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cuando existe infiltración del piso del cuarto ventrículo

comprometiendo el núcleo del vago. Eventualmente puede

comprometer el estado nutricional del menor con anorexia y

disminución de peso, haciendo más difícil el diagnóstico (11).

También encontraremos signos oculares. Se puede presentar

diplopia con estrabismo por compromiso no localizatorio de

uno o ambos VI pares craneales, por compresión hiperten-

siva del nervio en el borde libre de la tienda del cerebelo.

Clínicamente se traduce en paresia del correspondiente

músculo recto externo. El paciente describirá su diplopia

como doble imagen en el plano horizontal y tendrá paresia

de la mirada lateral hacia el lado afectado, quizás con rota-

ción compensatoria de la cabeza hacia el globo ocular afec-

tado (12).

Con frecuencia se encontrará edema papilar. Su diagnóstico

se realiza examinando el fondo de ojo. El edema de papila

generalmente lo encontramos presente al momento del

diagnóstico. Debemos tener presente que el edema papilar

mantenido puede causar ceguera por atrofia de la papila.

Es importante, además, diferenciarlo del pseudoedema.

Generalmente el edema de papila es más acentuado en los

tumores de fosa posterior de la línea media, que en aquellos

lateralizados.

En los niños, en que existen suturas permeables, se eviden-

ciará un aumento del perímetro craneal, al igual que el

aumento de tensión de la fontanela anterior o bregmática,

como otros signos de hipertensión intracraneal.

Signos neurológicos focales

En el compromiso cerebeloso distinguiremos manifesta-

ciones clínicas características para el compromiso de línea

media y para el compromiso lateral.

El compromiso vermiano o de línea media se caracte-

riza por trastornos de la estación de pie (postura y equi-

librio) y de la motilidad de los miembros inferiores, con

asinergia de tronco y tendencia a la retropulsión. Por lo

tanto, existe ataxia de tronco y de la marcha. Esta última es

de base aumentada y tambaleante. La marcha en tandem

es imperfecta. El paciente estando de pie se balancea en

todas direcciones. En posición supina no hay alteración en

las extremidades. Puede coexistir

nistagmus

por compro-

miso de las vías vestíbulo-cerebelosas. Por lo tanto, es un

síndrome de predominio estático y de localización general-

mente bilateral.

El compromiso lateral o hemisférico se caracteriza por la

incoordinación motriz de las extremidades, manifestado

como dismetría y disdiadococinesis. Se agrega hipotonía

muscular, hiporreflexia y lateropulsión, menos pronunciado

en niños que en adultos. Por lo tanto, es un síndrome de

predominio cinético y homolateral a la lesión.

Si las conexiones cerebelosas son las comprometidas, se

observarán síndromes cerebelosos asociados a compromiso

de otras vías, como manifestaciones sensitivas, motoras o

de pares craneanos.

Como se mencionó anteriormente también se puede encon-

trar

nistagmus

y vértigo. El

nistagmus

se encuentra por lo

general al momento del diagnóstico. Generalmente es en

la mirada horizontal, ocasionalmente en la mirada vertical.

Esto se debe al compromiso de los pedúnculos cerebelosos

inferiores, hidrocefalia y/o compromiso del tronco cerebral.

El vértigo se encuentra generalmente asociado al

nistagmus

y puede ser difícil de diagnosticar en niños. Por lo general,

el niño permanece de un lado u otro, en posición fetal y con

los ojos cerrados.

El compromiso de los pares craneales se puede manifestar

en los tumores de tronco, en los tumores vermianos o intra-

ventriculares que infiltran el piso del cuarto ventrículo, y en

aquéllos tumores que comprometen el ángulo pontocere-

beloso.

En los tumores de tronco cerebral podemos encontrar

compromiso de varios núcleos de pares craneales en forma

uni o bilateral. Cuando el tumor infiltra el piso del cuarto

FIGURA 4. HIDROCEFALIA SECUNDARIA TUMOR FOSA

POSTERIOR

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(3) 378-391]