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Aunque los primeros de esos estudios sugirieron que las mujeres

presentaban trastornos depresivos del embarazo o del posparto,

pero rara vez ambos tipos de trastornos (4), estudios poste-

riores han mostrado que existe continuidad en la sintomato-

logía anímica perinatal. En la actualidad se sabe que alrededor

del 50% de los episodios de depresión posparto comienza en

realidad en el embarazo. En nuestro medio, un estudio prospec-

tivo de 108 mujeres encontró que, entre las madres con depre-

sión posparto, el 64% había presentado síntomas de depresión

durante la gestación. En cambio entre las madres sin depresión

posparto ello ocurrió solo en el 18% de los casos (5).

En 2013, la versión más reciente de la clasificación de enfer-

medades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría

(DSM-5), recogió estos avances y, en los criterios para Depre-

sión Mayor, sustituyó el antiguo especificador “de comienzo en

el posparto” por el especificador “con inicio en el periparto”. Esta

denominación se puede utilizar para especificar que el episodio

depresivo mayor se presentó durante el embarazo o en las

cuatro semanas posteriores al parto (6).

Con todo, limitar el especificador de comienzo de la depresión

posparto a las cuatros primeras semanas del posparto es enor-

memente restrictivo, todas vez que muchas depresiones puer-

perales aparecen más tardíamente. Por lo tanto, en este trabajo

se denominará depresión posparto a todo episodio de depresión

que se presenta durante el puerperio, independientemente de

si su comienzo ha sido en el posparto (hasta seis meses después

de que la mujer ha dado a luz) o durante el embarazo.

En relación a la salud mental de las puérperas, no siempre es fácil

diferenciar el posparto normal del posparto asociado a sintoma-

tología depresiva. La razón es que dentro del puerperio normal

se pueden encontrar cambios en el patrón de sueño, apetito,

libido, fatiga y preocupaciones diversas, los cuales también

pueden hallarse en presencia de depresión. Ahora bien, estos

síntomas depresivos pueden formar parte, en orden creciente

de gravedad, de cualquiera de las tres siguientes entidades:

DISFORIA POSPARTO

La disforia posparto (

postpartum blues

) es un trastorno transi-

torio muy común, presentándose en alrededor del 40% al 60%

de las puérperas (7). Aparece en forma más o menos brusca

e inesperada los primeros días posparto, típicamente alre-

dedor del tercer o cuarto día. Por lo general se prolonga sólo

algunas horas, o bien un día o dos. Se trata de un estado en que

se pueden encontrar fatiga, tendencia al llanto, ansiedad y, a

veces, ánimo depresivo.

Algunas mujeres adjudican los síntomas a una causa “hormonal”

debido a que no encuentran una explicación satisfactoria para

los síntomas. En este sentido, es interesante constatar que si

bien la causa de la disforia es desconocida, se presume que el

principal factor etiológico de la disforia es de índole biológico,

precisamente hormonal (8).

La disforia es un trastorno leve, que no altera la capacidad de

disfrutar de la madre ni tampoco su nivel habitual de funciona-

miento. No requiere tratamiento. Con todo, si el estado disfórico

se prolonga más allá de una semana, es pertinente considerar la

posibilidad de que la paciente esté desarrollando una depresión

posparto.

DEPRESIÓN POSPARTO (DPP)

La depresión posparto (DPP) ha sido denominada la complica-

ción obstétrica más común (9). En la actualidad se sabe que, al

igual que en otros países (10), al menos el 40% de las madres

chilenas sufre de síntomas depresivo-ansiosos inespecíficos

durante el puerperio y un 10-15% desarrolla un episodio depre-

sivo mayor (2,3).

Los síntomas de la DPP son, en general, muy similares a los

síntomas de los episodios de depresión que aparecen en otras

épocas de la vida (Tabla 1).

TABLA 1.

Síntomas de la Depresión Mayor

Modificado de referencia 6.

Así, junto al deterioro anímico, que se presenta la mayor parte

del día, casi todos los días (durante al menos dos semanas para

calificar como Depresión Mayor); o a la pérdida de la capacidad

de goce, se suelen encontrar ideas de culpa, de insuficiencia (“no

sirvo para ser mamá”), angustia, labilidad emotiva y tendencia

al llanto, fatiga y, muy a menudo, alteraciones del sueño que

exceden la perturbación del mismo atribuible al cuidado del

neonato. A veces el desánimo es más acentuado por la mañana,

por ejemplo al despertar (una característica particularmente útil

de identificar ya que por lo general predice una buena respuesta

a los antidepresivos).

• Ánimo depresivo la mayor parte del tiempo, casi todos los días

por dos semanas

• Pérdida de interés en, o de la capacidad de gozar de,

actividades que la persona habitualmente disfruta

Otros síntomas que pueden presentarse:

• Fatiga o falta de energía

• Inquietud o sensación de enlentecimiento

• Sentimientos de culpa o minusvalía

• Dificultades para concentrarse

• Alteraciones del sueño

• Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

[DEPRESIÓN POSPARTO EN EL CONTEXTO DEL HOSPITAL GENERAL- Dr. Enrique Jadresic]