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Satisfacer las Necesidades de Pacientes

Existe un aumento substancial del número de personas

viviendo con enfermedades crónicas, tales como DM, sin

embargo, los sistemas tradicionales de salud no han sido

capaces de satisfacer las necesidades de estos pacientes

debido a que fueron diseñados y organizados para manejar

enfermedades agudas. Por esta razón, en un esfuerzo para

mejorar la calidad del cuidado y manejo de la enfermedad

crónica, Wagner et al. desarrollaron el

Modelo de Cuidado

Crónico (MCC)

a comienzos de los noventa. El MCC propone

que las necesidades de los pacientes con enfermedades

crónicas pueden ser satisfechas de mejor manera con una

serie de intervenciones sobre seis elementos:

1.

Organización del sistema de salud.

2.

Soporte para el autocuidado.

3.

Recursos de la comunidad.

4.

Diseño del sistema de entrega de servicios de salud.

5.

Apoyo en la toma de decisiones y sistemas de información

clínicos (6).

Sin embargo, resulta importante mirar el MCC no como un

molde rígido que dirige las acciones, sino como un menú

flexible de diferentes opciones, donde cada uno de los seis

elementos contiene una amplia variedad de intervenciones

potenciales que pueden ser seleccionadas e implementadas

por organizaciones de salud de acuerdo a sus características

locales y requerimientos específicos (20).

El diseño del sistema de entrega de servicios de salud es el

elemento del MCC con la evidencia más sólida en mejorar la

calidad del cuidado o manejo de personas con enfermedades

crónicas, confirmando el concepto que indica, que

modificar el sistema es más eficiente que intentar cambiar

el comportamiento de cada profesional de la salud (20). En

concordancia con esto, integrar el

screening

de RD en los

programas de DM, tanto en los centros públicos de atención

primaria como en los centros de diabetes privados, implica un

cambio en el diseño de la entrega de servicios de salud, lo que

se traduciría en satisfacer las necesidades de pacientes con DM

de una mejor y más apropiada forma que el modelo tradicional

de

screening

de RD basado en la derivación de pacientes al

oftalmólogo. Además, este cambio en la forma de entregar los

servicios podría evitar la extenuante y a menudo no productiva,

tarea de intentar cambiar la conducta de cada profesional de

salud involucrado en el cuidado de pacientes con DM.

Una revisión sistemática de Cochrane examinó las

intervenciones que mejoraban el manejo de pacientes con

diabetes en el nivel primario y encontró que los programas

más exitosos eran multifacéticos e incluían una combinación

de cambios organizacionales en la forma en que los servicios

eran entregados, la coordinación de las consultas médicas y los

controles posteriores, cambios en los sistemas informáticos y las

intervenciones que eran centradas en el paciente (21). El modelo

integrado de

screening

de RD que se propone aquí es consistente

y perfectamente compatible con estas intervenciones, lo que

implica que podría efectivamente mejorar la calidad del manejo

y cuidado que se le ofrece a personas con DM.

El elemento del MCC con la segunda más sólida evidencia

para mejorar la calidad del cuidado es el soporte o apoyo para

el autocuidado, esto significa que los programas de cuidados

crónicos que son exitosos proveen a los pacientes con las

herramientas que no poseen y que no pueden obtener por

ellos mismos, tales como destrezas, educación, consejería

y apoyo emocional. La evidencia también sugiere que las

mejores intervenciones son aquellas proporcionadas por un

profesional de salud e integradas en su manejo o cuidados

regulares (20). La posibilidad de que las imágenes sean

tomadas y por sobre todo vistas, en los centros de diabetes

puede aumentar la calidad de la educación que se le entrega

a los pacientes por medio de mostrarles las imágenes de

sus retinas y la presencia o ausencia de RD. La retina es

la única parte del cuerpo humano donde se pueden ver

directamente las arterias y venas; por lo tanto, las imágenes

retinales también pueden ser utilizadas para explicar otras

complicaciones micro o macrovasculares asociadas con

diabetes, monitorizar la progresión de la enfermedad, o

establecer y acordar los objetivos del tratamiento. Estas

intervenciones contribuyen a aumentar el compromiso de

pacientes con su salud ocular y promueve un proceso de

toma de decisiones mucho más colaborativo, condiciones

que los pacientes realmente esperan que sean satisfechas por

los profesionales de salud que los atienden (22).

En consecuencia, al mover los métodos de

screening

de RD desde

las consultas de oftalmólogos hacia los centros de diabetes, toda

la educación referente a salud ocular y prevención de ceguera

puede ser incluida dentro de los planes educacionales generales

y permanentes para personas con DM y personalizarlos de

acuerdo a las necesidades específicas de pacientes, lo que

constituye una de las mejores prácticas basadas en evidencia

para educar personas con diabetes (3). En otras palabras, se

logra crear un plan de educación más holístico para diabetes en

vez de educar exclusivamente acerca del ojo y la RD.

Mejor Acceso al

Screening

de Retinopatía

Diabética

A pesar de la robusta evidencia que muestra la efectividad

del

screening

periódico de RD para evitar la ceguera, las

tasas de cumplimiento caen consistentemente muy por

debajo de los niveles de

screening

recomendados. En Chile

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(2) 195-203]