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[TERAPIA REGENERATIVA EN NEONATOLOGÍA - Dr. Hernán Villalón y cols.]
toria de dicho proceso (24). Así, la infección / inflamación
materna, no sólo es un riesgo mayor de parto prematuro,
sino también, puede desencadenar una respuesta sisté-
mica inflamatoria fetal, la cual puede dañar los tejidos
fetales (25).
En modelo animal, se puede inducir injuria pulmonar,
exponiendo a roedores recién nacidos a altas concen-
traciones de oxígeno (26, 27), y se ha observado una
significativa reducción de células madres circulantes y
residentes en los tejidos afectados (12), así como también
de células progenitoras endoteliales (EPC) circulantes y
residentes de pulmón y médula ósea (28) y de células
epiteliales alveolares tipo II (29). Finalmente, la injuria
pulmonar lleva a una remodelación epitelial alveolar
precoz disfuncional, que promueve la inflamación
(30). En resumen, usando este modelo animal de daño
pulmonar inducido por hiperoxia, se ha encontrado una
significativa perturbación de las células formadoras de
colonias endoteliales (ECFC), de las células progenitoras
endoteliales (EPC), de las células madre mesenquimales
(MSC) y de las células epiteliales pulmonares (12, 31). Las
evidencias clínicas en niños prematuros extremos con
displasia broncopulmonar, han mostrado alteraciones en
las células madre mesenquimales en aspirado traqueal
(32, 33) y en muestras de sangre de cordón umbilical (34,
35). La presencia de estas células madre mesenquimales
en aspirado traqueal, se han considerado indicadoras de
un mayor riesgo de desarrollar esta condición clínica (36),
muestran un patrón de expresión genética específico de
pulmón y secretan citoquinas proinflamatorias (33). La
hipertensión pulmonar, propia de los cuadros displásicos
severos, estaría relacionada al desarrollo de capilares
dismórficos, lo cual, a su vez, sería consecuencia de un
patrón alterado de factores de crecimiento angiogénico,
como el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF)
y sus receptores (37). La plasticidad del pulmón en desa-
rrollo en el prematuro extremo, aún no se conoce comple-
tamente. Los seguimientos de largo plazo, sugieren una
recuperación incompleta del crecimiento pulmonar en
los casos severos de displasia broncopulmonar (38).
En el sistema nervioso central (SNC), los estudios han
identificado diferentes fases de daño. La muerte neuronal
primaria se relaciona a la depleción de energía, la secun-
daria y terciaria, a la excitotoxicidad, disfunción mitocon-
drial y acumulación de radicales libres, lo que conduce a
necrosis celular o apoptosis, con deterioro de la mielini-
zación y función axonal (39). En estas dos últimas fases,
se puede producir inflamación persistente y gliosis, y
consecuentemente, una sensibilización a mayor injuria
y detrimento de la maduración oligodendrocítica (40),
influenciando, además, fases críticas de la mielinización y
plasticidad cortical (41). Así, el desarrollo cerebral, mieli-
nización, vascularización y apoptosis, están fuertemente
influenciadas por la respuesta inflamatoria, tanto en condi-
ciones fisiológicas como patológicas (42, 43). Las regula-
doras de esta respuesta inmune en el SNC son las células
gliales, capaces de orquestar la liberación de citoquinas
pro y anti inflamatorias (44, 45). Las citoquinas pro infla-
matorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa)
e interferón gamma (IFN-gamma), son citotóxicos para las
oligodendrocitos (46); sin embargo, pueden producir cito-
quinas anti inflamatorias como IL-10, capaz de disminuir la
expresión de IL-1B y TNF-alfa, contribuyendo así a resolver
la inflamación y promover procesos de reparación (45). Por
último, la formación de una cicatriz astrogliótica, pone una
barrera alrededor de los tejidos lesionados, impidiendo el
paso de células inflamatorias a las zonas sanas (46).
La inflamación, aparece como uno de los mecanismos
más importantes en la producción de daño perinatal en el
prematuro y que va más allá del efecto de la noxa tisular
primaria, generando un efecto amplificador sobre tejidos
vecinos y remotos, afectando, además, el desarrollo de
las distintas líneas de células regenerativas precursoras.
III. Células madre Mesenquimáticas o
Estromales (MSC): descripción, funcionamiento,
beneficios terapéuticos potenciales
La célula madre o troncal, se define como una célula con
capacidad de autorregeneración y diferenciación. Las de
origen embrionario fueron las que primero se identifi-
caron, pero su uso terapéutico se ha visto limitado por
consideraciones éticas y su potencial oncogénico, princi-
palmente el desarrollo de teratomas (47).
Las células mesenquimales (MSC), son consideradas
células troncales somáticas, ya que se originan de
“nichos” de células troncales, como son la médula ósea,
piel, tejido adiposo, cordón umbilical y tejidos placenta-
rios (48). Estas células tienen la capacidad de adaptarse
al microambiente de los órganos dañados. Su utilidad
radica, tanto en el reemplazo o restauración del tejido
perdido y/o en la protección o rescate de las células inju-
riadas (49). Estas células, son pluripotenciales, es decir,
presentan una gran capacidad de diferenciación. Sin
embargo, se debe aclarar que no son totipotenciales,
ya que no poseen la capacidad de formar un individuo
completo. Esta característica, sólo es propia de los blas-
tómeros antes del estado de mórula.
Ante las dificultades mencionadas, en el uso de células