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(CRAB, en inglés) ha llamado mucho la atención puesto que

se consideran amenazas urgentes y graves, respectiva-

mente, por los Centros de Control de Enfermedades (2, 3).

La falta de nuevos antibióticos es especialmente proble-

mática en países fuera de Estados Unidos y de la Unión

Europea. Muchos de estos países tienen requisitos regu-

latorios que demoran significativamente la aprobación

de nuevas drogas, o en casos extremos, nunca las tienen

disponibles. Como resultado, los países que a menudo

tienen los niveles directos de resistencia a múltiples

drogas (MDR), pocas veces disponen de los antibióticos

más potentes y más nuevos en su arsenal.

Además de fomentar el desarrollo continuo de nuevos

antibióticos, deben hacerse esfuerzos dentro del ámbito

hospitalario para limitar la emergencia y diseminación de

bacterias MDR. Los

Programas de Administración Anti-

microbiana

(ASP, en inglés) se han hecho ampliamente

populares en los Estados Unidos y en Europa para suplir

esta necesidad no satisfecha (4). Dichos programas tienen

como objetivo controlar y administrar el uso de antimi-

crobianos en unidades de cuidados intensivos a través

de intervenciones coordinadas diseñadas para mejorar y

medir el uso apropiado. Por lo tanto, los ASP promueven la

selección de regímenes óptimos de fármacos antibióticos

así como su dosificación, duración de la terapia y vía de

administración en el centro de salud. Uno de los compo-

nentes de los ASP es la consideración e implementación de

regímenes antibióticos basados en conceptos farmacodi-

námicos. Aunque el uso de la farmacodinamia para diseñar

regímenes de dosificación de antibióticos -tales como la

infusión continua de betalactámicos- ha sido ampliamente

informado en la literatura, el diseño estratégico e imple-

mentación de dichos programas como parte de un ASP no

lo ha sido tanto.

En este artículo haremos una breve revisión acerca de cómo

se administra la farmacodinamia antimicrobiana, seguido

por una discusión de consideraciones y estrategias sobre el

mejor lugar donde la implementación de estas estrategias

de dosificación puede proporcionar los mejores beneficios.

FARMACODINAMIA: ¿CUÁL ES LA DOSIS CORRECTA?

Una terapia antibiótica inapropiada a menudo es resul-

tado de una administración demorada (por ej., esperar

los resultados de susceptibilidad o de un cultivo, o antes

de iniciar los antibióticos o de comenzar la terapia como

resultado de un cultivo positivo) o, más frecuentemente,

de una subestimación de las tendencias actuales sobre

resistencia. Independientemente de esto, la clasificación

de un organismo como “sensible”, “intermedio”, o “resis-

tente” no es suficientemente informativo para determinar

la dosis ideal que debe usarse para la infección. En cambio,

debiera usarse el término

“terapia antibiótica óptima”

para

indicar no sólo que se ha elegido el antibiótico correcto

sino también que la dosis es suficiente para obtener el

máximo umbral de exposición determinado por los estu-

dios farmacodinámicos. Una observación relevante para la

terapia antibiótica óptima es que el patógeno no necesita

ser “sensible” al fármaco en cuestión, mientras la exposi-

ción del agente sea suficiente para matar al organismo.

Las características bactericidas antimicrobianas

dependen

tanto de la concentración del fármaco en relación a la

concentración mínima inhibitoria (MIC)

como

del

tiempo durante el cual se mantiene esta exposición

(Figura 1) (5). Cuando el efecto de la concentración predo-

mina por sobre el del tiempo, el antibiótico despliega

efectos dependientes de la concentración que están

asociados significativamente a una concentración máxima

libre de fármaco y la relación MIC(fC

max

/MIC). Cuando

el factor tiempo es mayor, el antibiótico tiene efectos

dependientes del tiempo y los resultados de las bacterias

están asociados a concentraciones libres de fármacos que

quedan sobre MIC para una porción definida del inter-

valo de dosificación (fT

>

MIC). Además, los antibióticos

dependen tanto los efectos de la concentración como de

la dependencia del tiempo pueden observar acción bacte-

ricida que está asociada con el área bajo la curva libre de

droga (

f

AUC) hacia la relación de MIC (

f

AUC/MIC). En la

Tabla 1 aparece un resumen de tipos de antibióticos dispo-

nibles actualmente para su uso en unidades de cuidados

intensivos y sus respectivas características farmacodiná-

micas. En dosis estándares clínicamente relevantes, hay

antimicrobianos dependientes de la concentración entre

los cuales se incluyen: aminoglucósidos, fluoroquinolonas

y colistina. Entre los antimicrobianos dependientes del

tiempo se encuentran: los betalactámicos, las glicilciclinas

y la vancomicina.

AMINOGLUCÓSIDOS

El objetivo de dosificar antimicrobianos dependientes

de la concentración es lograr una concentración total de

fármacos de C

max

/MIC de aproximadamente 10 a 12 o un

total de AUC/MIC de 150, en donde ambos han pronos-

ticado un éxito clínico (6,7). Los objetivos de exposición

total del fármaco son razonables en este caso porque los

tres aminoglucósidos disponibles actualmente (genta-

micina, tobramicina, y amikacina) tienen un bajo enlace

proteico. Como resultado de los estudios farmacodi-

námicos, el régimen de dosificación tradicional de 1 a

1.5mg/kg (gentamicina y tobramicina) o 7.5mg/kg

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(5) 625-635]