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los casos, microgramos (10
–6
g). Después se desarrollaron las
técnicas de inmunoanálisis, en las que destaca el radioin-
munoanálisis (RIA) descrito por Berson y Yallow en 1960 que
permitió contar con técnicas para medir en forma rápida,
sencilla y confiable concentraciones de sustancias significa-
tivamente menores: nanogramos (10
–9
), picogramos (10
–12
) y
fentogramos (10
–15
). Con el correr del tiempo, esta metódica
que no es sino una técnica de desplazamiento isotópico, se
ha ido modificando y así han surgido: la técnica denominada
inmunorradiométrica (IRMA), en la cual la sustancia marcada
isotópicamente es el anticuerpo, el ensayo inmunoenzimá-
tico (ELISA) donde se utiliza enzimas en vez de isótopos como
elementos marcadores y el ensayo por quimioluminiscencia,
en el que se mide la emisión de ondas luminosas generadas
en la reacción. Todas ellas se basan en el principio de despla-
zamiento siguiendo las leyes de acción de masa y han demos-
trado ser capaces de determinar concentraciones de sustancias
cada vez menores, con alto grado de reproducibilidad y con la
incorporación de programas computacionales, ha sido posible
su automatización. Esto permite el procesamiento de un gran
número de muestras en un tiempo muy breve, no obstante los
métodos inicialmente enunciados son necesarios para algunas
determinaciones hormonales.
También se utiliza la cromatografía líquida de alta resolución
(HPLC), que es el método de elección para medición de cateco-
laminas y hormonas esteroidales, sin embargo, está disponible
solo en algunos centros y posee un elevado costo.
En este artículo se revisarán algunos aspectos prácticos del
laboratorio endocrinológico, principalmente orientado a las
patologías más frecuentes: estudio tiroideo, hipofisario, supra-
rrenal y del metabolismo calcio-fósforo.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-TIROIDEO
Para una correcta evaluación de la función tiroidea es nece-
sario recordar que esta glándula es parte del eje hipotá-
lamo-hipófisis-tiroides. La biosíntesis y secreción de las
hormonas tiroideas se mantienen dentro de márgenes
estrechos debido a que los mecanismos que la regulan son
muy sensibles a pequeños cambios en las concentraciones
de estas hormonas. Cualquier circunstancia que altere este
equilibrio, necesariamente provocará un trastorno de toda la
unidad funcional.
La célula folicular tiroidea es capaz de sintetizar T3 (triyodoti-
ronina) y T4 (tetrayodotironina), siendo este proceso regulado
por TSH. A nivel periférico, la T4 es transformada en T3 por
enzimas denominadas desyodasas; el proceso de desyoda-
ción periférica puede ser alterado en condiciones fisiológicas
(feto y ayuno) o patológicas (enfermedades graves, diabetes
mellitus
descompensada, drogas como corticoides, propil-
tiuracilo, amiodarona, contrastes yodados, propranolol, etc.),
lo que debe ser considerado al interpretar los resultados del
laboratorio. La hormona metabólicamente activa es la T3 y ello
explica por qué debe producirse la desyodación de T4 a nivel
tisular, así T4 es más bien una “prohormona” (1, 2).
Medición de TSH.
Los primeros ensayos RIA permitían medir
concentraciones de TSH desde 1 µU/mL, por lo cual eran
muy útiles para diferenciar un paciente hipotiroideo de un
eutiroideo, pero no para el estudio del hipertiroidismo. Con
la incorporación de técnicas de segunda (IRMA) y tercera
generación (quimioluminiscencia), se ha logrado bajar los
límites de detección hasta 0,001 µU/mL, por esta razón se
los denomina métodos ultrasensibles. De tal forma es posible
distinguir también el hipertiroidismo del eutiroidismo con
precisión. En condiciones normales, los valores de TSH varían
de 0,5 a 4 µU/mL; cifras menores de 0,1 son sugerentes de
hipertiroidismo y sobre 4,0 se hace el diagnóstico de hipoti-
roidismo clínico (con T4L baja) o subclínico (con T4L normal).
Es importante considerar que el valor normal de TSH aumenta
con la edad, en mayores de 80 años el percentil 97 es de 7,5
µU/mL, esto es especialmente relevante para el diagnóstico
de hipotiroidismo subclínico en el adulto mayor (3-5).
Dada la alta precisión que tienen las técnicas actuales para
medir TSH, es el examen de elección para tamizaje pobla-
cional. Hay que considerar que la medición de TSH no es útil en
pacientes con patología hipofisaria y debe ser interpretada con
precaución en pacientes de Unidad de Cuidados Intensivos, en
tratamiento con corticoides en dosis altas o con dopamina, los
cuales frenan la secreción de TSH (6).
Medición de T4 total y T4 libre (T4L).
Actualmente se
miden por quimioluminiscencia y sus valores normales varían
entre 4,5 y 12,5 µg/dL y 0,8 a 1,7 ng/dL, respectivamente;
estas cifras pueden diferir entre los distintos laboratorios, por
lo que es necesario conocer los valores normales para cada
centro.
En general la medición de T4 total no es un buen examen
de funcionalidad tiroidea, ya que tiene muchas variaciones
en el paciente ambulatorio. Especialmente en aquellos indi-
viduos que usan medicamentos que alteran los niveles de
TBG (
thyroxine binding globulin
), como es el caso del uso de
anticonceptivos orales, terapia hormonal de reemplazo oral
para la post menopausia, tamoxifeno, todas las cuales elevan la
TBG y darán valores falsamente elevados de T4 total, pudiendo
conducir al diagnóstico erróneo de un hipertiroidismo. La
medición de TSH y T4L, las cuales no son afectadas por los
estrógenos, orientarán en forma más precisa a la condición del
paciente (3-5).
[Laboratorio de hormonas: aspectos prácticos - Dr. René E. Díaz T. y cols.]