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Con frecuencia la depresión del ánimo coexiste con bastante

angustia o bien con síntomas obsesivos. La mujer puede

presentar fantasías o temor de hacerle daño al bebé, vivencias

que a menudo no se atreve a verbalizar. En casos más graves

puede mostrar indiferencia por el hijo, mas rara vez, rechazo.

Claramente, los síntomas perturban el nivel de funcionamiento

materno en distintos ámbitos.

La mayoría de los casos de depresión postnatal no se presenta

inmediatamente posparto sino durante el transcurso del primer

mes del puerperio o poco después y, por lo general, los síntomas

alcanzan su intensidad máxima entre las 8 y las 12 semanas

después del parto.

Diversos estudios muestran que el principal factor de riesgo

de DPP es la depresión durante el embarazo (11-13). Además,

en concordancia con estudios extranjeros, estudios nacionales

han encontrado, entre otros, los siguientes factores de riesgo:

historia previa de depresión, eventos vitales adversos, apoyo

social deficiente, discordia marital y embarazo no deseado

(14-16) (Tabla 2).

que las mujeres con DPP, más que presentar fluctuaciones

anormales de los esteroides gonadales, tienen una sensibi-

lidad especial frente a los cambios hormonales normales del

puerperio (20).

A menudo, la DPP no es diagnosticada. De allí que puede

resultar útil recurrir a instrumentos de tamizaje, cuyo empleo

es obligatorio en algunas latitudes (por ejemplo, en algunos

estados de los

EE.UU

.). En la actualidad, el instrumento de

tamizaje más usado para detectar probables casos de DPP es

la Escala de Depresión Posparto de Edimburgo (EDPE) (21) (ver

Anexo). En Chile, se dispone de dos validaciones de esta escala,

una realizada en madres de nivel socioeconómico medio (22) y

otra en madres de nivel socieconómico bajo (23). Según ambas

validaciones, el punto de corte 9/10 es el mejor para diferenciar

probables casos de no-casos (puntaje

10= probable depresión

posparto).

DEPRESIÓN POSPARTO Y VÍNCULO MADRE-HIJO(A)

Como consecuencia de la DPP, se puede resentir el vínculo

madre-hijo(a), sobre todo si la depresión permanece sin tratar.

En algunos casos, las madres pueden involucrarse menos o, por

el contrario, tornarse estimuladoras en exceso. Los hijos pueden

responder menos, mostrarse menos propensos a la interacción

y en general presentar más emociones negativas.

En la actualidad se cuenta con múltiples estudios en los

que se han documentado los numerosos efectos adversos

asociados a la depresión materna posparto. Estas investiga-

ciones han encontrado consecuencias negativas a nivel del

vínculo madre-hijo(a) y el desarrollo infantil, tanto en términos

emocionales, conductuales como cognitivos (24,25). Por

ejemplo, Hay y colaboradores encontraron que los preado-

lescentes cuyas madres presentaron una depresión a los tres

meses de tenerlos; es decir, sufrieron de DPP, tuvieron coefi-

cientes intelectuales significativamente más bajos que los

niños cuyas madres no se deprimieron en ese período (26). En

otro estudio, este grupo de investigadores dio a conocer una

asociación entre DPP materna y violencia en los hijo(a)s, aún

considerando la depresión durante la gestación, su historia

de depresión y las características de la familia. Los hijo(a)s se

mostraron más violento(a)s si las madres habían estado depri-

midas al tercer mes posparto y al menos en una ocasión más

durante el seguimiento, el cual se extendió hasta que 11 años

después del parto (27).

La depresión puerperal no sólo puede afectar el modo como la

madre se relaciona con su hijo sino también la manera como lo

percibe. Se ha observado que las madres deprimidas perciben

más negativamente a sus hijos y que los consideran más difíciles

de criar que las madres controles no deprimidas (28).

TABLA 2.

Factores de riesgo de depresión posparto en

mujeres chilenas

• Depresión durante el embarazo

• Historia de depresión, especialmente perinatal

• Embarazo no deseado

• Conflicto en la relación de pareja

• Ausencia de pareja

• Estrés psicosocial

• Nivel socioeconómico bajo

• Deficiente apoyo social

En términos de factores etiológicos hormonales, no se cuenta

con evidencia que apunte a alguna hormona en particular.

Pareciera, sin embargo, que un subgrupo de las DPP se da en

el contexto de un trastorno tiroideo (17). Al respecto, cabe

mencionar que muchas veces la tiroiditis posparto no es diag-

nosticada. Se trata de una afección autoinmune y autolimi-

tada que afecta a alrededor del 3-4% de las puérperas (18). Se

presenta con una fase inicial de tirotoxicosis transitoria, seguida

de una hipofunción también transitoria. Se ha visto que dicha

disfunción tiroidea posparto se puede asociar a depresión (19),

pero no siempre es la causa del problema anímico.

Por otra parte, un interesante aunque pequeño estudio,

llevado a cabo en madres con historias de DPP, mostró que

el retiro brusco de estrógenos y progesterona (para simular

lo que sucede en el posparto) puede reproducir la apari-

ción de síntomas depresivos en estas mujeres. Esto sugiere

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(6) 874-880]