Previous Page  98 / 180 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 98 / 180 Next Page
Page Background

254

Con respecto a los opioides, la disponibilidad en nuestro

país en la mayoría de los servicios de urgencia se limita a:

morfina, petidina o meperidina, fentanyl y tramadol. La

Metadona usualmente no está ampliamente disponible en

estos servicios, pero sí en las Unidades de Dolor u Oncología

de los hospitales.

En consideración con el arsenal de opioides con los que

contamos, debemos conocer las ventajas y desventajas

de cada uno para poder sacarles el mejor provecho. Cabe

destacar que para el tratamiento del dolor agudo intenso,

la mejor elección será un opioide de alta potencia como

Morfina o Fentanyl. Se debe tener en consideración, al

momento de elegir el fármaco, su velocidad de inicio, su

potencia, duración de su efecto y sus efectos adversos. Es

importante recordar el efecto sedativo de estas drogas por

lo que deben supervisarse los signos vitales y el estado de

conciencia del enfermo durante su estada en urgencia. Ante

la eventualidad de sobresedación o depresión respiratoria

puede revertirse el efecto con Naloxona. De manera sucinta

se ofrece una descripción de cada opioide recomendado

para urgencia (24).

- Fentanyl:

Opioide sintético familia fenilpiperidina, poca

reacción cruzada con alergia a Morfina. Debido a su lipo-

solubilidad, ergo, paso facilitado por la barrera hema-

to-encefálica (BHE), tiene un efecto clínico rápido en 1-2

minutos lo que confiere un muy buen perfil para aliviar el

dolor agudo en urgencia. Efecto pico a los 5 minutos, su

duración es de 0.5-1 hora, por lo que hay que tener en

consideración el inicio de otro analgésico no opioide u otra

dosis de refuerzo. Opioide preferente en pacientes con falla

renal y en trauma. Se administra vía endovenosa, pero la

misma presentación lo permite de manera oral, nebuliza-

ción y nasal. Dosis habitual: 1–2mcg/Kg. Dosis de rescate

de 0.25mcg/Kg cada 15min. En adultos mayores se utiliza la

mitad de la dosis, considerando que los efectos adversos en

ellos ocurren a menor dosis. Considerar que la dosis tera-

péutica es cercana a la dosis letal, sobre todo en adultos

mayores y que produce rápida tolerancia.

- Morfina:

Familia de los fenantrenos, es el opioide proto-

tipo. Demora al menos 5 minutos en obtenerse efecto anal-

gésico, con su pico a los 15–30 min y su duración es de 3 a

4 horas por lo que otorga analgesia mantenida más estable.

Al administrar en bolo tiene más liberación histamínica que

Fentanyl, produciendo más hipotensión y broncoespasmo.

No se recomienda en falla renal ni en politrauma grave.

La dosis habitual de 0.1 mg/Kg, resulta algunas veces insufi-

ciente para el manejo de dolor agudo en urgencia por lo que

se debe buscar una dosis individualizada para el paciente. Se

han descrito numerosos esquemas como por ejemplo: 2mg

en

<

60Kg ó 3mg en

>

60Kg, refuerzos de rescate de 3mg

cada 5 minutos hasta obtener analgesia o inicio de efectos

adversos. Otra alternativa que ha mostrado un buen éxito

analgésico es la administración de 0.1mg/Kg como bolo

inicial y luego continuar con 0.025 mg/Kg y 0,05mg/Kg

cada 5min. Las dosis de 0.15–0.2mg/Kg son inseguras

para administrarse como bolo inicial. Para adultos mayores

administrar la mitad de la dosis.

- Tramadol:

Molécula no opioide, agonista selectivo del

receptor opioide – μ. Esta droga tiene una potencia anal-

gésica menor respecto a Morfina 1:10. Ventajas respecto

de los opioides anteriormente descritos son su estabilidad

hemodinámica y menor riesgo de depresión respiratoria.

Dosis habitual: 1.5-2mg/Kg. No recomendado en adultos

mayores por asociación a mareo severo, disminución

del umbral convulsivante y requiere ajuste renal. Induce

recaptación de serotonina y noradrenalina por lo que no

debe combinarse con Inhibidores selectivos de la recap-

tación de Serotonina (ISRS) por riesgo de síndrome sero-

toninérgico.

Es relevante tener en consideración los problemas

asociados al uso indiscriminado de opioides. Según cifras

del CDC (

Centers for Disease Control and Preventio

n) en

EE.UU

. la adicción y el abuso de estas sustancias son un

problema de salud pública, reportándose 28647 muertes

por sobredosis el 2014, además de la sobrecarga que

estos enfermos generan en los sistemas de salud, parti-

cularmente los servicios de urgencia (25). Muchas veces

estos trastornos de abuso se iniciaron por prescripciones

desmedidas y reiteradas en relación al manejo de algún

dolor en urgencia. Por lo anterior, se hace necesario tener

un registro nacional de prescripción tanto hospitalaria

como ambulatoria, asociado a los sistemas de registro

clínico electrónico, para llevar una nómina de pacientes en

riesgo o con dependencia propiamente tal. Paralelamente

se debe protocolizar la real necesidad de utilizar este

nivel de analgesia para racionalizar su uso. Finalmente es

prudente recomendar que el servicio de urgencia no debe

ser una unidad desde donde se prescriban recetas para uso

de opioides de manera domiciliaria, esto debe ser parte de

un plan de terapia de exclusiva tuición de los equipos de

manejo del dolor o terapia paliativa.

b) Neurolepto-analgesia

Si bien es un concepto antiguo sin mucha consideración

en la práctica médica actual, hay estudios que sugieren

algún efecto analgésico directo de los neurolépticos, al

menos sinérgico con los analgésicos convencionales. De

hecho, el prototipo de las butirofenonas antipsicóticas,

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 248-260]