Previous Page  130 / 156 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 130 / 156 Next Page
Page Background

942

hospitalario sería efectivo en aproximadamente dos tercios de

adolescentes con AN (32).

Pronóstico

Los trastornos alimentarios suelen ser enfermedades crónicas.

Estudios de seguimiento de adolescentes entre 4 y 20 años

después de la hospitalización, muestran que un 68% tiene

resultados positivos, 23% intermedios y un 9% pobre (en una

gama de indicadores biopsicosociales). La tasa de recupera-

ción aumenta con la duración del tiempo de seguimiento; por

ejemplo, aproximadamente el 33% de los individuos a los 4 años

y el 73% a los 10 años o más se recuperan.

El período de mayor riesgo para la recaída de AN es el primer

año después de la hospitalización o tratamiento ambulatorio. En

un estudio de seguimiento a 5 años de BN, tasa de remisión y

la recaída fue de aproximadamente el 74% y el 47%, respec-

tivamente. El seguimiento de veinte años sugiere una tasa de

remisión del 75% para BN Longitudinal. Estudios de TA sugieren

tasas de recuperación que van del 50% al 85% después de 4 a

6 años (27).

CONCLUSIONES

El abordaje de los problemas de salud mental en el hospital

general resulta indispensable para otorgar una medicina de alta

calidad, en especial en pacientes del alta complejidad.

El abordaje dependerá del tipo de establecimiento, las carac-

teristicas y necesidades del mismo. En la medida que podemos

realizar psiquiatría de consultoría y enlace con los pacientes

hopitalizados es evidente la contribución a mejorar el pronós-

tico de la enfermedad de base, como de las complicaciones

asociadas de largo plazo tanto médicas como de salud mental

contribuyendo adecuadamente al bienestar de los pacientes y

familias mejorando la calidad de vida posterior.

El diagnóstico, intervenciones precoces y el trabajo multidis-

ciplinario permite ir afinando los modos de cómo incluir a los

profesionales de salud mental. Esto dependerá principalmente

de la disponibilidad de recursos, pero debe ser con una parti-

cipación activa, permanente en el tiempo, participando en

reuniones y discusiones de los casos más complejos, lo que

permita generar relaciones colaborativas (vínculos) con los

equipos tratantes.

Los autores declaran no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.

1.

Hoyle L., The Function of Consultation-Liaison Psychiatry, Hoyle Leigh & Jon

Streltzer, Handbook of Consultation-Liaison Psychiatry 2015, 11-14.

2.

Kathol RG, Harsch HH, Hall RC, et al. Categorization of types of medical/

psychiatry units based on level of acuity. Psychosomatics 1992; 33 (4):376-

86.

3. Erazo R. Es Psicosomático lo mío, doctor? Rev Med Clin Condes 2012; V23

(5): 601-605.

4.

Davydow DS, Richardson LP, Zatzick DF, Katon WJ. Psychiatric morbidity in

pediatric critical illness survivors: a comprehensive review of the literature.

Arch Pediatr Adolesc Med. 2010 Apr;164(4):377-85.

5.

Schieveld JN, Wolters AM, Blankespoor RJ, van de Riet EH, Vos GD, Leroy

PL, van Os J. The forthcoming DSM-5, critical care medicine, and pediatric

neuropsychiatry: which new concepts do we need? J Neuropsychiatry Clin

Neurosci. 2013.

6.

Rojas O, Krauskopf V, Umaña J. Intervención psiquiátrica en programa de

trasplantes. REV. MED. CLIN. CONDES - 2010; 21(2) 286 - 292].

7.

Woolston JL. Psychiatric aspects of a pediatric intensive care unit. Yale J Biol

Med. 1984 Jan-Feb;57(1):97-110.

8 Knoester H, Bronner MB, Bos AP. Surviving pediatric intensive care: physical

outcome after 3 months. Intensive Care Med. 2008;34(6):1076-1082.

9.

Knoester H, Bronner MB ,Bos AP ,Grootenhuis MA. Quality of life in children

three and nine months after discharge from a paediatric intensive care unit:

a prospective cohort study. Health Qual Life Outcomes. 2008;6:21.

10. Als LC, Picouto MD, O’Donnell KJ, Nadel S, Cooper M, Pierce CM, et al. Stress

hormones and posttraumatic stress symptoms

following paediatric critical illness: an exploratory study. Eur Child Adolesc

Psychiatry. 2017 May;26(5):511-519.

11. Martin A, Volkmar FR: Lewis’s Child and Adolescent Psychiatry: A

Comprehensive Textbook, 4th Edition. Philadel- phia, PA, Lippincott

Williams & Wilkins, 2007.

12. Windich-Biermeier A, Sjoberg I, Dale JC, Eshelman D, Guzzetta CE. Effects

of distraction on pain, fear, and distress during venous port access and

venipuncture in children and adolescents with cancer. J Pediatr Oncol Nurs.

2007 Jan-Feb;24(1):8-19.

13. Bujoreanu S, Ibeziako P, Ray DeMaso D. Psychiatric Concerns in Pediatric

Epilepsy. Child Adolesc Psychiatric Clin n Am 2010; 19: 371-386.

14. Dyb G, Stensland S, Zwart J. Psychiatric Comorbidity in Childhood and

Adolescence Headache. Curr Pain Headache Rep. 2015; 19 (3): 1-8.

15. Jones J, Siddarth P, Gurbani S, Shields D, Caplan R. Cognition, academic

achievement, language, and psychopathology in pediatric chronic epilepsy:

Short-term outcomes. Epilepsy Behav. 2010 July; 18(3): 211-217.

16. Henkin Y, Sadeh M, Kivity S, Shabtai E, Kishon-Rabin L, Gadoth N. Cognitive

function in idiopathic generalized epilepsy of childhood. Develp Med Child

Neurology. 2005; 47: 126-132.

17. Berg A, Langfitt J, Testa F, Levy S, DiMario F. Residual cognitive effects of

uncomplicated idiopathic and cryptogenic epilepsy. Epilepsy & Behavior.

2008; 13 (4): 614-619.

18. Menlove L, Reilly C. Memory in children with epilepsy: A systematic review.

Seizure 25 (2015) 126-135.

19. Gucuyener K, Erdemoglu AK, Senol S, Serdaroglu A, Soysal S, Kockar AI.. Use

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(6) 932-943]