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Lesiones menores
no alteran la función neural, pero a
medio plazo pueden producir deterioro de los restos audi-
tivos, son las derivadas del trauma del ligamento espiral y el
traumatismo producido en la apertura del endostio.
En 1987 Franz y Clark realizan una revisión comparando
la inserción del porta-electrodo por la ventana redonda
(VR) y mediante la realización de una cocleostomía ante-
rior. Dichos autores encontraron más beneficiosa la vía de
abordaje mediante la cocleostomía al encontrar menor
incidencia de secuestros óseos intracocleares. Así mismo
describieron mayor número de inserciones dificultosas en
relación a la peculiar anatomía de la cresta fenestra en la
región de la VR, con un mayor índice de complicaciones
en dicho abordaje (20). El hecho de que la cocleostomía
parezca ser la mejor forma de acceso a la cóclea, debe ser
cuestionada en la actualidad, ya que se dispone de elec-
trodos lo suficientemente finos y flexibles que los harían
más adecuados para su inserción por la VR, minimizando
la posibilidad de inserciones en otras escalas diferentes
a la timpánica, lo cual llevaría a una mayor incidencia de
lesiones intracocleares. La VR ha adquirido últimamente
mayor relevancia como sitio de elección para la inser-
ción del haz de electrodos, ya que es el orificio natural en
donde se inicia la escala timpánica y hace innecesaria la
cocleostomía promontorial; pero por otro lado existe una
dificultad en la inserción por VR debido a la situación de
la porción posterosuperior del nicho de la ventana, a la
cresta fenestra. Por ello es necesario fresar la ceja ósea,
para intentar lograr una línea de inserción que, teniendo
una dirección de posterosuperior a anteroinferior, coin-
cida con el axis de la escala timpánica y evite provocar
lesiones endococleares. La cocleostomía por membrana
de ventana redonda respeta el endostio. Anatómicamente
desde final de la semana 20 de gestación se produce un
crecimiento acelerado de todas las paredes de la ventana
redonda, especialmente la anterior por donde transcurren
la arteria timpánica inferior y el nervio timpánico y esto
también puede influir en su acceso (Figura 5).
En caso de cocleostomía, el tamaño y sistema de apertura
del endostio debe ser del menor diámetro posible (1.2
-1.5mm). Debe evitarse la introducción de elementos ajenos
hacia la cóclea (polvo de hueso), de aquí la importancia del
lavado frecuente durante las maniobras de fresado. La aper-
tura brusca o aspirado de los líquidos intracocleares pueden
dañar las estructuras nobles. En la actualidad está alta-
mente difundida la utilización de un sistema que permita
no modificar la homeostasis y en cierta medida “lubricar”
el mecanismo de inserción, mediante la utilización de ácido
hialurónico en forma de gel.
La inserción del haz de electrodos debe ser realizado de
forma lenta y atendiendo a las resistencias. Las zonas de
mayor problema o compromiso durante la inserción, en
relación a la producción de lesiones y preservación de
restos auditivos se localizan en dos áreas principalmente
(Figura 6):
1.
Región correspondiente al final de la espira basal
(8-12mm), en esta región que coincide con una profun-
didad de inserción de 140°-180°, existe el primer compro-
figura 4. Resultados en la supresiÓn del acúfeno, de acuerdo con la escala analógica visual en
pacientes implantados con un seguimiento de 6 meses
(Tomado de Ramos et al 2015).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 798-807]
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