Table of Contents Table of Contents
Previous Page  55 / 80 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 55 / 80 Next Page
Page Background

40

J. Bustamante-Munguira, M.

Juez

/ Cir Cardiov. 2016;

23(1)

:38–44

Úlcera penetrante arteriosclerótica

De

todas

las

lesiones

englobadas

dentro

del

SAA

es

con

dife-

rencia

la menos

frecuente

(5-10%

de

los

casos

según

las

series).

Se

trata

de

una

lesión

arteriosclerosa

con

ulceración

que

penetra

en

la

lámina

elástica

interna

y

puede

provocar

la

formación

de

hematomas

en

la

capa media

de

la

pared.

Puede,

así mismo,

evo-

lucionar

hacia

cualquiera

de

las

otras

formas

de

SAA. Guarda

una

importante

relación

con

los

factores de

riesgo

cardiovascular, más

marcada que en

las otras 2 entidades

clínicas; es más

frecuente en

varones, personas mayores de 65 a˜nos y en aquellos que presentan

arteriosclerosis difusa. La

localizaciónmás frecuente es

la aorta des-

cendente

(90%) y en ello

influyen

como determinantes

los

factores

de

riesgo

cardiovascular.

En su proceso evolutivo, con

frecuencia da

lugar al desarrollo de

aneurismas saculares o fusiformes. La aparición de seudoaneurisma

aórtico

llega

a

estar presente hasta

en

el 25% de

los

casos,

y un 8%

va a presentar

rotura aórtic

a 8 .

Clasificación

Existen diferentes

clasificaciones que atienden a diversos

crite-

rios.

1) Según el

tiempo de evolución desde

la aparición de

los

sínto-

mas

se

clasifica en:

Aguda: menos de 2

semanas del

inicio del dolor

Subaguda: entre 2 y 6

semanas desde el

inicio del dolor

Crónica: más de 6

semanas

2) Según

la

localización de

la afectación

tendremos

las clasifica-

ciones anatómicas.

Se

utilizan

2

clasificaciones

y

tiene

una

gran

importancia

por-

que

a

partir

de

ellas

se

determina

el

tratamiento

y

la

estrategia

quirúrgica a

seguir.

Clasificación de DeBakey

Tipo

I: Se origina en aorta ascendente y se propaga distalmente,

al menos hasta el arco, y

típicamente a

la aorta descendente

(distal

a

la subclavia

izquierda). El

tratamiento

recomendado es el quirúr-

gico.

Tipo

II:

Se

origina

en

aorta

ascendente

y

se

limita

a

esta.

El

tratamiento

recomendado

también es el quirúrgico.

Tipo

III: Se origina en aorta descendente y

se propaga habitual-

mente

de

forma

distal.

Pero

puede

también

progresar

de

forma

proximal

hacia

aorta

ascendente

(disección

retrógrada).

Trata-

miento quirúrgico usualmente no

recomendado.

Tipo

IIIa:

Limitada a aorta descendente

torácica

Tipo

IIIb: Extendida a aorta abdominal

Clasificación de Standford

Esta clasificacióndivide la disección aórtica en aquellas que afec-

tan

a

la

aorta

ascendente

con

independencia

de

la

localización

de

la

puerta

de

entrada

(tipo A,

con

indicación

de

cirugía

urgente)

y

las

que

no

afectan

a

la

aorta

ascendente

(tipo

B,

tratamiento

ini-

cial no quirúrgico).

La disección del

arco

sin

afectación de

la

aorta

ascendente

se

clasifica

como

tipo B.

Epidemiología

En

Espa˜na,

basándonos

en

los

datos

del

Registro

Espa˜nol

del

Síndrome

Aórtico

Agudo

(RESA),

se

estima

que

el

SAA

tiene

una

incidencia

de

20-40

casos/millón

de

habitantes/a˜no,

siendo más

prevalente

en

varones

(70%

) 9 .

Dentro

de

la

distribución

según

enfermedades vemos que

lo más

frecuente es

la DA

(80%),

seguido

del HI

(15%)

y finalmente

la UPA

que

es

poco

frecuente

(5%). Res-

pecto

a

la

localización,

el

68%

de

las

lesiones

afectan

a

la

aorta

ascendente

(tipo A) y el 32% a

la aorta descendente

(tipo B).

Si analizamos

la

información de otras bases de datos como

la del

Registro

Internacional de Disección Aórtica (IRAD) de 1.010 pacien-

tes

estudiados

con

SAA,

el

5,7%

presentaron

un HI. Además,

entre

los 51 pacientes con

solo HI en el momento del diagnóstico

solo en

8

(16%)

este

progresó

a

disección,

valorado mediante

estudios

de

image

n 10,11 .

En

relación con

los

factores de

riesgo cardiovascular,

se ha visto

que

el

HI

se

asoció

con

hipertensión

de

larga

evolución.

En

un

metaanálisis de 143

casos

reportados,

aproximadamente

la mitad

presentaban hipertensión arteria

l 7,10,11 .

Clínica

Desde el punto de vista clínico existen muchas similitudes entre

estas

3

entidades

clínicas;

si

bien

es

cierto

que

hay

algunos

datos

identificadores o característicos en cada una de ellas. En el caso de

la

DA,

la clínica predominante es de dolor

torácico agudo descrito por

el paciente

como

«

desgarrador

»

,

irradiado a espalda

si

la disección

se

origina

por

debajo

de

la

subclavia

izquierda

(tipo

B)

y

retroes-

ternal en el

caso de que esté en

la

aorta

ascendente o

cayado

(tipo

A

) 12,13 .

Los pacientes con HI

tienen con más

frecuencia

lesiones de

tipo

B

que

los

pacientes

con DA,

así

en

el

registro

IRAD

el

60

frente

al

35% en el examen

IRA

D 10 .

El

hecho

de

que

el

dolor

sea migratorio

es

una

característica

variable

que

puede

llegar

al

50%

de

los

casos.

También

es

una

característica

variable

que

el

dolor

puede

ceder

para

reaparecer

con mayor

intensidad.

Estos

2

aspectos

a˜naden

complejidad

en

el

momento

del

diagnóstico.

La

ausencia

de

dolor

en

el

SAA

es

un

hecho muy

infrecuente. Así,

según datos del

registro

IRAD

este no

estuvo presente

solo en el 6,4% de

los caso

s 14 . A

l margen del dolor,

existen otras manifestaciones

clínicas menos

frecuentes.

A)

La

clínica

neurológica

es

relativamente

frecuente

y

a˜nade

severidad

al

cuadro.

Las

causas de

estas

son

variadas

y

entre

ellas

están:

1)

alteraciones

vasculares

(flujo

cerebral

reducido

y

acti-

vación

de

barorreceptores

aórticos),

2)

neurológicas

propiamente

(respuesta vasovagal al dolor) y 3) hipovolemia que genera hipoten-

sión

(sangrado periaórtico). En

las

lesiones

tipo A,

en

torno

al 15%

de

los pacientes presentan

síntomas neurológicos mientras que en

el

contexto del B

es mucho menos

frecuente

(6%)

según datos del

RES

A 9 .

Otra

de

las

manifestaciones

neurológicas

es

el

síncope,

que

igualmente

es más

frecuente

en

los

pacientes

con

SAA

que

pre-

sentan

lesiones

tipo A.

La hipertensión

arterial,

como

enfermedad

concomitante o

como

consecuencia del dolor, es más

frecuente en

las

lesiones

tipo B

(31,3

frente al 63%; p < 0,001). Por el contrario,

la

hipotensión/shock

y

la

insuficiencia

cardiaca

congestiva

lo

son

en

los SAA de

tipo A.

B) Clínica

cardiológica. La

insuficiencia aórtica

(IAo) aguda es

la

complicación

cardiaca más

frecuente

en

las

lesiones

tipo

A;

está

presente

en

el

40-75%

de

los

casos.

Los mecanismos

que

explican

su

aparición

son

1)

el prolapso del flap

intimal hacia

el plano

val-

vular

en

la

diástole,

2)

la

dilatación

aguda

de

la

raíz

aórtica

como

consecuencia de

la progresión de

la

luz

falsa y 3)

la disección de

la

raíz que

condiciona

la desinserción de

los velos valvulare

s 15 .

Otra

de

las manifestaciones

cardiológicas

son

los

fenómenos

isquémicos por afectación directa de

las arterias coronarias dentro

del proceso de

la disección

aórtica

o

en

el

contexto de

fenómenos

dinámicos

por

obstrucción

de

la

luz

por

el

flap.

Esto

va

a

gene-

rar alteraciones electrocardiográficas que

se presentarán en

forma

de

isquemia

(15-20% de

los

casos)

o

infarto

(7%).

Este hecho

tam-

bién puede complicar el diagnóstico diferencial en

los pacientes con

dolor

torácico, así

como

su manejo.