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dedor de US$1000000, y US$600000 a US$800000 agre-
garle el personal necesario. Muchos han dicho que esta es
la razón por la cual los hospitales tienen poco interés en
hacerse cargo del problema de la permanencia de pacientes
en la unidad de urgencia. Están más que felices de tener
pacientes que hacen fila esperando ingresar al hospital.
Aumentar o disminuir el número de hospitalizaciones desde
la unidad de urgencia en una al día, producirá un neto (posi-
tivo o negativo) de alrededor de US$800000 a la institu-
ción, al final del año. Cada paciente que prefiere retirarse de
la unidad de urgencia representa alrededor de $600 a $800
de pérdidas, sin considerar la pérdida de una hospitalización
potencial entre estos usuarios. En estudios separados, Falvo
y Bayley evaluaron las potenciales consecuencias financieras
del problema de los pacientes en espera de camas en la
unidad de urgencia (36,37).
Finalmente, cabe destacar que disminuir los tiempos de
estadía hospitalaria en las instituciones de salud por cual-
quier medio constituye un beneficio financiero importante
para la institución. Acortar las estadías hospitalarias para
un número dado de camas significa mayor capacidad. Un
hospital de 600 camas operando a capacidad máxima con
un promedio de estadía hospitalaria de 6 días necesitaría
500 camas para el mismo volumen si la estadía hospitalaria
disminuyera en un día.
¿Cómo puede reducirse la permanencia de los pacientes en el SU?
A. Soluciones dentro del SU
Se ha comprobado que registrar al paciente dentro de la
unidad de urgencia, cuando está tendido en la cama reduce
el tiempo de espera de éste, pero en algunos lugares esto no
perdura (38). Las razones de ello son poco claras, pero puede
deberse a no poder implementar esto de una manera consis-
tente, independientemente de la cantidad de pacientes y de
su permanencia o no en la unidad de urgencia.
Una alternativa para mejorar el cuidado de los pacientes en
espera de ser atendidos es enfrentar el problema añadiendo
camas a la unidad de urgencia. El estudio realizado por
Khare et al, es uno de tantos que concluye que esta no es
la solución ideal ni por mucho menos, y que el paciente de
la unidad de urgencia estará mejor atendido si se trasladan
los pacientes ingresados fuera del servicio de urgencia
(39). Este estudio es congruente con muchos otros que
han demostrado que al aumentar el número de camas en la
unidad de urgencia simplemente se aumenta el número de
hospitalizados en espera de camas. Otros estudios llegan a
conclusiones similares (40).
En lugar de añadir camas, se puede contratar a un médico
especialista en el tema de administración hospitalaria que
se concentre en administración de camas, de acuerdo al
estudio de Johns Hopkins (41). Al tener a este médico espe-
cialista en estas funciones, disminuyó el tiempo de procesa-
miento de admisiones en 100 minutos y también disminuyó
el desvío de ambulancias.
Otra posible solución es colocar a un profesional en
triage
. Sin
embargo, el análisis costo versus beneficio no está muy claro y
necesita ser más explorado antes de su implementación (42).
Asimismo, analizar los procesos internos de la unidad y
verificar que la dotación de personal se ajuste a los hora-
rios, contribuye a solucionar el problema. Optimizar los
turnos del personal para asegurar el apropiado aprovisio-
namiento de la unidad de urgencia en épocas de alto flujo
de pacientes es una solución de sentido común en temas de
flujo y recursos. Esto aplica para la provisión de médicos y
personal de enfermería (43).
B. Soluciones externas a la Unidad de Urgencia
Las soluciones efectivas se miden por su facultad de
aumentar la capacidad. Dentro de las más establecidas está
lograr un sistema de ingresos programados bien distribuidos
de los casos electivos; un alta temprana de pacientes hospi-
talizados; y aumentar las altas durante los fines de semana.
También debe haber un plan que maximice la seguridad de
los pacientes durante períodos de sobredemanda.
Lograr un sistema fluido y bien distribuido de los pacientes
electivos
En general, mejorar la capacidad hospitalaria reducirá la
permanencia de pacientes en la unidad de urgencia. Una
variedad de mecanismos, que incluyen la programación
proporcional en la semana de los ingresos electivos y las
altas tempranas, mejoraran la espera de camas. Mucho se
ha trabajado sobre el impacto de la programación elec-
tiva por conveniencia de las admisiones quirúrgicas,
demostrándose un impacto tremendamente negativo
en el flujo general y espera de camas (ver información
del Instituto de Optimización de la Atención de Salud:
http://www.ihoptimize.org). La programación propor-
cionada de casos electivos ha tenido como resultado una
disminución sustancial de la permanencia de pacientes en
urgencia y la necesidad de desvío de ambulancias, junto con
aumentar la disponibilidad de camas tanto de piso como de
la UCI. El impacto de la buena programación de los casos
electivos ha planteado la interrogante de si la capacidad
inadecuada es realmente un problema o un artificio produ-
cido por los caprichos de la programación electiva, junto
con una limitada disposición de servicios y la poca cantidad
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 220-227]