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Page Background Cir Cardiov. 2016; 23(3) :149

In memoriam

El

irrepetible Pedro Antonio. Pedro Antonio Sánchez

Fernández

(Sevilla, 1935-Madrid, 2016)

Hace

poco

tiempo,

cuando

no

disponíamos

de

móviles,

me

divertía

llamarle

a

casa

temprano,

algunos

fines

de

semana,

a

sabiendas de que

siempre obtendría

la misma

respuesta:

«

El

se˜nor

aún

duerme,

le

dejaré

una

nota

»

.

Sí,

Pedro

Antonio

era

un

verda-

dero

«

se˜nor

»

del

que

disfrutábamos

en

la

cirugía

cardiovascular

espa˜nola.

Le

conocí

cuando

vivíamos

entusiasmados

con

el

nacimiento

de

la

cirugía

cardiaca

pediátrica

en

nuestro

país. Algunos

colegas

me

contaban que Pedro Antonio,

aunque

joven

entonces, ya había

recorrido medio mundo

y

se

codeaba

con

las

primeras

figuras

de

nuestra

especialidad

que,

como

yo,

quedaban

cautivados

por

su

atractiva personalidad.

Comencé

a

comprender mejor

su

idiosincrasia

cuando

casual-

mente me

encontré

con una

entrevista que

le hizo Radio Arcos

en

la que decía:

«

Mis

raíces

están

en

el pueblo

embrujado de Arcos de

la

Frontera,

en

el

que

verdaderamente me

encuentro

en

casa

»

.

En

este

precioso pueblo

gaditano había nacido

su madre

y

allí

le

llevaban

cada

verano

de

vacaciones,

desde

Badajoz

donde

vivió

su

ni˜nez

y

adolescencia;

su padre

jerezano, D. Antonio Sánchez,

fue el primer

cardiólogo que

tuvo Extremadura en 1936. En esta entrevista decía

también que quería donar a Arcos de

la Frontera

su extensa biblio-

teca de más de 10.000

libros. Muchos

libros, mucha era

su cultura;

de cualquier asunto que se

tratara, Pedro Antonio

ilustraba con sus

profundos

conocimientos. Nadie

se aburría

teniéndolo

cerca.

Estudió Medicina

en

la

Universidad

Complutense

de Madrid

(1952-59) y posteriormente obtuvo el Diploma de Sanidad

(1960).

Su

formación

como médico

residente

(1961-64)

de

la mano

del

Dr.

Gregorio

Rábago

en

la

Fundación

Jiménez

Díaz,

le

permitió

extender

su

formación

en

San

Francisco,

en

el

Presbyterian Medi-

cal

Center-Pacific Medical

Center

de

la

Universidad

de

Stanford,

con

el prestigioso Dr.

Frank Gerbode,

con quien

fue

coautor de

los

primeros

trabajos de

circulación

extracorpórea

con oxigenador de

membrana. Siempre gozó del cari˜no y profunda amistad del matri-

monio Gerbode.

Desde

California, marchó

a

la Universidad

de Oregón,

concre-

tamente

al

Providence

St.

Vincent’s Hospital

en

Portland,

porque

quería

aprender

del Dr.

Albert

Starr,

inventor

de

la

primera

pró-

tesis mecánica

cardiaca,

publicando

con

este

popular

equipo

de

cirujanos

algunos

trabajos pioneros utilizando

el balón de

contra-

pulsación aórtico.

Cuando

a

finales

de

los

sesenta

decide

volverse

a

Espa˜na,

no

encuentra muchas

facilidades para

integrarse

en

los

escasos

equi-

pos de cirugía cardiovascular entonces existentes. Regresa a su casa

de Badajoz y

comienza ayudando a

su padre en

la

consulta de

car-

diología; D. Antonio

contacta

entonces

con

su

íntimo

amigo

el Dr.

Damián

Téllez,

Jefe

del

Servicio

de

Cirugía

del Hospital

Provincial

de Badajoz, excelente cirujano como sus hijos,

los Dres. Francisco y

Gabriel Téllez de Peralta, y allí Pedro Antonio continúa

formándose

en

cirugía general.

Algún

tiempo

después,

surge

la

oportunidad

en

Madrid,

y

obtiene

la plaza de médico

adjunto de Cirugía Cardiaca

Pediátrica

en

el

Hospital

La

Paz

que

dirigía

el

Dr.

Francisco

Álvarez.

Desde

entonces, nunca dejó

la cirugía de

las cardiopatías congénitas hasta

su

jubilación

en

el

a˜no

2005,

como

Jefe

de

Sección

en

el Hospital

Universitario

Ramón

y

Cajal

de Madrid,

lugar

donde

fue

el

coor-

dinador de docencia durante

casi 20

a˜nos. Aportó una producción

científica

relevante a nivel nacional e

internacional con más de 100

publicaciones

en

revistas

y

27

capítulos

de

libros.

Se

sentía

espe-

cialmente orgulloso del

libro de

texto

Cardiología Pediátrica Clínica

y Cirugía

en 2 volúmenes

(Ed. Salvat) del que

fue editor y director.

Siempre

llevó

a

gala

que había

sido

Presidente de

la

«

Sociedad

Espa˜nola de Cirugía Cardiovascular

»

(actual SECTCV), pero

también

de

su querida

«

Sociedad Latina de Cardiología y Cirugía Cardiovas-

cular Pediátrica

»

de

la que

fuemiembro

fundador en 1982, de

la que

recibió,

con gran

alegría, el nombramiento de Miembro Honorario

en 2010.

A

Pedro

Antonio

le

gustaba mucho

ser

secretario,

por

lo

que

le

hicieran

presidente,

lo

sentía

como

un

peque˜no

inconveniente.

El

puesto

de

secretario

le

venía

como

un

traje

a medida,

estaba

preparado

para

ello,

le

ponía

pasión,

inteligencia,

conocimientos,

buena pluma

.

.

.

Recuerdo el

recelo con el que

recibían en el Minis-

terio

de

Sanidad

sus

largas

cartas, muchas

escritas

a mano

(decía

que

así

resultaban más

directas

e

impactantes).

En

aquellos

a˜nos,

su

trabajo

de

gestión

fue

imprescindible

para

nuestra

sociedad

científica

y

la

Comisión

Nacional

de

Cirugía

Cardiovascular.

Nos

defendía

como

nadie

lo

ha

hecho,

estaba

convencido

de

lo

que

escribía, esa era

su

fuerza.

Aparte

de

nuestro

entorno

quirúrgico más

cercano,

secretario

fue

también

de

la

Sociedad

Espa˜nola

de

Cardiología,

la

Fundación

Hispana de Cardiología, Sociedad Latina de Cardiología Pediátrica o

representante espa˜nol de

la

International Network of Hearts (1985-

92) en Bruselas.

Su

personalidad

poliédrica

e

incansable

fue

reconocida

por

diversos organismos,

recibiendo

importantes distinciones

como el

Premio Antonio de

Lebrija,

la Encomienda de Número de

la Orden

del Mérito Civil o Caballero de

la Real Asociación del Monasterio de

Yuste.

Todo

esto,

con

ser muy

importante,

no

era

lo

que

nos

fasci-

naba

de

Pedro Antonio.

Su

generosa

amistad,

su

talante

abierto

y

apasionado,

su fina gracia andaluza,

su entusiasmo escribiendo,

su

constante

defensa

por

nuestra

profesión

y

el

enfermo,

su

extensa

cultura, sus vivencias sin

límites,

la puerta de su casa siempre espe-

rándote,

su vehemente apuesta por

la

siempre arrinconada

cirugía

cardiaca pediátrica en Espa˜na, o

su empatía

con

los más débiles.

La pérdida de su entra˜nable esposaMari LuzGalán (Luli) le afectó

mucho más que sus últimos

tropiezos con

la salud, no supo vivir sin

ella. Nos dejó el pasado 27 de

febrero en Madrid.

El próximo fin de

semana

estaré

tentado de

llamar

temprano

a

su

casa,

para

recibir

la misma

respuesta:

«

El

se˜nor

aún

duerme,

le

dejaré una nota

»

.

José Manuel Revuelta

Cirujano Cardiovascular

Correo

electrónico:

revueljm@unican.es http://dx.doi.org/10.1016/j.circv.2016.04.001

1134-0096/