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INTRODUCCIÓN

El paro cardíaco es lamentablemente un evento frecuente

en el ambiente intra-hospitalario. Se estima que en los

Estados Unidos ocurren

~

209000 paros cardíacos intra-

hospitalarios cada año en adultos con una sobrevida

promedio del 24.8% (1). En comparación, en el mismo país

cada año ocurren

~

395000 paros cardíacos extra-hospita-

larios con una sobrevida promedio en los cuales se intenta

reanimación cardiopulmonar (RCP) de sólo un 12% (1). Los

mecanismos de paro cardíaco son diferentes. Mientras el

paro cardíaco extra-hospitalario en la gran mayoría de los

casos es un evento súbito en individuos activos, el paro

cardíaco intra-hospitalario es frecuentemente el resultado

de un deterioro clínico que a menudo no es reconocido o

no es tratado apropiadamente. Este deterioro típicamente

ocurre en forma gradual en un período de horas o días

(2,3). En un porcentaje inferior, dependiendo de la propor-

ción de pacientes con enfermedad cardiovascular, el paro

cardíaco intra-hospitalario puede presentarse con el perfil

extra-hospitalario y por lo tanto, en forma súbita.

La razón principal de esta diferencia reside en los meca-

nismos de paro cardíaco. En el ambiente extra-hospita-

lario – especialmente en el adulto – el paro cardíaco es

en la gran mayoría un evento cardíaco primario frecuen-

temente vinculado a enfermedad coronaria. En este

contexto, existe un sustrato predisponente y un gatillo

del evento que se manifiesta como fibrilación ventricular,

actividad cardíaca eléctrica sin pulso, o asistolia. En el

ambiente intra-hospitalario, el paro cardíaco es frecuen-

temente el resultado de trastornos extra-cardíacos de

origen respiratorio, hemodinámico, o neurológico que

ocasionan disminución crítica de la oxigenación miocár-

dica ocasionando disminución de la contractilidad que

culmina en una actividad cardíaca eléctrica sin pulso y

finalmente asistolía. Sin embargo, pacientes admitidos

al hospital por problemas cardiovasculares médicos o

quirúrgicos pueden también desarrollar paro cardíaco en

forma súbita, frecuentemente ocasionado en esta pobla-

ción por fibrilación ventricular (4,5).

Dadas estas diferencias, el enfrentamiento al paro cardíaco

intrahospitalario debe considerar la oportunidad de reco-

nocer el deterioro clínico e intervenir para prevenir la

progresión hacia el paro cardíaco. Por lo tanto, recursos

hospitalarios deben concentrarse en el desarrollo de

sistemas de reconocimiento precoz del deterioro clínico

e intervención oportuna. Estos esfuerzos enfocados en la

prevención, deben trabajar en conjunto con mecanismos

de respuesta rápida en casos de paro cardíaco súbito, en

los cuales reconocimiento del evento, inicio de maniobras

de rescate por testigos y optimización de las maniobras

de rescate son extremadamente importantes, similar al

manejo del paro cardíaco extra-hospitalario. El ambiente

intra-hospitalario también permite el acceso a un mayor

número de personal de rescate, instrumentos de moni-

toreo y en ciertos centros especializados la disponibi-

lidad de técnicas de mayor eficacia hemodinámica como

la circulación extracorpórea. Por estas y otras razones, el

enfoque del paro cardíaco intra-hospitalario difiere del

enfoque del paro cardíaco extra-hospitalario. A pesar de

estas diferencias, los fundamentos fisiológicos de la RCP

son esencialmente los mismos y el éxito o fracaso depende

en gran medida de la calidad con la cual se implementan.

PREVENCIÓN DE PARO CARDÍACO Y SISTEMAS DE

RESPUESTA RÁPIDA

El reconocimiento de deterioro clínico como mecanismo

fundamental de paro cardíaco intra-hospitalario ha dado

origen a sistemas de reconocimiento y respuesta rápida.

El primer sistema se originó en Australia (6) y subsecuen-

temente en múltiples instituciones en muchos países. El

concepto moderno fue conceptualizado por un comité

internacional de intensivistas, anestesiólogos, y médicos

de emergencia de Australia, Canadá, Estados Unidos,

Noruega, Reino Unido, Suecia, y Taiwán (3) como se ilustra

en la Figura 1. Estos sistemas son requeridos en Estados

Unidos por organismos de acreditación hospitalaria (3), y

requieren que los hospitales dispongan de:

(a)

Un sistema de reconocimiento de deterioro clínico con

criterios específicos y disponibles para todo el personal

médico.

(b)

Un mecanismo de activación de los sistemas de rescate

disponibles para el personal médico así como familiares y

conocidos del paciente.

(c)

Un mecanismo de respuesta que permita manejar el

deterioro clínico.

Los métodos utilizados en el reconocimiento del deterioro

clínico se basan en la identificación de alteraciones de pará-

metros fisiológicos por sobre valores umbrales predefinidos

en conjunto con eventos clínicos como es la alteración del

estado de conciencia, uso de músculos respiratorios acce-

sorios, caída de la diuresis, o simplemente preocupación

del personal médico. Alteraciones de parámetros fisiólogos

típicamente se centran en los signos vitales identificando

valores umbrales bajos y altos

(p.ej.

, frecuencia respiratoria

<

8 o

>

28 respiraciones por minuto; oximetría de pulso

<

90%,

frecuencia cardiaca

<

40 o

>

140 pulsaciones por minuto;

presión arterial sistólica

<

80 o

>

200mmHg; entre otros).

También existen métodos en los cuales el umbral gatillo

depende de la adición de puntos basado en el nivel de anor-

malidad de varios parámetros fisiológicos (7).

[REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR INTRA-HOSPITALARIA DEL PACIENTE ADULTO - Raúl J. Gazmuri MD, PHD, FCCM]