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El gasto cardíaco (GC = volumen sistólico eyectivo x frecuencia

cardíaca) se encuentra incrementado, siendo 50 – 300% mayor

que en individuos sanos. Este notable aumento del GC obedece

a los efectos combinados de diversos factores fisiopatológicos,

tales como el aumento de la frecuencia cardíaca de reposo,

el aumento de la contractilidad miocárdica, el aumento de la

fracción del eyección del ventrículo izquierdo, el aumento de

la volemia y, por último, a una disminución de la resistencia

vascular sistémica (3).

Se considera que la causa de la disminución en la capacidad

funcional de los pacientes hipertiroideos puede deberse a

una incapacidad de aumentar adicionalmente la frecuencia

cardíaca y la fracción de eyección, como ocurre normalmente

ante el ejercicio físico, dado que estos enfermos presentan

estas variables ya basalmente elevadas. Asimismo, se cree que

puede tener influencia la incapacidad para reducir aún más

su resistencia vascular sistémica -como acontece en sujetos

normales frente al esfuerzo físico- dado que el paciente aque-

jado de tirotoxicosis ya posee esta variable fisiológica acentua-

damente reducida.

En pacientes con tirotoxicosis de evolución prolongada o

bien en aquellos de edad avanzada, se presenta una miopatía

esquelética que puede contribuir también a la intolerancia al

esfuerzo físico.

Infrecuentemente, los pacientes hipertiroideos pueden mani-

festar síntomas como angina de pecho, en ocasiones asociada

a electrocardiogramas que revelan isquemia miocárdica. En

pacientes de edad avanzada puede existir enfermedad coronaria

obstructiva que se expresa en el contexto del cuadro tirotóxico

debido al aumento del consumo de oxígeno miocárdico provo-

cado por esta condición ya que todos los factores determinantes

del consumo de oxígeno miocárdico concurren:

1. Aumento de la frecuencia cardíaca.

2. Aumento de la contractilidad ventricular.

3. Aumento de la tensión de la pared ventricular.

Es interesante mencionar que, en ocasiones, estos cuadros angi-

nosos pueden manifestarse también en pacientes tirotóxicos

relativamente jóvenes. En estos, la anatomía coronaria estudiada

mediante coronariografía convencional o tomografía compu-

tada cardíaca, demuestra arterias coronarias libres de lesiones

obstructivas. En estos casos los síntomas anginosos se han atri-

buido a espasmos coronarios.

Fibrilación Auricular

En el hipertiroidismo la alteración del ritmo más frecuente es

la taquicardia sinusal, la cual se encuentra en la mayoría de los

pacientes afectados por una tirotoxicosis.

Sin embargo, la fibrilación auricular (FA) también se asocia signi-

ficativamente al hipertiroidismo. Si se considera una población

control, eutiroidea, el 2,3% de sus miembros presentan FA versus

el 13,8% de quienes sufren un hipertiroidismo clínico.

Entre los factores de riesgo para desarrollar FA en el contexto

de una tirotoxicosis se cuentan la edad avanzada (

>

70 años), el

género masculino, la hipertensión arterial, diabetes mellitus, la

presencia de una cardiopatía de base (coronaria, valvular o insu-

ficiencia cardíaca) y la intensidad / duración del estado tirotóxico

(3, 4).

Por otra parte, si bien en pacientes no seleccionados con FA la

prevalencia de hipertiroidismo es relativamente baja, se justifica la

medición de TSH debido a la posibilidad de restablecer el estado

eutiroideo lo cual facilita a su vez la conversión a ritmo sinusal. Esto

último puede ser muy difícil si se ignora la condición tiroidea del

paciente.

Desdeunpuntode vista terapéuticoel objetivo inicial es el control

de la respuesta ventricular mientras el paciente aún permanece

en FA. Los fármacos de primera elección para lograrlo son los

β

–bloqueadores asociados a medicamentos antitiroídeos. La

digoxina tiene claramente una menor utilidad para el control

de la frecuencia cardíaca; lo mismo puede establecerse para los

calcio antagonistas no dihidropiridínicos (diltiazem y verapa-

milo) los que utilizados por vía endovenosa conllevan un signi-

ficativo riesgo de hipotensión aguda en este escenario (9, 10).

Respecto al uso de anticoagulantes en la FA asociada a hiperti-

roidismo debe emplearse el mismo criterio que se utiliza para la

FA en otros contextos. Es decir, pacientes jóvenes, sin cardiopatía

estructural, sin hipertensión arterial ni diabetes mellitus, sin ante-

cedentes de eventos tromboembólicos previos no deberían ser

anticoagulados ya que su riesgo de tromboembolismo sistémico es

muy bajo, de forma tal que el riesgo de sangrado supera la even-

tual protección que puede conferir el anticoagulante. A la inversa,

pacientes que acumulan factores de riesgo para tromboembolismo

sistémico deben ser anticoagulados de acuerdo a las guías de prác-

tica clínica existentes. Están disponibles sistemas de puntaje que

ayudan a estratificar el riesgo de tromboembolismo sistémico; uno

de ellos es el CHA

2

DS

2

– VASc.

Con el tratamiento de la tirotoxicosis con fármacos antitiroideos

o yodo radioactivo (

131

I) la mayoría de los pacientes conver-

tirán a ritmo sinusal dentro de dos o tres meses. Sin embargo,

pacientes de mayor edad (p. ej.,

>

60 años) con FA de larga

duración pueden persistir en FA. En estos casos, una vez que el

enfermo se encuentra eutiroideo, debe intentarse una cardio-

versión eléctrica o farmacológica bajo anticoagulación apro-

piada. Con esta terapia la mayor parte de ellos obtendrá y se

mantendrá en ritmo sinusal, eventualmente con el uso asociado

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(2) 186-197]