782
peridol, se debe iniciar infusión de propofol o dexmedeto-
midina, por 24 a 48 horas y evaluar. Este manejo debe ser
realizado idealmente por anestesiólogos o intensivistas, en
una unidad de cuidados intermedios o intensivos con control
hemodinámico y con personal entrenado en el cuidado de
estos pacientes (29).
El propofol es una droga hipnótica y sedante utilizada en
anestesia general y como sedante en diferentes procedi-
mientos y en unidades de cuidados críticos. Puede producir
hipotensión arterial y depresión respiratoria (30).
La dexmedetomidinaes un medicamento agonista alfa 2
central, con efectos sedantes, analgésicos e inhibición de
descarga simpática central. Estimula receptores alfa 2 presi-
nápticos de neuronas noradrenérgicas, causando disminu-
ción de la liberación de norepinefrina (NE). Tiene efectos
depresores leves de la ventilación. Se utiliza como coadyu-
vante durante anestesia general y como sedante. Existen
estudios clínicos que sugieren que la incidencia de DPO sería
menor cuando los pacientes reciben dexmedetomidina como
sedante, versus propofol o benzodiazepinas (31).
Después de manejada la agitación se debe mantener al
paciente con neurolépticos orales como haloperidol, rispe-
ridona, quetiapina, etc, para disminuir la activación central y
reducir los episodios de agitación, mientras se recuperan las
funciones intelectuales superiores y se trata la causa desen-
cadenante, si es posible.
B) Tratamiento etiológico
Actualmente el manejo clínico del DPO se basa principal-
mente en la detección de pacientes de riesgo de presentar
DPO, prevención de su desencadenamiento, corrección
de las alteraciones de la homeostasis, tratamiento de las
complicaciones perioperatorias o médicas concomitantes y
en el manejo personalizado de enfermería. No existe hasta
ahora un tratamiento etiológico farmacológico para el DPO.
Como esta entidad sería una manifestación de insuficiencia
cerebral ante el estrés, probablemente por fenómenos infla-
matorios, por falta de síntesis de neurotransmisores (NT), o
por su desbalance, una herramienta terapéutica podría ser
el aporte exógeno de NT o el estímulo de su síntesis. Los
medicamentos antidepresivos aumentan la disponibilidad
de neurotransmisores centrales, pero su inicio de acción es
lento, días o semanas, por lo que no son útiles en este cuadro
de delirio agudo (29).
Una línea de investigación propone administrar drogas
procolinérgicas, las que se utilizan actualmente en el trata-
miento de la enfermedad de Alzheimer, en pacientes con
delirio perioperatorio. Las drogas colinérgicas centrales en
uso clínico actual son: donepecilo, rivastigmine y tacrine. Aún
no se ha logrado demostrar su utilidad en DPO. Las dosis de
donepecilo son 5 a 10mg al día y de rivastignina, 1.5mg cada
8 horas, ambos vía oral (32,33).
Otra línea de tratamiento utiliza melatonina basándose en
que el DPO puede ser desencadenado por alteraciones del
ciclo sueño-vigilia. Aún no está demostrada la utilidad de la
melatonina, pero existen estudios clínicos aún en desarrollo
trabajando en esta línea (23).
Otras investigaciones en curso estudian el efecto profiláctico
de neurolépticos típicos y atípicos para disminuir la actividad
dopaminérgica que estaría aumentada en este cuadro. Se
ha visto utilidad en el uso profiláctico de la risperidona para
disminuir la incidencia de DPO después de cirugía cardiaca y
se ha visto utilidad del haloperidol para disminuir la duración
del DPO (34).
CONCLUSIONES
El delirium perioperatorio es una grave complicación del
paciente mayor, desencadenado por múltiples factores
actuando sinérgicamente, que se puede presentar en un
paciente con o sin alteración cerebral previa.
El DPO del paciente mayor, es la manifestación de la insu-
ficiencia del sistema nervioso central para enfrentar un
aumento de requerimientos ante una situación de estrés. Se
presenta como un cuadro de desorientación, agitación, alte-
ración de la memoria y ciclo vigilia sueño.
Pese a que los médicos están habituados a diagnosticar
cuadros de insuficiencia de distintos órganos y falla multi-
sistémica, no es infrecuente que pase desapercibida la insu-
ficiencia cerebral o el DPO, lo que retarda el manejo de éste.
Se debe realizar una atención experta, oportuna y especia-
lizada en este paciente desde su ingreso al hospital con el
objeto de reducir la morbimortalidad.
En el futuro quizás contemos con neurotransmisores paren-
terales u otras terapias específicas, que permitan reducir la
incidencia de DPO, pero por ahora debemos manejar a los
pacientes en riesgo de DPO con un equipo médico multi-
disciplinario experto, realizar oportunamente el diagnóstico
de DPO, hacer una adecuada corrección de la homeostasis,
tratar la agitación con drogas adecuadas, con especial énfasis
en la prevención de complicaciones y evitando la iatrogenia.
La línea de investigación de DPO y sobredosificación en
anestesia general, sugiere a los anestesiólogos monitorizar
la función cerebral con electroencefalografía y dosificar
adecuadamente al paciente mayor, que parece ser muy
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(5) 776-784]