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de fibras nerviosas por la cirugía y la sensibilización del
SNC (una forma de plasticidad en la médula espinal que
amplifica las señales dolorosas). Esta sensibilización se
produciría por una modificación de los receptores pre y
post sinápticos, como por ejemplo los receptores N-me-
til-D-Aspartato (NMDA) (30). También se produciría una
activación de los astrocitos en el SNC, secundaria a la infla-
mación producto del acto quirúrgico, los cuales liberarían
sustancias que producen hiperexitabilidad neuronal. Se
ha planteado que el uso intraoperatorio de altas dosis de
opioides podría aumentar la incidencia de DCPQ a través
de su efecto en los receptores NMDA y la activación de
los astrocitos. Por otro lado, el uso de ketamina durante
el intra y postoperatorio podría, por su efecto sobre los
receptores NMDA contrarrestar el efecto de los opioides
y disminuir la incidencia de DCPQ. También se ha descrito
la capacidad de la analgesia epidural y, aparentemente
también los bloqueos periféricos, de disminuir en forma
importante la aparición de este cuadro, al bloquear la
percepción del SNC del estímulo doloroso intenso. Los
gabapentinoides, usados frecuentemente el manejo del
dolor neuropático, también se han usado para disminuir la
incidencia de DCPQ, sin embargo los resultados han sido
contradictorios.
“Los pacientes catalogados como “alérgicos al yodo”
o “alérgicos a los mariscos” no deben usar povidona
yodada, medios de contraste yodado o amiodarona”
El término “alergia al yodo” suele abarcar indistintamente la
alergia a los mariscos, a los antisépticos yodados, medios de
contraste yodados y la amiodarona. Existe la creencia entre
el personal de salud que el antecedente de alergia a alguno
de estos productos contraindica el uso de los otros ya que
el elemento común de estas es el yodo.
La primera dificultad que encontramos es la escasa infor-
mación que suele acompañar al diagnóstico de “alergia al
yodo”. En un estudio reciente, de un total de 300 pacientes
diagnosticados como “alérgicos al yodo”, en 253 (84.3%)
no existía mayor detalle respecto del elemento espe-
cífico al cual es alérgico el paciente. De los 47 pacientes
restantes, 8% fueron catalogados como alérgicos al medio
de contraste, 6.7% como alérgicos a antisépticos y 1.3%
como alérgicos a los mariscos. En un caso se documentó
alergia a medio de contraste y antisépticos (31).
Actualmente está bastante claro que la alergia a estos
distintos productos no corresponde a una alergia al yodo
que contienen, sino a otros componentes. En el caso de
los mariscos, corresponde a una proteína presente en el
músculo de estos moluscos, la tropomiosina. En el caso de
la povidona yodada, que es una solución antiséptica que
contiene un complejo hidrosoluble de yodo y polivinil-
pirrolidona (PVP), es el monómero de N-vinilpirrolidona que
compone la PVP el causante de la reacción alérgica de tipo
inmediato. Es decir, la alergia a este antiséptico es causada
por la povidona, no por el yodo.
Respecto de la amiodarona, antiarrítmico que también ha
sido considerado como contraindicado en pacientes con
“alergia al yodo”, en un estudio de 234 pacientes con diag-
nóstico de “alergia al yodo” que recibieron esta droga por
vía endovenosa, menos del 1% presentó una reacción alér-
gica (32).
En el caso de los medios de contraste yodados, no está claro
cual es el antígeno causante de la reacción de hipersensibi-
lidad, pero está claro que no es el yodo (33), incluso se ha
postulado que el mecanismo no está mediado por IgE, sino
que sería dependiente de la hiperosmolaridad (34). Es decir,
nunca se ha demostrado la participación del yodo en las
reacciones de hipersensibilidad a los “compuestos yodados”.
Posiblemente, el definir a un paciente como “alérgico al
yodo”, sin especificar a qué sustancia en particular es alér-
gico no tiene mucho sentido, pues no aporta información
relevante y puede llevar a conductas inadecuadas (35).
Incluso se ha argumentado que el diagnóstico de “alergia
al yodo”, sin mayor especificación podría poner en riesgo
al paciente ya que implicaría a veces cambiar el examen
indicado por otro que tiene sus propios riesgos o no es
el más adecuado para el diagnóstico del paciente, o se
indican medicamentos profilácticos que estrictamente no
están indicados y que tienen su propio riesgo de reacciones
adversas. El estudio mencionado mostró también una mayor
frecuencia de reacciones adversas en el grupo indefinido de
“alérgicos al yodo” que en aquellos en que se especificó a
qué elemento específico se asoció la alergia (31).
En resumen, el término “alergia al yodo” debería ser reem-
plazado por el elemento específico que ocasionó la alergia,
p.ej.“alergia al medio de contraste” o “alergia a la povidona
yodada”.
“Los gases anestésicos no producen daño en el cerebro”
Muchos de los que nos formamos en anestesiología hace ya
algunas décadas, crecimos con el concepto que los gases
anestésicos no producen daño en el sistema nervioso, ya
que éstos actúan brevemente y después de algunas horas
se eliminan completamente. Frente al ocasional comentario
de algún familiar, en el sentido que “la abuela nunca fue
la misma después de la operación”, argumentábamos que
existían trabajos que mostraban igual incidencia de dete-
rioro cognitivo en pacientes añosos operados con anes-
[ALGUNOS MITOS EN ANESTESIOLOGÍA - Dr. Claudio Ricke]