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influyen en el normal desarrollo del cerebro. Hallazgos en
ratas han mostrado a la placenta como una fuente impor-
tante de serotonina para el desarrollo del prosencéfalo fetal
(26). La entrega de triptófano (precursor de serotonina) a
través de las arterias uterinas produce aumento de síntesis
de serotonina por parte de la placenta y su aumento en la
circulación fetal; por el contrario al administrar un anta-
gonista a la triptófano hidroxilasa produjo una disminu-
ción de los niveles de serotonina en el prosencéfalo de
los embriones afectados, lo cual da una nueva pista sobre
el rol de la placenta en el neurodesarrollo, teniendo en
cuenta además que las infecciones placentarias se asocian
a alteraciones en la vía de síntesis de la serotonina podría
asociarse a alteraciones del desarrollo cerebral.
Los déficits inmunológicos se relacionan de manera
frecuente a trastornos del neurodesarrollo, existe
evidencia que la placenta actúa como un reservorio de
células hematopoyéticas e incluso en la producción de
estas células tanto de las líneas mieloide, eritroide y
linfoide (27). Es por este motivo que enfermedades de
la placenta pueden afectar el desarrollo de estas células
precursoras con efectos en la inmunidad post natal con
un posible efecto en el desarrollo cerebral.
Tabla 1. Rol de la placenta en patología del neurodesarrollo
El estrés materno, no sólo el gatillado por infecciones,
sino además el causado por eventos situacionales como
problemas interpersonales, desastres naturales y tras-
tornos ansiosos, se ha asociado a un neurodesarrollo
alterado con problemas tanto cognitivos como conduc-
tuales; estas situaciones estresantes generan altos
niveles de cortisol materno. El aumento de cortisol en
la madre, provoca que en la placenta se produzca una
“
downregulation
” de la enzima 11B hidroxiesteroide
deshidrogenasa tipo II, encargada de convertir el cortisol
en cortisona inactiva. Esta enzima se ubica en el sinci-
ciotrofoblasto y previene que niveles altos de cortisol
circulante en la madre no pasen a la circulación fetal. Se
cree que estos niveles elevados de cortisol afectarían la
adecuada expresión de genes en la células cerebrales
fetales. A pesar de que la evidencia en humanos aún es
débil, hay respaldo experimental en roedores y primates
(28, 29).
Estas asociaciones de enfermedad placentaria con daño
cerebral y alteraciones conductuales sugieren que la
disfunción de la interfaz materno-fetal puede contri-
buir a la patogénesis de trastornos del neurodesarrollo
(Tabla 1).
Circulación materna
Patología materna: activación inmune-desnutrición-estrés
PatologÍa placentaria (lado materno)
Alteraciones placentarias: activación citoquinas- factores hormonales y endocrinos- expresión de genes
Patología placentaria (lado fetal)
Alteración de las funciones: tolerancia inmune (inflamación, infiltración leucocitaria)
- Invasión trofoblástica y modificación de las arterias espirales (déficit en el transporte de nutrientes, insuficiencia placentaria
- Producción de factores neuroactivos (serotonina)
Efectos en la descendencia
- Autoinmunidad-inmunodeficiencia
- RCIU-desnutrición
- Hipoxia- isquemia
- Alteraciones en el desarrollo neuronal y formación de circuitos
Aumento de la susceptibilidad a trastornos del neurodesarrollo
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(4) 441-446]