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A. Vázquez

/ Cir Cardiov. 2016;

23(1)

:45–49

47

presurización

de

la

falsa

luz

a

través

de

alguna

de

las

reentradas,

aunque todavía para ciertos autores este es un conceptomás teórico

que

rea

l 19 .

La preparación

ideal para

realizar una correcta anastomosis dis-

tal

requiere unas

condiciones de parada

circulatoria y

cierto grado

de hipotermia para disminuir

el metabolismo

y

el da˜no

celular de

los

órganos

durante

el

tiempo

que

no

están

perfundidos. De

esta

manera

se

facilita

la

construcción

de

una

anastomosis

«

abierta

»

,

que

permite

explorar

adecuadamente

el

interior

del

arco

aórtico

y

evitar

lesiones

derivadas

del

pinzamiento

aórtico,

que

debe

ser

evitado. David et col

. 20 m

ostraron que

la evitación del pinzamiento

aórtico

durante

la

fase

de

enfriamiento

y

la

construcción

de

una

anastomosis

distal

abierta

en

condiciones

de

parada

circulatoria

mejoraba

sus

resultados a

corto y

largo plazo, demostrando que el

pinzamiento

aórtico

no

solo

podría

inducir

la

presurización

de

la

falsa

luz,

sino

también originar nuevas

lesiones en

la aorta

per

se

.

La

anastomosis

distal

abierta

posibilita

la

extensión

de

la

anastomosis

distal más

allá

del

inicio

del

tronco

braquiocefálico,

extendiendo

los

bordes

de

resección

y

anastomosis

inferiores

en

la

convexidad

del

arco

aórtico

(sustitución

de

aorta

ascendente

ampliada a hemiarco). Pese a que la sustituciónde aorta ascendente,

bien aislada, bien ampliada como hemiarco,

suele

ser

suficiente en

una

gran mayoría de

los

enfermos,

existe disparidad de opiniones

en

lo

relativo

a

la

necesidad

de

sustituir

el

arco

aórtico

completo

de manera

sistemática

en

esta

afección.

En

general,

las

roturas

que

se

localizan

incluyendo

o más

allá

de

alguno

de

los

troncos

supraaórticos,

o

bien

aquellos

casos

que

presentan una

dilatación

aneurismática marcada

del

cayado

(> 50mm),

deberían

conside-

rarse para una

sustitución

total del arco aórtico.

La decisión acerca de

la

idoneidad de una

sustitución de cayado

aórtico simultánea en el mismo procedimiento es motivo de debate

en

la

actualidad

debido

al

considerable

incremento

en

morbi-

mortalidad

del

procedimiento

respecto

a

la

sustitución

de

aorta

ascendente

aislada,

así

como

a

la

mayor

dificultad

técnica

del

mismo

(constituyendo

en

ocasiones

un

verdadero

desafío

quirúr-

gico).

Existen

signos

de mal

pronóstico

que

orientarían

hacia

un

manejo más

intensivo de

la

afección

aórtica

aconsejando una

sus-

titución

completa de

cayado, entre

los que

se encontraría

n 12 :

1)

Aneurisma de

cayado aórtico preexistente > 50mm.

2)

Desgarro

intimal principal

localizado en el cayado aórtico distal

(no abordable mediante una exclusión

tipo

«

hemiarco

»

conven-

cional).

3)

Desgarro

intimal

secundario

con una

longitud > 10mm.

4)

Signos

clínicos evidentes de malperfusión visceral.

5)

Signos

radiológicos de malperfusión visceral potencial.

6)

Diámetro de

la

falsa

luz > 22mm.

7)

Diámetro de

la aorta

torácica descendente > 35mm.

Por

último,

durante

el

tiempo

de

parada

circulatoria

es

posi-

ble

realizar

algún

tipo

de

perfusión

cerebral

selectiva

en

función

de

la

técnica

de

canulación,

lo

que

permite

ampliar

el margen

de

tiempo de parada

circulatoria

y disminuir

el

grado de hipotermia.

Mediante

canulación

axilar

derecha

y

control

del

tronco

braquio-

cefálico

se

posibilita

la

perfusión

cerebral

anterógrada

unilateral

por

la

carótida

derecha. Múltiples

variantes

de

perfusión

cerebral

selectiva

han

sido

descritas

en

la

literatura médic

a 15 ,

aunque

en

el momento

actual

existe

una

tendencia

cada

vez más

generali-

zada

a pasar de

situaciones de parada

circulatoria

con hipotermia

profunda

(18

C)

a

hipotermia moderada

(24-25

C),

que

permite

márgenes de seguridad similares con

tiempos de circulación extra-

corpórea más

cortos,

al

necesitar

un

período

de

recalentamiento

meno

r 21,22 , a

unque

estos

aspectos quedan

fuera del propósito del

presente artículo.

Figura 2.

Resuspensión valvular aórtica mediante puntos

comisurales.

Tercer objetivo:

restablecer

la anatomía de

la

raíz y

la

competencia de

la válvula aórtica

No

es

infrecuente

encontrar

una

progresión

proximal

de

la

disección

hacia

la

raíz

aórtica

originando

diferentes

grados

de

incompetencia

valvular.

Los

principales mecanismos

que

generan

regurgitación aórtica

son

la

regurgitación

central por dilatación de

la

raíz, el prolapso de alguno de

los velos o

la

inversión de un

«

flap

»

intimal que se

interpone en el plano de coaptación valvular, siendo

la válvula aórtica estructuralmente normal hasta en un 70

% 23 . S

alvo

la

última

situación

(que

se

soluciona

per

se

con

la

sustitución

de

la

aorta

ascendente),

puede

ser

necesario

algún

tipo

de

actuación

sobre

la válvula aórtica o

la

raíz.

En general, un grado de

insuficiencia aórtica

ligero o moderado

suele ser bien tolerado, ymuchos pacientes no tratados de

lamisma

durante

una

cirugía

de

disección

aórtica

tipo A

pueden

permane-

cer asintomáticos durante

largos períodos de tiempo. Hay que hacer

especial énfasis en que esta situación constituye un recurso exitoso,

aunque

el mismo

paciente

necesite

un

procedimiento

de

sustitu-

ción

o

reparación

valvular

aórtico

a˜nos más

tarde.

Solo

aquellos

pacientes con un grado de regurgitación significativo (3+) necesitan

invariablemente un tipo de actuación concomitante sobre la válvula

aórtica,

que

debe

estar

dirigido

preferentemente

a

solucionar

el

mecanismo fisiopatológico que

la causa. En el caso de

la

insuficien-

cia

central, puede

ser

suficiente

con

la

reducción del diámetro del

anillo

sinotubular

durante

la

realización

de

la

anastomosis

proxi-

mal. Otra

técnica común y muy reproducible consiste en aproximar

las 3 comisuras con puntos en

«

U

»

de polipropileno 5/0 con

la finali-

dad de aumentar

la

superficie de coaptación entre

los velos

( fig. 2 ).

La

supervivencia

libre de

reintervención por

insuficiencia valvular

se

sitúa

entre

el 70

y

el 80

% 24 . P

rolapsos más

complejos

o

roturas

de alguno de

los velos

requieren

técnicas específicas de

reparación