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REFERENCIAS BIBLIOGRáFICAS
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3. Ministerio de Desarrollo Social, Gobierno de Chile. Encuesta
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Los autores declaran no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.
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producción extrarrenal de 1,25-hidroxivitamina D sigue
siendo incierta. La hipótesis más aceptada es que la 1,25
hidroxivitamina D extrarrenal, funciona en un tejido
específico para regular la proliferación y diferenciación
celular, además de la secreción hormonal y la función
inmunológica.
La 1,25-hidroxivitamina D se une a receptores
intracelulares en los tejidos y regula la transcripción
de genes (32). Su acción biológica más importante
es promover la diferenciación de los enterocitos y la
absorción intestinal de calcio. Otros efectos incluyen la
estimulación de la menor absorción de fosfato intestinal,
la supresión directa de la liberación de PTH de la glándula
paratiroidea, la regulación de la función de los osteoblastos
y la permisividad dada por PTH inducida por la activación
de los osteoclastos y la resorción ósea. A través de estas
acciones, el calcitriol contribuye al mantenimiento de
las concentraciones plasmáticas normales de calcio y
fosfato, lo que permite que la mineralización del hueso
recién formado tenga lugar, además de la prevención de
hipocalcemia sintomática o hipofosfatemia.
Además de su importante papel en la homeostasis del
calcio y el hueso, la 1,25-hidroxivitamina D, regula
potencialmente muchas funciones celulares, jugando un
rol cada vez más preponderante en enfermedades como
la demencia.
La demencia es un problema creciente, que afecta
principalmente a pacientes de edad avanzada. La
enfermedad de Alzheimer (EA) es la forma más común de
demencia en los ancianos, que representan el 60 al 80% por
ciento de los casos (33).
Existe alguna evidencia de que la deficiencia de vitamina D
se asocia con deterioro cognitivo en los adultos mayores.
Un estudio poblacional transversal de mujeres adultas
mayores demostró que aquellas con deficiencia de
vitamina D tenían menores puntuaciones cognitivas en
comparación con aquellas que no presentaban deficiencia
(33), mientras que otro encontró que las mujeres con la
ingesta de vitamina D en el nivel recomendado tenían
mayores puntuaciones cognitivas en comparación con el
grupo de ingesta insuficiente (34,35). Un segundo estudio
de corte transversal mostró que los pacientes con bajos
niveles de vitamina D tenían una mayor incidencia de
infarto cerebral, así como una probabilidad más alta (dos
veces) de todas las causas de la demencia (36).
Un estudio prospectivo que siguió a 1.604 hombres
mayores, encontró una relación significativa entre el estado
de vitamina D y la demencia (37). En contraste, los niveles
bajos de vitamina D se asocian con el deterioro cognitivo en
un período de seis años de observación en una cohorte de
858 adultos mayores de 65 años (38).
CONCLUSIONES
En las enfermedades neurodegenerativas -siendo su
paradigma la enfermedad de Alzheimer- que carecen
aún de terapia eficaz, no puede soslayarse toda medida
preventiva de potencial impacto en la evolución de la
enfermedad. Las terapias actuales son sintomáticas y de
pobre resultado. Se ha ido acumulando evidencia que,
cambios en estilos de vida, como actividad física, el
consumo de dieta mediterránea y corrección de deficiencia
de vitaminas como la D, tan prevalente en la población
mayor, puede ser de ayuda para lograr este objetivo.
Faltan estudios que confirmen estas experiencias, pero
son esfuerzos que ameritan irse implementando. Apoyo a
esto, lo dan los trabajos que fueron mencionados y que
muestran cambios estructurales cerebrales favorables en
quienes implementan por ejemplo, la dieta mediterránea.
[Dieta mediterránea y vitamina D como potenciales factores preventivos del deterioro cognitivo - Dra. María José Escaffi F. y cols.]