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cular vuelven al paciente mayor más vulnerable a la hipoxia

cerebral como consecuencia de inestabilidad hemodinámica

perioperatoria. Severa hipoxemia o hipotensión pueden

llevar a muerte cerebral o daño cerebral severo por isquemia

cerebral; cambios moderados pueden manifestarse como

DPO. No se ha podido demostrar que la hipotensión aislada

produzca mayor incidencia de DPO pero, sí el hematocrito

menor de 30% y la hipoxemia (4).

4. Anestesia general: La anestesia general ha sido implicada

históricamente como factor precipitante de DPO y disfun-

ción cerebral peri-operatoria (DCPO). Sin embargo, no se ha

podido demostrar que la anestesia general tenga más inci-

dencia de DPO y DCPO que la anestesia regional, cuando

ambas anestesias se han realizado en forma “experta”. Según

Urwin, es más importante en el desencadenamiento del DPO,

la magnitud de la cirugía o de la enfermedad de base, que

la técnica anestésica empleada, como se describe en un

extenso metaanálisis (12).

Respecto a la técnica anestésica, ni la anestesia inhalatoria

v/s anestesia endovenosa, ni regional v/s general mostraron

diferencias significativas en la aparición del DPO en un meta

análisis más reciente (25), pero se sugiere que la anestesia

general podría influir en la aparición de DCPO. Los únicos

factores que reducen la incidencia de DPO en este metaa-

nalisis es la consulta geriátrica intensiva preoperatoria y la

anestesia general más superficial (25).

Durante la última década han aparecido trabajos en que se

asocia la anestesia general a una mayor incidencia de DPO

y DCPO, cuando se ha medido profundidad anestésica con

monitorización intraoperatoria de electroencefalografía con

el monitor de Índice Biespectral (BIS) (26-28). La monitori-

zación clínica habitual se realiza con parámetros hemodiná-

micos y clínicos y el monitor de BIS u otro similar no es usado

de rutina. Con la aparición de estos estudios con monitor

de electroencefalografía intraoperatoria, en que se sugiere

que un nivel de anestesia con profundidad excesiva se asocia

con mayor incidencia de DPO y DCPO, sería recomendable

utilizar estos monitores, los que podrían ayudar a dosificar en

pacientes ancianos las drogas anestésicas para no dar dosis

excesivas, lo que podría ser dañino para el cerebro (26,27).

MANEJO Y TRATAMIENTODEL DELIRIUMPERIOPERATORIO

1. Medidas generales

- Trasladar el paciente con DPO a una unidad de cuidados

intermedios o intensivos según gravedad.

- Destinar personal de enfermería entrenado y exclusivo, al

cuidado de estos pacientes.

- Optimizar el transporte de oxígeno: evitar hipoxemia,

corregir anemia, corregir la volemia, estabilizar la hemodi-

namia.

- Mantener balance hidroelectrolítico, corregir hiponatremia,

hipokalemia, pH, entre otros.

- Nutrición adecuada, control metabólico especialmente de

glicemia.

- Buscar causas desencadenantes: Revisar función renal,

función hepática, infecciones (respiratorias, urinaria, herida

operatoria), estado cardiovascular, buscar patología vascular

con tomografía computarizada cerebral o resonancia nuclear

magnética si es necesario, punción lumbar, suspender drogas

anticolinérgicas y benzodiacepinas, excepto en usuarios de

estas últimas.

- Soporte psicológico: Poner atención a los miedos del

paciente, comunicar a los familiares que el DPO es transi-

torio. La sujeción física es inhumana y aumenta la agitación

y la morbilidad.

- Realizar maniobras orientadoras como poner reloj a la vista

del paciente, acceso a la luz natural, corregir ciclo circadiano,

reducir intervenciones nocturnas de enfermería.

2. Tratamiento farmacológico

A) Tratamiento de la agitación:

Puede ser necesario sedar a un paciente agitado y con aluci-

naciones, pero sedar excesivamente puede prolongar el DPO.

Las drogas neurolépticas están generalmente indicados para

reducir la agitación y por reducir la actividad del sistema

dopaminérgico. El haloperidol endovenoso es útil en dosis de

2mg a 5mg. Si persiste la agitación, se puede doblar la dosis

cada 20 minutos. Los efectos extrapiramidales son el prin-

cipal efecto colateral del haloperidol. La torsión de la punta

es una arritmia ventricular peligrosa que puede ocurrir con

altas dosis de haloperidol y se manifiesta después del ensan-

chamiento del segmento QT en el electrocardiograma (ECG)

por lo que se debe realizar monitoreo de ECG. No se debe

administrar más de 20mg de haloperidol al día, porque con

esta dosis se satura el 60% de receptores de dopamina y más

dosis no aumenta la acción de la droga, solo los efectos cola-

terales (29).

Los neurolépticos modernos atípicos no han demostrado ser

superiores al haloperidol, pero son útiles para ser adminis-

trados en forma oral y mantener la terapia (29).

Las drogas benzodiazepinicas (BZD) son de elección para el

tratamiento del síndrome de deprivación alcohólica y de

suspensión de BZD. Pueden producir excitación paradójica

y depresión respiratoria. En pacientes ancianos con DPO no

usuarios de BZD, pueden agravar el delirium y administrarlos

en estos pacientes se considera iatrogenia (7).

Si la agitación es severa y no puede ser manejada con halo-

[DELIRIUM PERIOPERATORIO - Dra. Jimena Rodríguez]