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Diagnóstico

El diagnóstico de EC se basa en la historia clínica, serología y

endoscopía con biopsia de duodeno, esta última con un rol

confirmatorio de la enfermedad. El estudio de HLA se consi-

dera solo para situaciones de dificultad diagnóstica (27-29).

Existen otras entidades que deben diferenciarse de la EC como

la sensibilidad al gluten no celiaca y la alergia al trigo. En éstas

hay síntomas digestivos y extraintestinales similares a los

de la EC pero sin los marcadores serológicos, la biopsia ni la

base genética que la caracterizan. La sensibilidad al gluten de

origen no celíaco se refiere a aquellos pacientes que desarro-

llan síntomas en relación a la ingesta de cereales que contiene

gluten y que luego mejoran a suspender el gluten de la dieta,

sin cumplir criterios de EC. La alergia al trigo es una hipersen-

sibilidad tipo I mediada por Inmunoglobulina E, que se puede

medir en sangre (30).

Test serológicos.

Los anticuerpos anti-endomisio (EMA) y

anti-transglutaminasa tisular (tTGA) son las dos pruebas que

se usan actualmente para el diagnóstico de EC, y han reem-

plazado los antes usados anticuerpos anti-gliadina, de peor

rendimiento. El EMA tiene una especificidad de 99%, con una

sensibilidad variable (31).

El tTGA basado en IgA (tTGA-IgA) es el test de primera elec-

ción para el diagnóstico de EC según las guías actuales del

American College of Gastroenterology,

con una sensibilidad y

especificidad cercanas al 98% (27). Sin embargo, por el déficit

de inmunoglobulina A que se describe en el 2-3% de los

pacientes con EC (32) se recomienda testear con tTGA-IgG y/o

IgG anti-péptido gliadina deaminado (DGP) en los pacientes

deficitarios de esta inmunoglobulina. El tTGA-IgG tiene un

bajo rendimiento en pacientes con niveles normales de IgA

pero una especificidad y sensibilidad de 95% en pacientes

con deficiencia de ésta, de manera que su uso se justifica

solo en presencia de esta condición (27). Los anticuerpos

anti-DGP -que es el marcador serológico más nuevo- no han

demostrado tener un rendimiento mayor que el tTGA-IgA, y

su uso está justificado en pacientes pediátricos menores de

dos años (en combinación con tTGA-IgA) y en pacientes con

déficit de IgA (31, 33).

Por la agregación familiar descrita se sugiere que los fami-

liares de pacientes con EC sean estudiados dirigidamente

con serología, ya sea que presenten o no síntomas compati-

bles con la enfermedad. Se ha visto que aquellos familiares

que se consideraban asintomáticos mejoran algunas moles-

tias para las cuales no tenían explicación luego de instaurar

una dieta libre de gluten (27). Los familiares sintomáticos

con serología negativa deberían estudiarse con biopsia

duodenal (33).

En otro grupo de riesgo como los pacientes diabéticos tipo 1

se recomienda la búsqueda de EC con serología cada uno o dos

años en niños y la toma de biopsias de duodeno en adultos que

se sometan a endoscopia digestiva alta por cualquier causa.

Aun así, el screening en pacientes diabéticos tipo 1 asintomá-

ticos es controversial. No se recomienda el screening de EC

en las otras patologías autoinmune asociadas a menos que

presenten síntomas que sugieran la enfermedad (27, 33).

Existe una tendencia en algunas personas a seguir una dieta

libre de gluten sin tener el diagnóstico de EC. Este grupo de

pacientes puede presentar serología negativa de manera que en

caso de sospecha de EC debe recurrirse a estudio de HLA -que

prácticamente descarta la enfermedad en caso de no ser DQ2 o

DQ8- y eventualmente biopsia duodenal luego de una prueba

de dieta con gluten (27).

Evaluación endoscópica.

Se describen varias caracterís-

tica endoscópicas en EC tales como la pérdida de pliegues

mucosos, patrón en mosaico, pliegues festoneados, nodu-

laridad, fisuras y prominencia de la vasculatura submucosa

(Figura 2). Su sensibilidad por endoscopía digestiva alta es

cercana al 60% y su especificidad 95-100% (34). Algunas

técnicas como la visión bajo inmersión en agua, magnifica-

ción y cromoendoscopía pueden ayudar a identificar mejor

las zonas de atrofia para dirigir las biopsias (35, 36). Debido

a la naturaleza en parche de las lesiones, se recomienda la

toma de múltiples biopsias endoscópicas de duodeno: 1 o 2

en bulbo (posición horaria 9 y/o 12 horas, que es donde se ha

demostrado mejor rendimiento diagnóstico) y al menos 4 de

duodeno post-bulbar (27, 37). Es relevante la toma de biop-

sias de bulbo pues aumenta en 18% el rendimiento diagnós-

tico comparado a la toma de biopsias limitadas a la segunda

porción duodenal (37).

Debido a la baja sensibilidad de los hallazgos descritos, ante

la sospecha clínica de EC con duodeno de aspecto normal a la

endoscopía se recomienda de igual manera la toma de biopsias

(33).

La cápsula endoscópica es un método de uso reciente y útil para

evaluar la mucosa del intestino delgado. Se describen sensibili-

dades sobre 70% para detectar atrofia en EC. Se ha comparado la

sensibilidad diagnóstica para EC de la endoscopía digestiva alta

versus la cápsula endoscópica, siendo claramente superior la

última (55% vs 92%), con 100% de especificidad de los hallazgos

en ambos métodos (25). La cápsula endoscópica es de utilidad

también en la EC que no responde a tratamiento, logrando

describir estenosis, erosiones, ulceras y lesiones neoplásicas,

aparte de los hallazgos propios de la atrofia. Se debe considerar

la posibilidad de retención de la cápsula en pacientes con este-

nosis (38).

[enfermedad celiaca: revisión - Dr. Felipe Moscoso J. y col.]