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Teniendo en consideración esto y de acuerdo a las cifras

que se han mostrado en este trabajo solo se puede esperar

que, de mantener el modelo de atención sin modifica-

ciones o solo realizando cambios marginales, la situación

continuará agravándose en los próximos años. Sumado a

lo anterior, el hecho de reconocer que las cifras actuales

de mortalidad de las UEH alcanzan cifras lamentables (1)

debe darle un sentido prioritario a la búsqueda de solu-

ciones de fondo al problema que se fórmula.

Hoy día, la orgánica institucional establece que el aparato

prestador de urgencia está representado a nivel de la red

de atención bajo la tuición de la subsecretaria de redes

asistenciales y específicamente bajo dependencia de la

División de Gestión de Redes Asistenciales (DIGERA).

Dentro de esta división se encuentra el Departamento de

Procesos Clínicos Integrados que comprende la supervisión

de los procesos de las UEH. Por otra parte, se encuentra

el nivel de atención de urgencia primario, representado

en los SAPU, cuya coordinación se verifica en la División

de Atención Primaria (DIVAP). La articulación o mesoges-

tión de los SAPU – UEH depende de cada SdS que cuenta

con un coordinador de red de urgencia. Independiente de

ambos, se encuentra el SAMU que actualmente depende de

la DIGERA, pero en términos prácticos tiene una orgánica

propia autónoma e independiente con distintas versiones

administrativas dependiendo del SdS al cual pertenecen.

Cada región cuenta con un centro regulador con el propó-

sito de coordinar la operación de intervención al nivel local.

Las capacidades de soporte de cada uno de estos centros

son disímiles entre regiones existiendo algunos que

cuentan con adecuadas capacidades de comunicaciones y

de Tecnología de Información (TI) para realizar su trabajo,

como otras cuyo soporte está por debajo de un estándar

mínimo requerido para poder responder adecuadamente

con la exigencia que estas unidades tienen.

Teniendo en consideración la magnitud del desafío que

como país se debe abordar, a objeto de responder a una

creciente y sentida demanda ciudadana enfrentada a

situaciones de urgencia que muchas veces se transforman

en emergencias vitales y teniendo en consideración que

los esfuerzos realizados hasta ahora no han mostrado

los resultados esperados, es necesario revelar el nivel de

importancia que esta organización requiere.

Nuestro país necesita una nueva institucionalidad que

planifique, implemente y coordine toda los procesos de

atención de situaciones de urgencia en coordinación con

los distintos niveles de atención con que cuenta la red

pública y privada de prestadores de salud.

Entre las medidas que se sugieren, está el reconocer la

importancia de contar con una dirección nacional de la

red de urgencia cuyo asiento esté en la actual SSRA y que

cuente con las herramientas e instrumentos para poder

diseñar e implementar un plan de reformulación de la

propuesta de atención hoy día existente.

A.2. Contención responsable de la demanda sobre la RdU

El reconocimiento de la alta demanda por la atención de

urgencia y las dificultadas que existen para poder entregar

respuestas oportunas en tiempos

<

12 horas para aque-

llos pacientes que requieren hospitalización, hace nece-

sario analizar cuál es la composición de esta demanda de

urgencia. De manera progresiva se ha observado que las

consultas pueden ser resueltas en dispositivos de baja

complejidad (1). A partir de esta composición, hace casi

20 años se instauraron los SAPU con el propósito de esti-

mular la consulta en niveles locales y de menor comple-

jidad. Con el transcurso del tiempo, la data existente dice

que los dispositivos de baja complejidad resuelven el 66%

de la demanda total de la RdU, sin embargo esto no ha

significado que el problema de oportunidad de atención y

hospitalización de los pacientes complejos que acuden a las

UEH se haya resuelto (1). Por este motivo no resulta perti-

nente continuar intentando resolver en el nivel primario la

atención que por su naturaleza requiere ser resuelta en los

servicios de alta complejidad, es decir las UEH. Las inter-

venciones deben hacerse sobre los procesos de atención al

interio de las UEH, que se analizaran más adelante y a nivel

de macro gestión al cual se ha hecho referencia.

Adicionalmente, las estrategias que buscan solucionar

las coberturas de atención en el nivel primario pueden

producir un retardo en las intervenciones cuya ventana

de tiempo de resolución es clave para el pronóstico de los

enfermos como por ejemplo emergencias cerebrovasculares

y el trauma solo por mencionar algunos. En último término

se podría convertir a la red SAPU en su conjunto, en hospi-

tales sin resolución de patología crítica y hospitales sin cama.

En Chile, una de las estrategias que ha permitido regular e

incluso disminuir la demanda de los distintos dispositivos

de la RdU ha sido aumentar consistentemente la oferta

de horas programadas en horario vespertino para aten-

ción primaria electiva. De esta manera se optimizan los

niveles de control de pacientes crónicos, disminuyendo la

incidencia de descompensación y consulta en Servicios de

Urgencia entre un 19-25% y la tasa de hospitalización en

un 30% (2).

Para finalizar, se debe mencionar que las estrategias de

educación de la población en el uso correcto de la RdU,

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 199-205]