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INTRODUCCIÓN

La atrofia muscular espinal (AME) ligada al cromosoma

5q13 tiene una incidencia de 1/6000-10000 naci-

mientos y es la primera causa genética de mortalidad

en lactantes. Esta enfermedad es consecuencia de una

delección o mutación homocigota del gen de sobre-

vida de la motoneurona (

SMN1

) que ocasiona el daño y

muerte de las motoneuronas alfas que se originan en la

médula espinal y troncoencéfalo (1,2). Las manifesta-

ciones clínicas tienen un amplio espectro de gravedad en

relación al grado de debilidad muscular y compromete

principalmente las extremidades y en forma variable,

la musculatura respiratoria y bulbar, con nivel intelec-

tual normal. Si bien se reconoce que la severidad de las

manifestaciones clínicas en AME es un continuo, se han

definido tres principales subtipos en la población pediá-

trica: AME tipo 1 que se presenta en recién nacidos y

lactantes incapaces de sentarse, AME tipo 2 en niños

que no logran caminar pero sí sentarse y AME tipo 3 en

niños que logran caminar de manera independiente. En

los seres humanos existen 2 genes

SMN

casi idénticos

en el cromosoma 5q13, uno es

SMN1

telomérico cuya

delección es responsable de la AME y otro

SMN2

centro-

mérico, que difieren solo en un cambio nucleotídico en

la secuencia codificante en el exón 7, que afecta el

splicing

o empalme, provocando la exclusión del exón 7 en la

transcripción de la proteína del gen

SMN2

. Se produce

entonces una proteína truncada que se degrada rápida-

mente en un 80% a 90% de las veces. El 10% de proteína

SMN

completa que produce la trascripción del gen

SMN2

no alcanza a compensar la ausencia de proteína produ-

cida por la delección de

SMN1

. Sin embargo, el gen

SMN2

es un modificador de la gravedad de la enfermedad y se

encuentra en un número variable de copias en los indi-

viduos. El número de copias de

SMN2

está inversamente

relacionado con la gravedad de la enfermedad, siendo

un importante, pero no el único factor modificador de la

expresión fenotípica (2,3,4).

Los pacientes con AME tipo 1 representan cerca del 50% de

todos los pacientes con AME. En este tipo de pacientes, la

historia natural de la enfermedad ha mostrado que fallecen

antes de los 24 meses de edad por insuficiencia respiratoria.

Esta realidad se ha modificado en los últimos años debido

al aumento de los cuidados clínicos preventivos, asociados

a una mayor comprensión y conocimiento de la AME. El

pronóstico vital de estos pacientes se ha modificado signi-

ficativamente con la incorporación de apoyos nutricionales

y respiratorios propuesto en la declaración de consenso de

expertos sobre los cuidados estándar en pacientes con AME

(5,6). Un porcentaje creciente está viviendo más allá de los 2

años (7).

En la actualidad nos encontramos a las puertas del desa-

rrollo de tratamientos específicos modificadores de la

enfermedad ya que en el último decenio se ha produ-

cido un incremento explosivo en el desarrollo de nuevas

moléculas y estrategias terapéuticas específicas para la

AME, respaldadas por ensayos clínicos prometedores que

se están realizando en muchos países del mundo. Es bajo

esta perspectiva que se ha querido realizar esta revisión,

destacando la importancia de los cuidados respiratorios en

atrofia muscular espinal a la luz de los desafíos impuestos

frente la emergencia de nuevas terapias, ya que debemos

redoblar los esfuerzos por mantenernos atentos en perfec-

cionar las atenciones en salud de estos pacientes y así

optimizar sus condiciones globales a la espera de trata-

mientos más específicos (8,9).

FISIOPATOLOGÍA DEL COMPROMISO RESPIRATORIO

La complicación más seria en AME es la insuficiencia respi-

ratoria que es de causa multifactorial y con mecanismos

relacionados entre sí; conocerlos permitirá implementar

intervenciones específicas para cada enfermo en parti-

cular. En estos pacientes existe compromiso de todos los

grupos musculares respiratorios importantes en forma

variable, dependiendo del tipo de AME y del estado de

la enfermedad: músculos inspiratorios, espiratorios y

bulbares, con un diafragma relativamente más fuerte.

Debido a este desbalance entre contractilidad diafrag-

mática y distensibilidad de la caja torácica, los niños

con AME 1 y 2 desarrollarán un tórax acampanado y una

depresión esternal o

pectus escavatum

(5,6). La proba-

bilidad de presentar insuficiencia respiratoria en AME 1

en inevitable, frecuente en AME 2 e infrecuente en AME

3 (Tabla 1). La debilidad de los músculos inspiratorios no

permite alcanzar una inspiración máxima, lo que dismi-

nuye la generación de suspiros. Esto favorece el desarrollo

de microatelectasias que reduce la capacidad vital (CV) al

disminuir la distensibilidad pulmonar y torácica. Con el

tiempo, los tendones, ligamentos y articulaciones costales

pueden anquilosarse debido a la fibrosis y acortamiento

de las fibras musculares. La respiración es rápida, super-

ficial, sin suspiros y puede ser paradojal, aumentando el

trabajo respiratorio, la ventilación de espacio muerto y el

tiempo inspiratorio. El desbalance entre la carga de trabajo

de los músculos débiles y su capacidad favorece la fatiga

muscular y la insuficiencia respiratoria, por la insuficiente

actividad diafragmática en posición supina o por disfun-

ción muscular generalizada, la que inicialmente ocurre

durante el sueño. Los músculos espiratorios, predomi-

nantemente abdominales e intercostales, son importantes

para lograr una tos efectiva y la eliminación de secre-

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(1) 119-130]