera, se ha considerado que la

brecha de dotación de estas camas es de 275 intensivas y

740 camas de intermedio, para la red estatal.

Estrategias de hospitalización alternativas

El modelo de atención tampoco considera de manera

orgánica la existencia de equipos de cuidado domici-

liario que pudieran sostener la demanda de atención de

pacientes egresados de los servicios de urgencia que

requieren cuidados de alguna magnitud más allá del que

pueda otorgar el grupo familiar. En todo Chile, el año

2013 se otorgaron 423931 tratamientos y/o procedi-

mientos en domicilio por profesional, para todo tipo de

pacientes, principalmente crónicos (16). Esta situación

también dificulta el egreso y el buen funcionamiento de la

UEH propiamente tal.

Algo parecido ocurre con algunos pacientes en situación

de calle, que por esta condición social, deben quedar

hospitalizados. Para ellos, no se encuentra ninguna estra-

tegia de solución formal respecto de las alternativas

de derivación para el continuo de su cuidado fuera del

hospital. Este es un problema de política pública, que no

solo afecta a la red de urgencia sino a todo el aparato de

atención de salud de nuestro país. En este sentido se han

implementado algunos planes de cuidado social desde

el Ministerio de salud, como también otros desde el

Ministerio de desarrollo social, cuyo impacto no han sido

evaluado a la fecha.

B.2. Meso - gestión

Resulta pertinente referirse a la meso - gestión que para el

propósito de este trabajo se entiende como la resultante

de las interacciones entre los distintos componentes de la

RdU, es decir, al hablar de red no solamente nos estamos

refiriendo a un conjunto de organizaciones estanco, que

sumadas, dan como resultado un proceso de atención, sino

que tanto o más importante de lo que ocurre en cada una

de ellas, puede ser la interacción que se da entre estas. Esta

interacción no se materializa en el funcionamiento de la red

de urgencia Pública como se señala en el informe del IAS

de la U de Chile al referirse a todos los Elementos/Compo-

nentes / Estrategias (ECE) de la RdU chilena (8).

Este componente, por la naturaleza del servicio que se

debe brindar la atención de urgencia, constituye una

ruta crítica de intervención, dado que gran parte de los

logros esperados estarán determinados por la atención

oportuna, de emergencia en el sitio donde se producen

los accidentes, o bien asociados a la celeridad del rescate,

que para algunas condiciones también se han denomi-

nado los “minutos de oro”.

B.2.1 Concepto actual de red

Existe una clara concepción de la necesidad de contar con

una debida coordinación entre los distintos niveles de

complejidad, sin embargo, en la práctica se puede cons-

tatar que estos procesos no se ejecutan con la regularidad

ni rigurosidad que se requiere. Esto ocurre por múltiples

causas:

- Mala concepción de RdU, en donde no se le asigna la

importancia que tiene la interacción en el resultado final

del servicio que se busca otorgar, sino sólo a las responsa-

bilidades individuales de cada eslabón.

- Falta de tecnología de información para Registro Clínico

Electrónico (RCE), trazabilidad, tasa de ocupación de

servidores, entre otros.

- Falta de institucionalidad y gobernanza de la red: super-

visión / fiscalización / normativas.

Desde hace años se ha descrito a la RdU como un sistema

piramidal de evaluación y derivación en donde toda la

atención de urgencia debiera ingresar al sistema desde la

red de SAPU (8). Posteriormente los pacientes a quienes se

les pesquisa una condición más compleja son derivados a la

UEH con más capacidad resolutiva. La conducción de estos

pacientes se realiza con ambulancias propias de cada SAPU

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 186-198]