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A. Vázquez
/ Cir Cardiov. 2016;
23(1)
:45–49
Figura 3.
Sustitución de aorta ascendente y
raíz aórtica
con
conducto valvulado.
valvular, y en estos casos puede ser más recomendable realizar una
sustitución valvular,
sobre
todo
si existen dudas
sobre
la fiabilidad
de
la
reparación.
Por
otra
parte,
ante
la
presencia
de
una
anulectasia
aórtica
franca,
en
pacientes
con
conectivopatías
tipo
Marfan,
o
ante
la
presencia
de
un
desgarro
principal
incluido
en
la
raíz
aórtica,
la
sustitución
de
la
aorta
con
un
conducto
supracoronario
puede
no
ser
suficiente,
siendo necesaria
la
interposición de un
conducto
valvulado para
realizar una
sustitución
completa de
raíz
con
reim-
plante de
los botones
coronarios
( fig. 3 ).En
este
tipo de pacientes
no
solo
se evita
la necesidad de una
segunda
intervención a medio
o
largo
plazo,
sino
que
también
se
asegura
la
sutura
proximal
al
anillo aórtico, evitando el
tejido de mala
calidad a nivel de
la
raíz.
Conclusiones
La
cirugía de
la disección
aórtica
tipo A
es una
situación
clínica
que
asocia
invariablemente
una
elevada mortalidad.
El
principal
desafío
al
que
se
enfrenta
el
cirujano
consiste
en mantener
con
vida al paciente una vez
superado el episodio agudo,
independien-
temente
de
la
evolución
de
la
afección
residual
aórtica
y
de
la
necesidad
o
no
de
reintervención
posterior.
Los
objetivos
quirúr-
gicos
se
dirigen
a
reinstaurar
el flujo
a
través
de
la
luz
verdadera,
eliminar el desgarro
(rotura) principal, y restablecer
la anatomía de
la
raíz
y
la
competencia de
la
válvula
aórtica para
limitar
los
efec-
tos
de
la malperfusión
visceral
y
coronaria,
el
riesgo
de
rotura
y
taponamiento
cardiaco, así
como el estado de
shock.
Existe
evidencia
suficiente
en
relación
con
que
la
canulación
periférica
con
permeabilización
de
la
luz
verdadera
es
preferible
a
la
canulación
central, y que el pinzamiento aórtico posee un alto
riesgo
de
lesiones
yatrogénicas.
Por
tanto,
la
sustitución
de
aorta
ascendente
que
incluya
el
desgarro
principal
es
el
tratamiento
de
elección en pacientes
con una disección de aorta
tipo A. La anasto-
mosis
distal más
segura
debería
ser
abierta
bajo
condiciones
de
parada
circulatoria
con
perfusión
cerebral
selectiva
(evitando
el
pinzamiento
aórtico)
y
extendida
o no
como hemiarco
en
función
de
la
situación
en
cada
caso.
Para
ello,
la
perfusión
anterógrada
por
vía
subclavia
derecha
directa
o
con
interposición
de
injerto
parece asegurar un mayor porcentaje de éxito y un menor número
de
complicaciones.
El
recambio
completo del
arco
aórtico debería
realizarse
en pacientes
con disección
tipo A
en
los que
el desgarro
principal
se
localiza
incluyendo
o más
allá
de
alguno
de
los
tron-
cos
supraaórticos, o bien en aquellos que presentan una dilatación
aneurismática marcada
del mismo
(> 50mm).
El
recambio
de
la
raíz
aórtica
y
la
sustitución
por
un
conducto
valvulado
está
indi-
cado
en
pacientes
en
los
que
el
desgarro principal
se
localiza
o
se
extiende
en
los
senos
coronarios
izquierdo
o
derecho,
o
ante
un
diámetro de
la
raíz aórtica
superior a 45mm. El estudio minucioso
de
la
tomografía prequirúrgica es
fundamental de cara a
identificar
el desgarro principal y
los diámetros aórticos en cada segmento, así
como de
las
luces verdadera y
falsa en el momento de
la planifica-
ción quirúrgica.
Sin
embargo,
el
contexto
clínico de
cada paciente,
así como
la
infraestructura disponible y
la experiencia del cirujano,
determinan, en último
lugar,
la
técnica más adecuada a aplicar.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales.
Los autores declaran que para
esta
investigaciónno se han realizado experimentos en seres huma-
nos ni en animales.
Confidencialidad
de
los
datos.
Los
autores
declaran
que
en
este
artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a
la privacidad y consentimiento
informado.
Los auto-
res declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de
intereses
El autor declara no
tener ningún
conflicto de
intereses.
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