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Figura 1. Aspecto del torso de una
paciente de 11 años
La paciente es portadora de una escoliosis estructural. Desnivel de hombros,
prominencia escapular y asimetría del triángulo del talle.
Autorizado por paciente para publicación de foto.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(1) 99-108]
La escoliosis idiopática del adolescente, su forma más común, tiene
una incidencia estimada de alrededor de 4x1000 habitantes. De esta
población, aproximadamente un 1% será portador de una curva severa.
En Chile se estima una prevalencia aproximada de 740 a 1100 pacientes
que cumplen con criterio de severidad que justifique una cirugía (2).
En este artículo se presentarán los principales elementos diagnósticos
que permiten reconocer precozmente la deformidad, como también los
principios de tratamiento de sus principales formas de presentación.
Evaluación clínica de la columna en niños
El examen ortopédico de la columna en niños debe ser realizado
anualmente y su relevancia es máxima en el inicio del período de
crecimiento acelerado que acompaña la pubertad. Este examen tiene
como primer paso la identificación de una escoliosis y determinar si
ésta es estructural. Los signos de una escoliosis en la inspección del
tronco son: asimetría de altura de hombros, prominencia de una de las
escápulas y asimetría del flanco con prominencia de uno de los rebordes
ilíacos. Para optimizar la identificación de estos aspectos el examen
debe ser realizado sólo con ropa interior y el pelo tomado (figura 1).
Si se identifica una escoliosis, se debe determinar si es estructural. El
examen clave para este propósito es muy simple: el
Test
de Inclinación
del Tronco o
Test
de
Adams
. Para efectuarlo el médico observa
tangencialmente el dorso del niño mientras se inclina en flexión con
los brazos simétricamente suspendidos. El hallazgo de una elevación
asimétrica ("un monte en el horizonte") sugiere rotación vertebral y por
lo tanto una probable escoliosis estructural que debe ser evaluada por
el especialista (figuras 2.1, 2.2 y 2.3).
Para evitar referir innecesariamente el paciente al especialista, se
debe excluir una escoliosis no estructural. Estas son curvaturas que
son completamente corregibles cuando se elimina el factor causal;
frecuentemente una diferente longitud de extremidades inferiores,
contractura muscular por dolor o mala postura. En estas, al no existir
rotación vertebral (figura 3A y B), el
Test
de
Adams
es negativo, por lo
tanto, no se observa giba.
Una consideración importante es el significativo efecto del crecimiento
en la progresión de la escoliosis. Es relativamente frecuente ver niños
con escoliosis que se mantienen en rango leve durante años, pero
que sufren un incremento importante de la curva con el crecimiento
acelerado de la preadolescencia y adolescencia. Por esto, es importante
un examen físico anual del niño por el/la pediatra hasta su adolescencia
avanzada.
EVALUACIÓN DEL NIÑO CON ESCOLIOSIS
Frente al hallazgo de una escoliosis, el examen clínico busca
principalmente excluir causas primarias identificables de la misma,
para así confirmar que se trata de la forma más frecuente, la escoliosis
idiopática. Un niño con escoliosis idiopática es un niño sano con una
curva y tanto la historia como el examen físico deben corroborar esto.
En ocasiones la patología de base es fácil de identificar, debido a
que el niño es portador de una enfermedad de base evidente, pero
algunos casos de escoliosis no idiopática se asocian a alteraciones
del canal raquídeo con hallazgos sutiles o incluso ausentes al examen
clínico.
Todo nuevo caso de escoliosis debe ser examinado meticulosamente,
buscando en forma dirigida signos neurológicos, estigmas cutáneos,
defectos de la línea media y elasticidad articular o cutánea exagerada.
Un examen neurocutáneo alterado orienta a una escoliosis secundaria
(no idiopática) y debe ser informado al especialista de referencia. En la
práctica, este examen es simple y rápido. Consta de la identificación
de asimetría de reflejos cutáneo-abdominales, extensores plantares
(
Babinski
), elasticidad articular y/o cutánea exagerada y estigmas
cutáneos (manchas café con leche axilares e inguinales, parche piloso
y/o hemangiomas de la línea media).