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MANEJO DEL DOLOR EN EL SERVICIO DE URGENCIA

El tratamiento del dolor puede abordarse desde diferentes

puntos dentro de su fisiopatología. Es importante que el

tratante sepa dónde y cómo actúan los medicamentos que

va a prescribir, para intentar hacer un enfoque multimodal

del manejo del dolor y evitar los efectos adversos y contrain-

dicaciones de los mismos. Esto significa que, si por ejemplo,

un paciente se presenta al SU con dolor 8/10 originado por

un síndrome de dolor lumbar típico, el paciente requerirá,

si así lo desea, analgesia endovenosa y más de un medi-

camento. Esta combinación de medicamentos debe atacar

diferentes vías del dolor, combinando por ejemplo analgé-

sicos anti-inflamatorios no esteroidales (AINEs), opioides

y paracetamol. El tratante de este paciente no debería en

ningún caso combinar 2 AINEs pues esto sólo aumentaría los

riesgos de obtener efectos adversos, sin mejorar los efectos

analgésicos de los fármacos que está utilizando. Asimismo,

el tratante debería intentar obtener efectos sinérgicos de

los fármacos que utiliza, como por ejemplo en la combina-

ción de paracetamol con opioides.

Una intervención de alto impacto para el correcto uso de

estos medicamentos ha sido la incorporación de farmacó-

logos clínicos dentro del personal de urgencia. Estos profe-

sionales orientan, supervisan y realizan seguimiento de

las prescripciones, tanto en la unidad de urgencia como

las indicaciones al alta. Entre sus funciones se encuentran

cooperar con el equipo realizando análisis farmacocinético

de pacientes especiales para el ajuste de sus dosis o deter-

minar la presencia de problemas asociados a la medica-

ción como alergias cruzadas, interacciones farmacológicas,

contraindicaciones, entre otros. Finalmente llevan el registro

de los errores de prescripción y técnica de administración.

Se ha demostrado que todas estas intervenciones pueden

reducir los errores de medicación general, hasta en un 80%,

que finalmente impactan en los costos para las instituciones

y para el paciente (7,13,14).

Otro punto importante del manejo del dolor es el alivio de

los síntomas concomitantes como por ejemplo, la ansiedad,

las náuseas y la disnea, dado que sin el manejo de los mismos

no se obtendrá el alivio del sufrimiento del paciente. Existen

numerosos fármacos que se pueden asociar a los analgésicos

para el manejo de éstos como benzodiacepinas, antiemé-

ticos, antiespasmódicos, así como el uso otras técnicas, por

ejemplo, uso de ventilación mecánica no invasiva, en los

casos más extremos.

En el grupo de pacientes pediátricos se debe tener una polí-

tica de manejo integral de este problema y transformar a

los servicios de urgencia en “Unidades sin dolor”. La aten-

ción de niños que consultan por dolor agudo o aquellos que

requieren analgesia para procedimientos dolorosos, presenta

un gran desafío, ya que genera estrés en los pacientes,

familiares y equipo de salud. Es inaceptable la analgesia

sub óptima en este grupo de enfermos. Por ejemplo, en un

estudio del grupo PERC en niños con sospecha de apen-

dicitis aguda, el tiempo “

triage to analgesia

” promedio fue

de 200 minutos, más del 40% de las administraciones de

analgesia se realizaron después de la evaluación del ciru-

jano y además, sobre el 40% de los niños recibió la analgesia

posterior a la ecografía abdominal, con el evidente

disconfort

asociado (15). Más adelante se explicará, que quitar el dolor

precozmente, no obstaculiza, sino por el contrario, mejora el

proceso diagnóstico.

Resulta interesante destacar dos estrategias novedosas

para un manejo integral estandarizado con el propósito de

proyectarse como un servicio de urgencia “sin dolor para los

niños”.

a)

Existen intervenciones adyuvantes que disminuyen

significativamente la ansiedad tanto de estos pequeños

pacientes como la de sus familiares. Estamos familiari-

zados con la terapia de payasos o “

clowns

” en la atención

de salud en general y particularmente en pacientes onco-

lógicos sometidos a procedimientos dolorosos. Sin embargo

esta intervención no ha tenido los mismos resultados en el

escenario del servicio de urgencia. Aparentemente existiría

un efecto deletéreo la presencia de personal no clínico en

estas unidades de alto tránsito y pacientes graves, además la

presencia de payasos tampoco tendría el mismo efecto tran-

quilizador en situaciones no programadas y tiempo depen-

dientes. En este entendido se han desarrollado programas de

formación de

“Child Life Specialist”

para el personal clínico.

De esta manera son miembros propios del staff del servicio

de urgencia pediátrico, que laboran 24/7, quienes utilizan

técnicas como distracción cognitiva, imaginería, realidad

virtual, distracción del comportamiento y humor entre otras,

obteniendo mejores resultados que los ”

clowns

” tanto en los

niños como en sus familiares (16).

b)

La instalación de accesos venosos periféricos resultan

un procedimiento doloroso y estresante. Existen diversas

técnicas como aplicación de frío local por aerosol y vibra-

ción con dispositivos no invasivos como el Buzzy® (Figura 2).

Es un dispositivo del tamaño de la palma de la mano que

produce desensibilización en el punto de contacto y hasta

5 cm hacia distal en la extremidad, obteniendo el mismo

nivel analgésico que los parches de anestésico local, pero

de efecto inmediato. Los parches congelados se adosan al

dispositivo. Se recomienda su uso desde los cuatro años.

Todo lo anterior, sin aumentar los tiempos de atención y

mejorando sustancialmente el confort del niño (17). Otra

[MANEJO DEL DOLOR AGUDO EN EL SERVICIO DE URGENCIA - Dra. Natalia Abiuso y cols.]