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Page Background Cir Cardiov. 2016; 23(3) :148

Carta al Editor

Cardioplejía Del Nido

Del Nido

cardioplegia

Sr. Editor:

He

leído

con

interés

el

artículo del doctor Vázquez

et

al.,

sobre

la utilización de

la

cardioplejía Del Nid

o 1 .

Durante

los

a˜nos

70,

en

la

cirugía

cardíaca

en

nuestro

depar-

tamento,

utilizábamos

las

técnicas

en

uso

en

aquella

época,

para

reducir el da˜no miocárdico: hipotermia moderada en

la perfusión,

pinzamiento aórtico

intermitente, perfusión coronaria continúa en

los aórticos e hipotermia

local

con

suero.

En

aquellos

a˜nos,

al

aumentar

la

complejidad

de

los

enfermos

sometidos a cirugía cardíaca,

los resultados eran subóptimos. Surge

entonces el

término de

«

protección miocárdica

»

al confirmarse que

los métodos utilizados producían da˜no por

isquemia. Varios

auto-

res

retoman el concepto de

«

cardioplejía

»

,

introducido por Melrose

en

1955,

para

provocar

el

paro

cardíaco

electivo.

Se

desarrollan,

entonces,

múltiples

«

soluciones

cardiopléjicas

»

utilizando

como

base sueros cristaloides a

los que se a˜naden diversos aditivos, entre

ellos

algunos

anestésicos

locales

como

la

procainamida

y

la

lido-

caína, por

su efecto protector

celular.

En un

intento de aplicar estos adelantos, planteamos un estudio

para utilizar

la cardioplejía en nuestro hospital. Después de

revisar

la bibliografía decidimos

adoptar

la

cardioplejía de

la Universidad

de Alabama en Birmingham

(básicamente cristaloide con albúmina

y manitol).

Ante

las

dificultades

de

todo

tipo

que

nos

pusieron,

abandonamos el proyecto, mejor dicho

lo cambiamos. Basándonos

en

las

publicaciones

del

final

de

la

década

de

los

70,

sobre

la

uti-

lización de

la

sangre

como vehículo natural de

la

cardioplejía, que

aportaba un

sistema

tampón, una presión

oncótica

y un

trasporte

de oxígeno naturales, adoptamos

la

cardioplejía hemática.

A finales del mes de abril de 1980 comenzamos con

la cardiople-

jía hemática

fría

intermitente perfundida de

forma

anterógrada. A

la

sangre, obtenida de

la

línea arterial al

comienzo de

la perfusión,

se

le

a˜nadían 20mEq/l de

cloruro potásico y 200mg/l de

lidocaína

(como

protector

celular

y

para

reducir

el

espasmo

arterial

provo-

cado por el frío y el potasio). Lamezcla se perfundía en

la raíz aórtica

o en

las coronarias de

forma

intermitente, monitorizando

la tempe-

ratura del miocardio, para

ello utilizábamos un

sistema

artesanal,

pero eficaz y económico.

El

cambio

fue

espectacular,

tanto

al

facilitar

la

cirugía

como

en

la

recuperación

cardíaca

y

en

la

evolución

postoperatoria. Al

des-

pinzar

la

aorta,

el

corazón

permanecía

en

asistolia

durante

unos

minutos

(que

se

acortaron

al

reducir

la

lidocaína

a

100mg/l)

y

comenzaba

a

latir

en

ritmo

sinusal

o

en

ocasiones

con

bloqueo

AV

temporal,

rara

vez

era

necesario

desfibrila

r 2 . L

as

evoluciones

postoperatorias mejoraron notablemente,

reduciéndose

la morbi-

lidad

y

la mortalidad.

Convencidos

por

los

resultados,

los

demás

cirujanos adoptaron

la

técnica, pasamos entonces a utilizar un

sis-

tema

comercial de

cardioplejía

sanguínea para

simplificar

la

labor

de

las perfusionistas.

Sin

embargo,

la

protección miocárdica

abarca

no

solo

la

car-

dioplejía

sino

el

conjunto

de medidas

perioperatorias

dirigidas

a

evitar o

reducir el da˜no miocárdico por

isquemia y

reperfusión. En

nuestro protocolo

se

incluyen:

la hipotermia moderada, CO

2

en

el

pericardio para

reducir

el

embolismo

aéreo

coronario

y

sistémico,

y

la administración de manitol al despinzar

la aorta para

reducir el

edema miocárdico y

los radicales

libres. A todo

lo anterior debemos

a˜nadir

la paciencia para no sobrecargar al corazón hasta que no esté

plenamente

recuperado.

El desarrollo de

las técnicas de protecciónmiocárdica es un claro

ejemplo

de

cómo

las

dificultades

encontradas

en

la

práctica

clí-

nica

estimulan

la

investigación,

transfiriendo

después

los

nuevos

conocimientos a

la práctica.

Nuestro

sistema de

cardioplejía no es exactamente

igual que

la

Del Nido: no

se

a˜naden magnesio, bicarbonato ni manitol

(pero

el

llenado del

circuito de

extracorpórea

lo

incluye),

y

tiene menor

hemodilución.

Sin

embargo,

la

detallada

descripción

que

se

hace

en

el

artículo

del

comportamiento

cardíaco

durante

la

operación

y

en

el postoperatorio

es muy

similar.

Felicito

a

los

autores por

el

dise˜no del

trabajo,

su ejecución y

sus

resultados, y animo a utilizar

sistemas de protección miocárdica

similares.

Conflicto de

intereses

El autor declara no tener ningún conflicto de

intereses y no haber

recibido ayudas económicas.

Bibliografía

1.

Vázquez A, Favieres C, Pérez M, Valera F, Torregrosa

S, Do ˜nate L, et

al. Cardioplejía Del Nido: una estrategia de

protección miocárdica segura, eficaz y económica. Cir Cardiov. 2015;22:287 –93.

2.

Fernández

González AL,

Martín Trenor A,

Llorens R, Herreros J, di

Stefano S, Cato J, et al. Prevención

de la

fibrilación ventricular por reperfusión en cirugía cardíaca. Estudio

comparado de tres soluciones de cardioplejía. Bol Soc Vasco-Navarra Car- diol.

1996;6:71

4.

Alejandro Martín-Trenor

Sección de Cirugía Cardíaca, Departamento de Cardiología y Cirugía

Cardíaca, Clínica Universidad de Navarra, Pamplona, Navarra, Espa˜na

Correo

electrónico:

amtrenor@gmail.com http://dx.doi.org/10.1016/j.circv.2016.03.001

1134-0096/© 2016 Sociedad Espa˜nola de Cirugía Torácica-Cardiovascular. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Este es un artículo Open Access bajo

la

licencia CC BY-NC-ND

( http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ )

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