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una práctica clínica habitual en el paciente con diabetes. Las

pruebas funcionales autonómicas son recomendables con la

sospecha clínica al hacer el diagnóstico en DM 2, a los 5 años

de diagnosticada la DM 1 y en las siguientes condiciones:

-al implementar un plan de ejercicio en sujetos no entrenados,

-previo a una anestesia general,

-mal control metabólico y

-complicaciones microvasculares y neuropáticas.

La metodología disponible es sensible, no invasiva, reprodu-

cible y aplicable en forma ambulatoria. Las pruebas estanda-

rizadas son:

1) Variabilidad del intervalo RR durante la espiración e inspiración

(E/I)

2) Cambios de la frecuencia cardiaca durante a la maniobra de

Valsalva

3) Cambio postural de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial

(31).

Manejo preventivo:

Controlar según metas propuestas: la

diabetes, la hipertensión y las dislipidemias además de cesar

el tabaquismo y el alcohol.

Manejo Patogénico:

Una vez establecida la NAC las medidas

anteriores y algunos fármacos como inhibidores de enzima

convertidora (quinapril) y betabloqueadores (atenolol y

propanolol) pueden modular algunos efectos de la disfunción

autonómica y han demostrado utilidad en algunos estudios.

Las medidas mecánicas ante los cambios posturales son más

convincentes las terapias antioxidantes (ácido tióctico y vita-

mina E).

INSUFICIENCIA CARDÍACA (IC)

Epidemiología

Los aspectos epidemiológicos más destacables de la relación

entre la DM e IC son la prevalencia doble en los hombres,

y cinco veces mayor en las mujeres, en relación a sus pares

no DM; por otra parte el 25% de los sujetos enrolados en los

estudios de IC, tienen DM. La mayor morbimortalidad de la IC

asociada a la DM, se manifiesta en una calidad de vida peor,

menor tolerancia al ejercicio físico y menor tasa de sobrevi-

vencia en relación a los no DM (37% vs 46% P = 0,02) (32).

El aumento de la A1c en 1% en los diabéticos senescentes se

asocia a un 15 % de aumento de IC. Los costos en salud de la

DM se elevan exageradamente cuando aparece la ECA e IC.

Patogénesis

Las razones patogénicas que determinan los datos epidemio-

lógicos descritos son múltiples. Existe superposición de nume-

rosos factores etiológicos y en la mayoría de los casos la isquemia

miocárdica asociada a ECA es el más frecuente, aunque también

se aceptan como posibles factores de isquemia la microangio-

patía diabética y la disfunción endotelial de las arterias coronarias,

todavía no demostrados. La hipertensión arterial asociada en un

40 a 60% a la DM da cuenta de el 24% de los casos. (33) La hiper-

tensión agrega una carga mecánica que despierta señales intra-

celulares en los vasos sanguíneos y el corazón como estímulos

para la hipertrofia y fibrosis. La menos evaluada es la neuropatía

autonómica y se asocia a mayor mortalidad cuando está presente.

La activación del sistema renina-angiotensina (SRA) y el sistema

nervioso simpático (SNS) y los productos de glicosilación avan-

zada a través de su receptor, juegan un papel importante en la

DM, activando el factor de crecimiento transfomante

β

(TGF-

β

)

mediador de la fibrosis miocárdica. Estos tres factores sobre

expresados en la DM estimulan la remodelación cardíaca (hiper-

trofia y fibrosis), aumentan el consumo de AGL por el corazón y

el consumo de O

2

, disminuyendo la fosforilación oxidativa y el

rendimiento energético y además se inducen genes del programa

fetal contribuyendo a potenciar los efectos anteriores que deter-

minan primero disfunción diastólica y luego sistólica.

DIAGNÓSTICO Y PESQUISA

La IC cursa primero en una fase preclínica (asintomática)

compuesta por 2 etapas: etapa A, sólo con factores de riesgo

(Tabla 2), etapa que incluye al 100% de los diabéticos, conside-

rados de riesgo alto para desarrollar IC y la etapa B con altera-

ciones estructurales y funcionales sin traducción de síntomas,

detectada por exámenes de imágenes como la ecocardiografía

modo M bidimensional, Doppler pulsado y Doppler tisular y

bioquímica medida preferentemente por el péptido natriuré-

tico cerebral (BNP), porque el auricular es alterado por la hiper-

glicemia. La detección de Troponina I altamente sensible en un

diabético asintomático, implica un alto riesgo de insuficiencia

cardíaca, presumiblemente por daño miocárdico sub clínico (34).

La identificación de la fase preclínica facilitaría un tratamiento

oportuno y más efectivo para prevenir o retardar la progresión

a la fase clínica, pero los resultados en esta fase aun son desco-

nocidos. La fase clínica (sintomática) comprende la etapa C1 con

signos de IC o C2 con historia de IC y la D etapa final, con factores

de riesgo, alteraciones estructurales y funcionales, signos de IC e

historia de IC presentes. En esta última etapa, la más avanzada,

el pronóstico es más sombrío y la respuesta terapéutica menos

efectiva (35).

Medidas específicas:

Beta bloqueadores:

Todos los pacientes con insuficiencia

cardíaca deberían recibir beta bloqueadores, independiente-

mente de su severidad (36). Se ha comprobado un beneficio

en términos de mortalidad para metoprolol, bisoprolo y carve-

dilol. Este último (que tiene también acción bloqueadora alfa

adrenérgica), pudiera ofrecer ventajas en los pacientes diabé-

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(2) 175-185]