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por vía endoscópica, llamada disección endoscópica submucosa

(DES), recientemente incorporada al tratamiento del CCE precoz

de esófago.

Clasificación de la neoplasia superficial de

esófago

De acuerdo con la clasificación endoscópica publicada en el

Consenso de París (5), neoplasia superficial comprende la lesión

cuyo aspecto morfológico sugiere compromiso de las capas

mucosa y submucosa, sin infiltración de la muscular propia. En

Japón, las lesiones superficiales se denominan de tipo 0, en refe-

rencia a la clasificación de Borrmann de los tumores gástricos

avanzados (6). Existen tres subtipos de lesiones superficiales:

protruida (tipo 0-I), plana (tipo 0-II) y excavada (tipo 0-III). Las

lesiones que sobresalen se subclasifican en pedunculadas (0-Ip),

subpediculada (0-ISP) y sésiles (0-Is). En el esófago predominan

las neoplasias superficiales planas que se subdividen en super-

ficialmente elevadas en relación a la mucosa adyacente (IIA),

planas (IIB) y deprimidas (IIC), siendo raras las formas protruidas

y excavadas (5). Las neoplasias superficiales son además subdi-

vididas de acuerdo al grado de penetración transmural. M1

corresponde al epitelio y la capa basal, M2 a la lámina propia

o corion y M3 a la muscular de la mucosa. El compromiso de la

submucosa también se subdivide en SM1 (tercio superior), SM2

(promedio) y SM3 (tercio inferior).

En cuanto a la descripción histopatológica de los tumores

superficiales, la recomendación actual es utilizar la clasificación

de Viena (7), según la cual el cáncer se clasifica de acuerdo a la

clasificación TNM-p (“p” de la patología). En ausencia de invasión

de la lámina propia, la lesión se llama neoplasia intra-epitelial de

grado bajo o alto, y también se puede utilizar el término carci-

noma in situ (pTis). Cuando existe invasión de la lámina propia

esofágica, la neoplasia es llamada carcinoma intramucosal o

micro-invasivo (pT1m). Cuando hay infiltración de la submu-

cosa, la neoplasia se considera invasiva (pT1sm).

La importancia de estas subdivisiones se debe al hecho de que

el riesgo de metástasis en ganglios linfáticos tiene estrecha rela-

ción con la profundidad de invasión tumoral vertical en la pared

del órgano. Este dato es un criterio fundamental para la selec-

ción de candidatos para terapia endoscópica con fines curativos.

Cuando el compromiso neoplásico se limita a la porción epite-

lial superficial (M1 y M2), el riesgo de compromiso linfonodal es

cercano a cero y el realizar la resección por vía endoscópica es

suficiente para obtener cura (5, 6). Cuando el cáncer invade la

muscularis mucosa (M3) y la porción proximal de la submucosa

a una profundidad de 200 μ (SM1) conceptualmente este riesgo

puede llegar del 9% al 19%, respectivamente. En estos casos, que

se sitúan en el límite del tratamiento endoscópico curativo, una

mayor evaluación es esencial que observe cuidadosamente los

siguientes parámetros: tamaño del tumor, presencia de invasión

linfática-vascular y la extensión horizontal (ancho) de la invasión

de la lámina muscularis de la mucosa. En el estudio de análisis

multivariada de Choi et al. (8), en el que se evaluaron 190 piezas

de esofagectomía, los autores observaron que en los tumores

que afectaban de manera focal M3/SM1, cuando el tamaño de

la lesión neoplásica es inferior a 3 cm, no hay invasión linfáti-

co-vascular; y si el compromiso de la lámina muscularis mucosa

tiene una anchura inferior a 3 mm, el riesgo de metástasis en los

ganglios linfáticos es muy bajo (1 de cada 63 casos o 1,5%). En

presencia de infiltración masiva de la submucosa (SM2 y SM3)

se encuentran metástasis de ganglios linfáticos en aproximada-

mente el 40% de los casos.

Indicaciones para el tratamiento endoscópico

de la neoplasia superficial de esófago

Los criterios clásicamente aceptados para la resección endos-

cópica con fines curativos del cáncer superficial de esófago (9)

incluyen: profundidad del compromiso restringida a las capas M1

y M2 (epitelio y lámina propia), longitud máxima de 3 cm y exten-

sión lateral de menos de ¾ de la circunferencia, máximo de 4

lesiones. Con técnicas mejoradas para la resección endoscópica,

especialmente después de la llegada de la DES, estos criterios

se amplificaron, aceptándose el tratamiento endoscópico de las

lesiones mayores de 3 cm, aun que ocupen toda la circunferencia

del esófago y sin límite en el número de lesiones, siempre que

sean intramucosal. La Tabla 1 sintetiza las recomendaciones de

la Sociedad Japonesa de Esófago en cuanto a las indicaciones de

resección endoscópica para los CCE de esófago (9).

TABLA 1. Directrices para manejo endoscópico

de cáncer precoz de esófago segun la Sociedad

Japonesa del Esófago

ABSOLUTA

Invasión de M1 y M2

<

2/3 circunferencia

DES

RELATIVA

Invasión de M3 o SM1 sin

metástasis linfática

Invasión de M1 o M2

>

2/3 circunferencia

DES + CRT

EN

INVESTIGACIÓN

Invasión de SM2

DES para

control local

+ CRT

Principios técnicos de la resección mucosa

endoscópica (EMR)

La pared del tubo digestivo está formada por dos componentes

principales: la mucosa y la muscularis propia. Estos elementos

están unidos por una capa de tejido conectivo (submucosa). La

pared del esófago tiene un espesor entre 3,5 y 4 mm, así que

para extirpar una lesión neoplásica superficial se corre el riesgo

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 565-571]

Ref. 9.