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La presencia de placas pleurales calcificadas suele ser un
hallazgo radiológico en un paciente asintomático y se atribuyen
casi exclusivamente a asbesto dado su escasa prevalencia en
población general (28).
Algunos pacientes experimentan una reacción pleural inflama-
toria, con derrame pleural, alrededor de 10 a 15 años después
de haber estado expuesto a asbesto, la que suele ser transitoria.
El mayor problema con estos pacientes es hacer la distinción de
un derrame neoplásico.
El mesotelioma, neoplasia de células del mesotelio, habitual-
mente de la pleura, pero también descrita en peritoneo, cons-
tituye una manifestación casi exclusiva de exposición a asbesto.
Suele presentarse como derrame pleural del tipo exudado y/o
como un tumor de la pleura. Los síntomas suelen ser disnea, tos
y baja de peso (29).
Diagnóstico
Las placas pleurales y las atelectasias redondas pueden ser diag-
nosticadas como imágenes, como radiografía de tórax o tomo-
grafía computada.
La enfermedad intersticial (asbestosis) se describe de acuerdo
la clasificación OIT de radiografía de neumoconiosis, como se
explicó en la sección de silicosis.
Los derrames pleurales requieren el estudio tradicional de
líquido pleural y frente a la sospecha de mesotelioma se requiere
estudio histológico idealmente con biopsia quirúrgica o percu-
tánea. La distinción entre algunas variedades de mesotelioma y
reacción mesotelial puede ser difícil (29).
Se ha intentado hacer diagnóstico precoz y diagnóstico diferen-
cial del mesotelioma a través de la medición de moléculas en
líquido pleural como mesotelina, osteopontina y fibulina, pero
no han logrado un rendimiento del todo satisfactorio (30 - 32).
Tratamiento
El daño producido por asbesto, una vez establecido no tiene cura-
ción ni es susceptible de terapia en la actualidad. Las placas pleu-
rales y el derrame pleural benigno requieren seguimiento (29).
El mesotelioma tiene mal pronóstico y pobre sobrevida, dada su
agresividad y mala respuesta a quimioterapia. El uso de nuevas
drogas y bloqueadores de oncogenes y proteínas afines están
en estudio (33).
Prevención
Las enfermedades relacionadas al asbesto pueden teórica-
mente ser erradicadas, si se deja de utilizar asbesto en el
mundo. Aunque teóricamente esto es factible, en la prác-
tica será muy difícil y tomará bastante tiempo lograrlo. Los
materiales con asbesto que se desechan, suelen quedar en
lugares como basurales u otros similares, lo que permite que
fácilmente los manipulen personas que no conocen de su
existencia y no tienen opción de protegerse de la exposición.
Frente a la ruptura o destrucción de materiales conteniendo
asbesto, se liberan partículas que quedan nuevamente en
suspensión y pueden ser inhaladas. De lo anterior nace el
concepto de que no existe una política segura de manejo del
asbesto (34) y la única opción es eliminar su producción y
utilización.
Chile ha sido declarado país libre de asbesto desde el año 2000
(35), lo que implica que no debiera producirse o ingresar nuevo
material.
Enfermedades por hipobaria
Si bien se pueden encontrar referencias a efectos adversos de
estar en altura desde el siglo xv
I
, la descripción y conocimiento
de los efectos adversos de la hipobaria se describen desde
finales del siglo x
IX
y especialmente en el siglo pasado, con el
estudio de montañistas, centros de experimentación en altura y
pilotos de globos aerostáticos (36).
En el último siglo, la población expuesta a hipobaria ha crecido
enormemente, por una serie de razones: crecimiento de
ciudades, desarrollo creciente de faenas mineras y crecimiento
explosivo de vuelos comerciales y del turismo de montaña.
La exposición a hipobaria puede analizarse desde varias pers-
pectivas: aguda, crónica, intermitente, riesgos para enfermos
crónicos, efectos en montanistas y deportistas, efectos sobre
trabajadores, entre otros.
La relación entre hipobaria y enfermedades laborales es
probablemente la más importante en nuestro medio, dada
la cantidad creciente de trabajadores y faenas mineras que
se desarrollan en altitud, estimándose en sobre 50.000 los
sujetos expuestos (37).
Además, a diferencia de lo que sucede en montañistas, estos
trabajadores no suelen tener preparación física adecuada y
tampoco conocimientos de esta condición.
En este breve acápite se hará referencia a la relación con el
trabajo en altitud y sus consecuencias para la salud.
Fisiopatología
La cantidad de oxígeno que incorporamos en la respiración, es
función de la presión atmosférica, el porcentaje de oxígeno en
aire ambiental y la ventilación minuto (37). La concentración
[Enfermedades respiratorias ocupacionales - Dr. Mauricio Salinas F. y col.]