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Es posible reconocer células malignas y hacer técnicas de

inmunohistoquímica que permitan ayudar a identificar la

estirpe tumoral (25, 26).

pH

La determinación del pH puede sufrir variaciones por

problemas en su toma y procesamiento. Para la toma adecuada

no debe usarse la misma jeringa con que se infiltra lidocaína

en la piel. La determinación del pH se hace extrayendo unos

pocos ml de líquido a una jeringa nueva previamente hepari-

nizada, no deben quedar burbujas de aire (requiere anaero-

biosis) y debe ser procesada en la primera hora en el analizador

de gases. No debe procesarse si la muestra obtenida es pus

ya que puede dañar el equipo de gases. Se ha establecido

que la presencia de 0.2 ml de lidocaína en la jeringa acidi-

fica 0.15-0.4U la muestra, la presencia de heparina acidi-

fica 0.02U y la presencia de aire alcalinizará la muestra 0.05U

(25, 27). La utilidad de la determinación del pH se centra en

dos condiciones: 1) En el contexto de infección del espacio

pleural un pH

<

7.2 implica conducta: la instalación de un

tubo de drenaje pleural; 2) En el contexto de neoplasia, un

pH

<

7.3 tiene implicancias pronósticas: menor sobrevida,

mayor compromiso tumoral y posiblemente menor tasa de

éxito de la pleurodesis (17).

Estudio microbiológico

El estudio microbiológico en la infección del espacio pleural

debe contemplar la tinción de Gram y cultivo en medio

aerobio y anaerobio. El rendimiento de los cultivos es muy

variable entre los distintos estudios, sin embargo oscila

cercano al 60%. En el 40% no se aíslan gérmenes. Cuando

la infección pleural se ha adquirido en la comunidad, los

gérmenes aerobios más frecuentemente involucrados son

Gram positivos

Streptococco sp y Staphilococco Aureus

en el

65% de los casos. Los gérmenes Gram negativos se cultivan

menos frecuentemente y se observan cuando existen comor-

bilidades. Es posible aislar gérmenes anaerobios en el 12 –

34% de los casos y mediante técnicas de amplificación del

DNA se ha logrado evidenciar hasta en el 76% de los casos.

Cuando la infección se ha adquirido en el “

setting

” hospi-

talario, los gérmenes más frecuentemente aislados son el

St. Aureus

meticilino resistente y se observan más gérmenes

Gram negativos. La infección polimicrobiana con anaerobios

y Gram negativos es relativamente frecuente. El rendimiento

de estos cultivos puede aumentar en un 21% sembrando 2 a

5 ml de líquido pleural en frascos de hemocultivos (28).

La determinación de Bk y del cultivo de Koch tiene un bajo

rendimiento en la TBC pleural. La Bk es positiva en menos del

5% de los casos y el cultivo en medio de

Lowenstein Jensen

es positivo en menos del 20% de los casos en pacientes

FIGURA 3. Citología positiva para adenocarcioma

Gentileza Dra. Cristina Fernández.

El derrame eosinofílico es aquel con 10% o más de eosinó-

filos. Esto ocurre en el 7.2% de los derrames pleurales. Las

causas más frecuentes son neoplasias (34.8%), infecciones del

espacio pleural (19.3%) en especial el derrame paraneumó-

nico, idiopático (14.1%), trauma torácico (posiblemente por

la presencia de aire o sangre en el espacio pleural) y poste-

rior a procedimientos quirúrgicos. Otras causas descritas son

las infecciones por hongos, parásitos, la asbestosis pleural

benigna, drogas y el Síndrome de C

hurg Strauss

. En la medida

en que el porcentaje de eosinófilos aumenta

>

30 – 40% la

probabilidad de neoplasia disminuye (21). El abordaje del

derrame en esta condición es igual a cualquier otro y debe

incluir todos los procedimientos diagnósticos necesarios,

incluidos biopsia percutánea y toracoscopía si es necesario

(22).

Citología

La citología del líquido pleural es el examen más simple que

permite confirmar la malignidad del derrame (Figura 3). Su

rendimiento es cercano al 60% en casos de adenocarcinoma

pero disminuye en otras neoplasias como en el carcinoma

escamoso y mesotelioma 28%. El rendimiento depende de

la habilidad del patólogo para diferenciar células neoplásicas

de las células mesoteliales reactivas y de la extensión de la

enfermedad. Se requieren al menos 10 ml de líquido pleural

y volúmenes mayores a 75 ml no agregan mayor rendimiento

diagnóstico. En el derrame pleural maligno una segunda cito-

logía aumenta el rendimiento en 8 a 10%, por lo que ante la

sospecha de una etiología neoplásica, con una primera cito-

logía negativa, se recomienda ir directamente a la biopsia

pleural (1, 23, 24).

El bloque celular consiste en centrifugar 30 a 50 ml de líquido

pleural, fijarlo en parafina y luego realizar cortes histológicos.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(3) 313-324]