Previous Page  9 / 160 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 9 / 160 Next Page
Page Background

561

lidad cuando es diagnosticado en pacientes más jóvenes y

el dramático e inexplicable aumento en la incidencia de ADC

durante las últimas décadas, asociado a las muchas variables

que están implicadas, al decidir sobre un beneficio.

• Evidencia a favor de la vigilancia

La vigilancia endoscópica se realiza principalmente para detectar

displasia y cánceres incipientes y asintomáticos. La velocidad a

la que la metaplasia progresa a displasia y cáncer, no está clara.

Existen guías en relación al

screening

en pacientes portadores de

ERGE que poseen más riesgo de desarrollar un EB, además de

la establecida conducta endoscópica en aquellos pacientes con

EB, que involucra la toma de biopsias aleatorias por cuadrantes

cada 1-2 cm., definiendo el seguimiento según los hallazgos de

las biopsias esofágicas obtenidas.

Lamentablemente, las técnicas de muestreo de biopsias endos-

cópicas aleatorias para identificar la displasia, han llevado a la

pérdida de toma de biopsias en zonas de displasia. También es

sabido que en ocasiones cuando se detecta displasia, pueden

pasar desapercibidos focos de cáncer invasivo.

Al evaluar la displasia mediante endoscopia de alta resolución,

se han encontrado que ésta se asocia con alteraciones visibles

de la mucosa, aunque sutiles en la mayoría de los casos. Por

lo tanto, ahora se recomienda que los endoscopistas deben

inspeccionar cuidadosamente el EB y biopsiar cualquier

anomalía visible, además de la obtención de muestras de

biopsias aleatorias.

• Marcadores Moleculares

Se ha propuesto utilizar marcadores moleculares como alter-

nativa a la toma de biopsias al azar para buscar displasia, pero

ninguno de ellos ha sido suficientemente probado para uso

clínico de rutina.

• Técnicas endoscópicas

La vigilancia endoscópica del EB debe incluir una inspección

cuidadosa de epitelio de Barrett con endoscopia de luz blanca

y alta resolución. Las técnicas que se han propuesto para

mejorar la identificación de las áreas displásicas para toma de

biopsias durante la endoscopia incluyen tinción de la mucosa

con colorantes vitales (cromoendoscopia), la ecografía, la

tomografía de coherencia óptica, confocal y la espectroscopía

de reflectancia utilizando absorción, dispersión de ilumina-

ción, fluorescencia e imágenes de banda estrecha. Aunque los

estudios iniciales son prometedores, ninguna de estas técnicas

aún ha demostrado proporcionar suficiente información

clínica adicional (más allá de la de alta resolución, luz blanca

endoscopia) para justificar su aplicación rutinaria con fines de

vigilancia.

3. Tratamiento de la displasia

a) Displasia de bajo grado y EB sin displasia

Las técnicas endoscópicas para la erradicación del EB, inclu-

yendo electrocoagulación multipolar, la terapia fotodinámica

y ablación por radiofrecuencia, también se han aplicado a los

pacientes con DBG o EB sin displasia. Sin embargo, la eficacia de

la ablación endoscópica para la prevención de cáncer en estos

pacientes no se ha establecido. Existen muchas preguntas sin

respuesta sobre la durabilidad del procedimiento de ablación y

la necesidad de vigilancia endoscópica después de la ablación.

Debido a esto, no se recomienda el tratamiento endoscópico de

rutina para pacientes con DBG o con EB sin displasia. Se sugiere

para los pacientes con DBG realizar vigilancia endoscópica a

intervalos de 6 a 12 meses (21). Para pacientes sin displasia y

sin signos endoscópicos de neoplasia se recomienda vigilancia

endoscópica cada tres a cinco años.

b) Tratamiento de la displasia de alto grado (DAG) (Neoplasia

intraepitelial)

Para los pacientes con DAG confirmada en el EB, en general, hay

tres opciones de manejo propuestas:

I. Esofagectomía

II. Terapias de ablación endoscópica

III. Resección mucosa endoscópica

IV. Terapia de Erradicación Endoscópica Multimodal (TEEM)

La Asociación Americana de Gastroenterología (AGA) recomienda

que los pacientes con DAG en EB se sometan a terapia de erra-

dicación endoscópica con ablación por radiofrecuencia, terapia

fotodinámica o resección mucosa endoscópica.

I. Esofagectomía

Consiste en la resección de la lesión premaligna, de la zona

displásica y de los ganglios.

Durante décadas, los pacientes con DAG y ADC han sido tratados

con cirugía que representa el tratamiento definitivo, ya que es la

única terapia que elimina todo el epitelio neoplásico, neoplasia

oculta y los ganglios linfáticos regionales.

El 30-50% de los pacientes sometidos a esofagectomía desa-

rrollan al menos una complicación postoperatoria grave como

neumonía, arritmia, infarto, insuficiencia cardíaca, infección de

herida operatoria y filtración de la anastomosis. La esofagec-

tomía se asocia frecuentemente con problemas a largo plazo,

tales como disfagia, pérdida de peso, reflujo gastroesofágico

y dumping. Técnicas mínimamente invasivas están asociados

con tasas de morbilidad y mortalidad postoperatorias similares,

pero con una disminución de la hemorragia, dolor postopera-

torio y el tiempo de hospitalización en una unidad de cuidados

intensivos. Su papel en el tratamiento del EB con DAG sigue

siendo definido, pudiendo ser una opción en centros con

[ESÓFAGO DE BARRETT: REVISIÓN DE LA LITERATURA - Dra. M. Antonieta Ramírez R. y col.]