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INTRODUCCIÓN

Diabetes mellitus (DM) es una de las enfermedades crónicas

más comunes en Chile y el mundo. En 2011 se estimaba que

había 1,7 millones de chilenos entre 20 y 79 años con DM, lo

que representaba aproximadamente el 9,8% de la población.

Esto significa que uno de cada diez adultos en Chile había

sido diagnosticado con DM (1).

Una de las complicaciones crónicas o de largo plazo de la

DM es el daño ocular y específicamente el daño a la retina,

lo que es conocido como retinopatía diabética (RD). RD es la

principal causa de ceguera en personas en edad productiva

(entre 25 y 75 años). La RD es asintomática en sus etapas

tempranas, lo que significa que personas con RD no tienen

síntomas visuales hasta que la enfermedad progresa a etapas

más severas cuando el daño de la retina está bien avanzado.

No hay signos de alerta temprana. Estudios muestran que casi

el 100% de personas diagnosticadas con DM tipo 1 y 60% de

aquellas personas diagnosticadas con DM tipo 2 desarrollarán

alguna forma de RD durante las primeras dos décadas después

de haberse realizado el diagnóstico de la enfermedad (2).

Afortunadamente, el riesgo de ceguera debido a RD puede

ser reducido de manera significativa si la RD es detectada

y tratada de manera oportuna; por lo tanto, el

screening

de

la RD juega un rol crucial en la prevención de la ceguera

(2, 3). Sin embargo, diferentes estudios muestran que el

cumplimiento de esta recomendación está lejos de ser

óptimo. Por ejemplo, en Canadá entre uno a dos tercios de

todas las personas diagnosticadas con DM no cumplen con

las recomendaciones de exámenes visuales para

screening

de

RD (3, 4). Datos de Chile del año 1999 muestran que el 36,5%

de la población diabética no había sido examinada nunca por

oftalmólogo; sólo el 9,2% había sido examinada dentro de

los últimos 12 meses y el 40,6% había tenido al menos un

examen oftalmológico dentro de los últimos 6 años (5).

Esta falta de cumplimiento con las recomendaciones

de

screening

de RD representa un problema complejo,

especialmente si se considera la eficacia clínica y lo costo-

efectivo que resulta el

screening

y el tratamiento oportuno

de la RD en prevenir ceguera. Cuando se observan aquellas

intervenciones que han logrado aumentar significativamente

las tasas de

screening

retinal, los estudios se refieren a

aumentar el conocimiento de la RD por parte de pacientes

y profesionales de salud, mejorar el acceso al

screening

,

aumentar la colaboración entre organizaciones locales que

proveen el

screening

, desarrollar un programa de salud basado

en la comunidad y mejorar la infraestructura y los procesos

del sistema de salud, como las más efectivas (6). Este tipo de

intervenciones son también consistentes con los elementos

del Modelo de Cuidado Crónico (MCC) desarrollado y validado

por Wagner para mejorar el cuidado y manejo de personas

con enfermedades crónicas, tal como DM (7).

En consecuencia, si sabemos que el cumplimiento con

el

screening

de RD no es óptimo y, dado que aquellas

intervenciones que mejoran la infraestructura y procesos del

sistema de salud han logrado un aumento significativo en

las tasas de

screening

, podría proponerse que integrando el

screening

de RD dentro del modelo de cuidado crónico de DM,

mejores servicios y cuidados de salud podrían proporcionarse

a dichos pacientes, lo que se traduciría en una mejora en

calidad de vida para las personas con DM y en una reducción

de su riesgo de ceguera.

El propósito de este artículo es responder la pregunta acerca

de si existe evidencia que apoye o no la integración de un

modelo alternativo de

screening

de RD dentro del MCC para

manejar personas con DM. Para responder esta pregunta, se

adopta una perspectiva de proposición de valor. La intención

es mirar la prevención de la ceguera por RD desde otra

perspectiva de modo que pueda ser entendida y enfrentada

de una forma nueva y diferente que contribuya, por lo menos

en parte, a la solución de este problema tan complejo.

La primera parte del artículo describe el método tradicional de

screening

de RD y el modelo alternativo. Luego, el artículo se

centra en responder si esta propuesta alternativa de

screening

integrado de RD proporciona más valor para las personas con DM,

los profesionales de salud involucrados en su cuidado y el sistema

de salud en comparación con el modelo tradicional de

screening

.

Finalmente, se discuten algunos desafíos y limitaciones del nuevo

modelo propuesto y se entregan las conclusiones.

Modelo

Tradicional

de

Screening

de

Retinopatía

Diabética

versus

Modelo

Alternativo Integrado

El modelo tradicional y más usado de

screening

de RD en

consiste en la derivación del paciente para un examen retinal

a cargo de un oftalmólogo cuando se realiza el diagnóstico

de DM o cada cierto período de tiempo en casos de pacientes

con DM por varios años (3, 5).

El modelo alternativo integrado propuesto aquí consta de dos

partes. La primera parte es el

uso de imágenes retinales

digitales o teleoftalmología

como el método principal de

screening

de RD. El uso de programas de teleoftalmología para

detectar RD ha sido exitosamente implementado alrededor

del mundo (4, 8-12).

El aspecto novedoso del

screening

de RD con

teleoftalmología

propuesto en este artículo, viene desde su segunda parte, la

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(2) 195-203]