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inconveniente, ya que sólo se sabrá si una VA es difícil,
una vez que se haya enfrentado a ella. Como veremos más
adelante, existen diversos predictores, ninguno de los
cuales en forma aislada, puede señalar con certeza que si
se tendrá problemas para manejar la VA (1). La presencia
de varios de ellos apunta a una mayor probabilidad de
tener dificultades en la intubación. Por esto, siempre
que nos encontremos en esta situación, debemos estar
preparados con un plan B y uno C ante la eventualidad de
no tener éxito con el plan inicial. La revisión de los algo-
ritmos existentes para el manejo de la VA, es útil para el
conocimiento de estas alternativas. Además, un consejo
útil para cuando se presente este problema es solicitar
ayuda precozmente.
El manejo de la vía aérea es una de las habilidades que todo
médico, independiente de su especialidad, debiera dominar.
Para ello, existen algunos conocimientos básicos que ayudan
en esta tarea. En este artículo revisaremos algunas defini-
ciones, aspectos relevantes de la anatomía relacionadas con
este tema, maniobras que actúan como coadyuvantes para
su mejor manejo y alternativas relacionadas con diferentes
dispositivos utilizados para este fin; específicamente utiliza-
ción de cánulas orofaríngeas, ventilación con mascarilla facial
e intubación endotraqueal.
La primera definición importante que debemos conocer
apunta a qué es una vía aérea difícil. Según la Sociedad
Americana de Anestesiólogos (ASA), es aquélla situación
clínica en la cual un anestesiólogo entrenado, experimenta
dificultad en la ventilación con mascarilla (facial), en la intu-
bación endotraqueal o ambas. En ello interactúan factores
del paciente, ambiente clínico y habilidades y preferencias
del operador. Puede ser reconocida o no reconocida (2). En
esta definición podemos ver que la calificación de VA difícil
se realiza una vez que ya se han intentado maniobras en un
paciente. Sin embargo, existen elementos que pueden hacer
sospechar esta eventual dificultad derivados de la historia y
el examen físico del paciente.
EVALUACIÓN DE LA VÍA AÉREA
La evaluación de la VA adquiere particular importancia para
estimar el grado de dificultad que tendremos en su manejo.
Esta debe incluir:
1. Historia:
• Antecedentes intubación difícil.
• Enfermedades que alteren la vía aérea:
-Congénitas.
-Adquiridas.
-Traumáticas.
2. Examen físico:
• Micrognatia.
• Apertura bucal.
• Tamaño de la lengua.
• Cuello grueso, corto o con flexoextensión limitada.
• Estado de la dentadura.
• Protrusión incisivos superiores.
• Protrusión mandibular.
3. Exámenes de imágenes:
• Radiografía
• Scanner
• Resonancia
• Presencia masas, desviación traqueal, etc.
Dentro de la historia clínica, el antecedente de haber tenido
una intubación difícil, es el factor más importante en la detec-
ción de pacientes con problemas en el manejo de la VA. En
relación a esto, importa conocer la mayor información posible,
como por ejemplo, si le entregaron algún documento en la
ocasión, si sabe cómo se solucionó el problema, si se mantiene
la condición que generó la dificultad, si fue una situación de
emergencia, u otros.
Enfermedades congénitas como Sindrome de Pierre Robin,
Goldenhar, Treacher Collins u otros, presencia de tumores,
estados patológicos (epiglotitis, absceso amigdaliano) o lesiones
traumáticas relacionadas con la vía aérea que hayan alterado su
anatomía normal, también son factores a considerar.
El examen físico debe realizarse como en cualquier paciente,
iniciándolo con la inspección. Debe darse particular impor-
tancia a la búsqueda de predictores de intubación difícil
(ID). Muchas veces con sólo mirar a una persona, sabremos
que tendremos problemas en manejar su VA. La presencia
de micrognatia se asocia a ID ya que la angulación desde
la entrada de la boca hasta la laringe es muy acentuada,
haciendo difícil la laringoscopía y visualización de las cuerdas
vocales. Igual sucede en aquellos pacientes que tienen limi-
tación en la protrusión de la mandíbula.
La clasificación de Mallampati Samsoon se utiliza rutinaria-
mente en la evaluación de la VA para intentar predecir la faci-
lidad con que podremos realizar la laringoscopia e intubación
endotraqueal. Consiste en la observación de características
anatómicas de la cavidad oral con el paciente sentado en frente
nuestro con la cabeza en posición neutra, al que se le solicita
que abra la boca lo más posible y que protruya la lengua sin
fonar. De acuerdo a las estructuras que se puedan observar
(paladar blando, fauces, úvula y pilares), se clasifica desde clase
1 a 4 (Figura 1); siendo la 1 aquella en que es posible ver sin
dificultad todas las estructuras mencionadas, hasta la clase 4
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 691-700]